Tuesday, May 31, 2011

Zorobabel: El Hombre Que No Tomó Atajos



¨No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel.¨ Esdras 4:3

Zorobabel fue uno de los líderes que regreso junto al remanente de Babilonia para reedificar el templo. Ciro les abrió las puertas a los judíos para que regresen a casa y una vez que retornaron a Jerusalén el pueblo estaba muy gozoso y listo para comenzar con la gran tarea de restaurar su ciudad. La tarea no era sencilla, debían comenzar con la edificación de los cimientos del templo pero estaban listos para la obra y Ciro les había dado el material necesario. Aun así Zorobabel y los judíos iban a tener que enfrentar otro inconveniente: sus enemigos no estaban contentos con que edificasen la ciudad. Primero ellos le ofrecen ayuda a Zorobabel con la construcción del templo sabiendo que la tarea era pesada y que iban a necesitar mano de obra, sin embargo él se niega a aceptar su ayuda y declara que ellos mismos edificarían el templo de su Dios. Esto no les cayó nada bien a los enemigos de Zorobabel por lo cual escribieron cartas al sucesor de Ciro en Persia para que detenga la obra. El rey Artajerjes manda detener la construcción ya que el enemigo dio a conocer la historia rebelde que tenían los judíos. El sueño de los judíos se vio truncado simplemente porque Zorobabel no acepto la ayuda de sus enemigos. Quizá a simple vista la decisión de Zorobabel nos pueda aparecer un poco exagerada, egoísta y tonta ya que la ayuda le hubiese venido bien para construir el templo, pero la verdad es que Zorobabel conocía el corazón de Dios y sabía que los judíos debían restaurar el templo con sus propias manos sin tomar atajos.

Los judíos ya habían aprendido su lección y Zorobabel sabía que Dios quería que ellos fueran un pueblo santo y apartado para Él. La destrucción de Judá había venido por desobediencia ya que ellos dejaron a Dios y comenzaron a adoptar dioses de las naciones vecinas. Judá comenzó a abrir sus puertas al enemigo y mezclar sus culturas con las de ellos. Ese fue el principal error que habían cometido los judíos por lo cual terminaron siendo exiliados a Babilonia. Zorobabel conocía muy bien la historia de Israel y sabía que si permitía que el enemigo los ayudara con la construcción del templo muy pronto iban a comenzar a adoptar sus costumbres paganas nuevamente. Zorobabel sabía que era necesario apartarse y aunque les costará más trabajo debían hacer la obra con sus propias manos. Hubiese sido muy fácil dejarse convencer por el enemigo, pero Zorobabel estaba alerta y supo que no era el momento de tomar atajos. La obra le fue encomendada por Dios y ellos mismos debían completarla. Muchas veces nosotros tomamos decisiones equivocadas porque nos dejamos llevar por la lógica humana y no tomamos en cuenta la voluntad de Dios. No se trata de cumplir con el mandato de Dios de la manera más rápida posible, sino de seguir sus órdenes al pie de la letra. Esto a veces va a requerir de paciencia y confianza en Dios porque el enemigo se va a levantar a tratar de desviarnos del camino o desenfocarnos de la tarea que nos ha sido encomendada.

La decisión de Zorobabel pareció haber sido la equivocada al principio ya que el enemigo se levanto y mando detener la obra por un período de quince años, pero el tiempo le dio la razón ya que se mantuvo fiel y confiando en Dios. En el segundo año del rey Darío en Persia, se levantaron dos profetas que jugarían un papel importante en la restauración del templo ya que mandaron a Zorobabel y al pueblo a continuar con la obra. El tiempo de esperar en Dios había terminado y ahora Él les encomendó a que continuaran con la obra. Cuando el enemigo se levanto nuevamente a detener la obra, esta vez Dios vuelve a tocar el corazón de otro rey persa y Darío autoriza que los judíos continuaran con la obra. La construcción se fue dando en el tiempo de Dios porque Zorobabel supo esperar y confiar en Él. ¨La obra se hace de prisa, y prospera en sus manos.¨ (5:8). Zorobabel aprendió que cuando hacemos las cosas en los tiempos de Dios somos bendecidos y prosperados por Él. El templo fue terminado y el pueblo se regocijo nuevamente porque la mano de Dios estuvo con ellos. A veces no entendemos porque las promesas de Dios se demoran en llegar o cumplirse en nuestras vidas, pero si mantenemos nuestra confianza puesta en Dios y esperamos en sus tiempos entonces vamos a ver la mano poderosa de Dios actuar en nuestras vidas. Él nos va a revelar sus planes y propósitos a su debido tiempo, pero mientras tanto debemos tomar una actitud paciente hacia Él sin tomar atajos o intentar ayudarlo por nuestros propios medios.

Monday, May 30, 2011

El Regreso A Casa



¨En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia.¨ Esdras 1:1

Dios continuamente manifestó su fidelidad para con el pueblo de Israel a través de toda la historia del Antiguo Testamento. El demostró vez tras vez que cumple sus promesas. Jeremías ya había profetizado sobre los setenta años de la deportación a Babilonia, e inclusive Isaías había profetizado sobre Ciro y como Dios lo iba a usar para hacer regresar a su pueblo a su tierra. La palabra de Dios se cumplió al pie de la letra ya que después de setenta años en exilio, los judíos iban a poder regresar a Judá cuando Ciro decreto que los judíos podían regresar a casa a edificarle templo a Jehová. Le devolvió todos los utensilios del templo que habían sido robados y les abrió las puertas para que comiencen su viaje de retorno a su ciudad. Fue uno de los muchos milagros que Dios hizo para hacer volver el corazón de su pueblo hacia Él. A pesar de la constante fidelidad de Dios, su pueblo le fue infiel en muchas ocasiones y nunca pudo cumplir su parte del pacto. Debido al pecado, Judá fue exiliado a Babilonia, pero aún así Dios los trajo de regreso a casa mostrando su gran misericordia y paciencia para con su pueblo. Una vez en casa, los cincuenta mil judíos que decidieron volver decidieron edificarle un altar a Dios y adorarlo por su gran fidelidad para con ellos. El pueblo estaba alegre porque Dios una vez más demostró su misericordia y cumplió la promesa que les había dado por medio de los profetas. Lo primero que hicieron los judíos fue buscar el perdón de Dios y adorarlo.

Los judíos que decidieron regresar a casa tuvieron sentimientos encontrados ya que estaban gozosos por haber regresado a Jerusalén y poder comenzar con la tarea de reconstruir su ciudad, pero también estaban tristes al ver la gran destrucción de su una vez esplendorosa ciudad. El templo había sido uno de los edificios arquitectónicos más bellos y grandes de la época, era el orgullo de todos los judíos, pero ahora estaba en ruinas y debían comenzar a edificarlo desde cero. Sabían que iba a ser una tarea sumamente difícil e iban a requerir de mucho material y ofrendas, pero también sabían que contaban con la promesa de Dios de que volvería a habitar entre ellos si lo buscaban a Él con un corazón sincero y arrepentido. Con Dios todo es posible y sabían que juntos iban a poder construir Su templo. Lo mismo sucede con nuestras vidas espirituales. Dios promete venir a habitar en medio nuestro si lo buscamos y obedecemos, pero muchas veces el pecado termina destruyendo nuestras vidas y dejándola en ruinas. Buscamos satisfacción y placeres en cosas que terminan destruyéndonos y alejándonos de la presencia de Dios. Al igual que los judíos terminamos sufriendo una especie de exilio espiritual y parece que Dios está tan lejos de nosotros que nunca lo podremos volver a encontrar. Sin embargo en el momento en que nos humillamos y buscamos su rostro, Él viene a levantarnos y restaurar nuestras vidas. Dios quiere que volvamos a comenzar de cero y edifiquemos Su templo en nuestros corazones.

Cuando nos volvemos a Dios con un corazón arrepentido muchas veces la tarea de reconstrucción de nuestra alma no se da de un momento a otro. Tal como fue el caso con los judíos y la construcción del templo de Dios, el proceso es largo y a veces doloroso. Hay cosas con las que todavía tenemos que lidiar en nuestras vidas; debemos limpiar cualquier impureza que la consecuencia del pecado ha dejado en nuestros corazones. Antes de que llegue Dios a nuestras vidas nuestros corazones estaban destrozados, pero cuando Él llega viene a limpiar nuestras vidas y quiere que comencemos a edificarle una casa a Él donde pueda habitar. Quiere que limpiemos nuestro corazón y comencemos a edificarle una habitación a Él, y eso solo se logra intentando vivir en santidad y obediencia hacia Él. Muchas veces nos va a costar limpiar muchas de las marcas que el pecado ha dejado en nuestras vidas, pero Dios es fiel y paciente y promete estar a nuestro lado durante la ardua tarea de reconstrucción. Dios quiere que nuestras vidas reflejen Su gloria y para ello debemos buscar agradarlo en todo y dejar que Él vaya puliendo todas nuestras impurezas. El esplendor del templo de Jerusalén puede ser reconstruido, no todo está perdido si dejamos que Dios obre a través nuestro. Los judíos sabían esto por lo cual hubo gran júbilo cuando llegaron a Israel y estaban listos para comenzar con la tarea. La misericordia de Dios es grande, no hay corazón que Él no pueda reparar, solo debemos volvernos a Él y dejar que comience con la reconstrucción de nuestra alma.


Sunday, May 29, 2011

Josías: El Rey Que Hizo Aplazar el Juicio de Dios Sobre Judá



¨ (Josías), siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David, su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.¨ 2 Crónicas 34:3

El siclo se volvía a repetir en Judá donde un rey se levantaba y limpiaba a la ciudad de todos sus ídolos y reparaba la casa de Jehová, y luego el próximo rey volvía a edificar los ídolos, y altares a baal, y descuidaba el templo de Dios por completo. Fue lo que sucedió tras la muerte de Amón ya que se levanto su hijo de tan solo ocho años y comenzó a limpiar la ciudad de todas sus impurezas. Josías destruyo los ídolos que había edificado su padre y limpio todas las ciudades de su reino para que se dedicaran exclusivamente a la búsqueda de Jehová. Josías comenzó a buscar a Dios desde una edad muy temprana y el Señor nunca se apartó de su lado. Cuando el rey cumplió dieciocho años de edad envío a sus siervos a que limpiaran y repararan el Templo. Fue durante esta limpieza que estaban haciendo en el templo que uno de los sacerdotes llamado Hilcías halló el libro de la ley que había estado perdido por años. Cuando le dieron aviso a Josías sobre el hallazgo, él pidió que le leyesen las palabras del libro y cuando termino de escuchar la ley de Dios rasgó sus vestidos porque se dio cuenta de que el pueblo había estado viviendo en pecado y desobediencia desde la época de sus padres. El rey reconoció que el castigo de Dios no debería de estar lejos ya que su pueblo lo había ofendido repetidamente a través del curso de su historia.

Lo primero que hizo Josías fue buscar consejo en una profetisa llamada Hulda para saber si el juicio de Dios podía ser evitado a causa de la maldad de su pueblo. Hulda reconoció que la ira de Jehová estaba sobre Judá por cuanto olvidaron sus leyes y siguieron a otros dioses. Las maldiciones descritas en el libro se iban a cumplir, el castigo de Dios estaba sobre Judá, pero por cuanto Josías se humillo delante de Dios y lo buscó con todo su corazón, Hulda le dijo que ¨tus ojos no verán todo el mal que Dios trae sobre este lugar y sobre los moradores de él.¨ (34:28). Dios mostró su misericordia una vez más para con su pueblo al aplacar su juicio y prolongar el día del castigo sobre Judá debido a que Josías lo buscó de todo corazón y clamó por el pecado de su pueblo. El juicio de Dios estaba establecido, se iba a dar, pero ya no durante los días de Josías porque esté se humillo y busco su rostro. Judá iba a disfrutar de unos años más de paz debido a que el rey guió a su pueblo al arrepentimiento y a la búsqueda de Dios. El segundo paso de Josías fue leer la ley de Dios a todo el pueblo para que se arrepientan de su mal camino y busquen a Jehová con todo su corazón. Josías fue un rey que supo dirigir a su pueblo hacia los caminos de Dios ya que ¨no se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió.¨ (34:33).

Gracias a Josías y a su búsqueda por agradar a Dios, el pueblo pudo gozar de un tiempo de avivamiento y gozo en Judá. El castigo de Dios no iba a llegar durante sus días porque Josías puso su confianza en el Señor y halló Su misericordia. Debido a esto el pueblo pudo disfrutar de una gran celebración durante la pascua: ¨Nunca fue celebrada una pascua como está en Israel desde los días de Samuel el profeta; ni ningún rey de Israel celebró pascua tal como la que celebró el rey Josías.¨ (35:18). Tras la muerte de Josías, Judá volvió a caer en el mismo ciclo de reyes malos y finalmente llegó el juicio de Dios sobre Judá cuando los babilonios invadieron la ciudad, mataron a sus jóvenes, saquearon sus riquezas, derribaron sus muros, y llevaron a su gente cautiva a Babilonia. Judá tuvo que pagar las consecuencias de su pecado, pero por un breve momento pudieron disfrutar de un avivamiento y de un aplazamiento de la ira de Dios debido a que un hombre se humilló y busco el perdón para su nación. ¿Qué estamos haciendo nosotros para evitar que el juicio de Dios caiga sobre nuestra nación? Dios está contemplando la tierra y buscando gente que lo adore en espíritu y verdad con corazón perfecto como lo hizo Josías. SI bien el juicio de Dios finalmente llegó sobre Judá, Él volvió a mostrar su misericordia sobre ellos al cumplirse los 70 años de la deportación a Babilonia. Los persas invadieron Babilonia, y Ciro decidió dejar ir a los judíos que quisieran volver a reparar su ciudad porque ¨Jehová despertó el espíritu de Ciro, rey de los persas.¨ (36:22).

Friday, May 27, 2011

Manasés: El Rey Que Fue Restaurado Por Dios



¨Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado, grandemente  en la presencia del Dios de sus padres.¨ 2 Crónicas 33:12

Manasés se aparto del camino de su padre, Ezequías, cuando asumió el trono a los doce años de edad. Todo lo que había hecho Ezequías para bien, Manasés lo hizo para mal ya que volvió a construir los ídolos que su padre había derribado. También edifico altares a los baales e imágenes de Asera, dioses de los pueblos vecinos. Manasés fue aún más lejos llegando a edificar estos altares dentro de la casa de Dios. El rey también adoro las estrellas del cielo aparte de todos los otros ídolos a los cuales servía, e incluso llego a pasar a sus hijos por fuego como regalo para sus dioses. Manasés realmente se esforzó en hacer enojar a Dios ya que no siguió ninguno de Sus mandamientos, ni respeto al Dios de sus padres sino que busco a los dioses de las naciones vecinas de quienes Jehová los había librado. De nada sirvió todo lo que había realizado Ezequías porque Manasés guió a Judá por una senda aún más alejada de Dios desde antes de la reforma de su padre. El castigo de Dios no se hizo esperar ya que el rey ignoro todas las advertencias de los profetas, y los asirios invadieron a Judá y se lo llevaron a Manasés encadenado cautivo a Babilonia. Ninguno de los dioses a los cuales Manasés servía pudieron salvarlo frente a los asirios, y el único Dios que lo podía haber librado fue el Dios al que nunca busco. El rey había sido advertido pero siguió los deseos de su propio corazón y eso lo condujo al fracaso.

En el momento de mayor necesidad cuando Manasés ya había caído lo más bajo posible y había sido humillado reconoció que ninguno de sus dioses lo pudieron salvar. Fue en ese momento en que buscó a Jehová, el único Dios que nos puede rescatar del pozo, y solo ahí cuando lo reconoció como Su Dios y se humilló en su presencia fue que recibió el perdón de Dios y fue liberado. ¨Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.¨ (33:13). El rey fue liberado y al regresar a Jerusalén derribo todos los altares que había edificado a los dioses que nunca le respondieron su clamor y buscó servir solamente a Jehová con todo su corazón. Manasés dio un giro completo a su vida y Dios lo levanto restaurando su reino y bendiciendo su vida. Manasés fue el rey que reino más años de todos los reyes de Judá (cincuenta y cinco años) y la mano de Dios estuvo con Él porque se arrepintió de todo el mal que había causado y busco al Dios de sus padres. No hay pecador que Dios no pueda perdonar, no importa cuán oscuro sea nuestro pasado, Dios es misericordioso y nos restaura completamente cuando nos humillamos en Su presencia y lo buscamos de todo nuestro corazón.

Muchos no quieren acercarse a Dios porque piensan que Él los va a castigar o reprochar por todas las cosas malas que hicieron, pero Dios ha demostrado que Él no actúa así. Él es un Dios perdonador que viene a nuestro rescate en el momento de mayor angustia cuando lo buscamos a Él así que no esperemos a arreglar nuestras vidas antes de buscarlo, sino llamémosle ahora que Él quiere arreglar nuestros problemas por nosotros. No es con nuestras fuerzas sino con la fuerza sobrenatural de Dios que aún hace milagros en nuestros días y que aún cambia vidas. No esperemos arreglar nuestros problemas por nuestros propios medios, sino clamemos como lo hizo Manasés en el momento que estaba preso y sin esperanza. Dios lo rescató y no le reprochó por su pecado porque vio su corazón y sabía que estaba arrepentido. El rey tuvo un encuentro con el único Dios verdadero y dejó todas sus otras creencias vanas que nunca le produjeron satisfacción ni ayuda. Dios hizo un cambio tremendo en la vida del rey que volvió su corazón hacia Él y permitió que el Señor lo moldee. Ese mismo Dios es el que actúa en medio nuestro hoy y produce cambios radicales. El que nunca aprendió del ejemplo de su padre y de su conversión fue su hijo, Amón que hizo lo malo delante de Dios. En vez de arrepentirse de su mal, aumento aún más su maldad y su reino fue cortado después de tan solo dos años al mando. Amón murió tras una conspiración y su hijo Josías de tan solo ocho años fue proclamado rey. Josías sería uno de los grandes reformadores de Judá al buscar a Dios desde una muy temprana edad. Así mismo Dios quiere bendecir nuestras vidas si lo buscamos a Él y dejamos que nos moldee y guíe.

Thursday, May 26, 2011

¡Con Mi Dios No Te Metas!


¨Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.¨ 2 Crónicas 32:8

Solo unos pocos versículos son dedicados al reino de Jotam, hijo de Uzías, pero lo que sí sabemos es que fue un rey conforme al corazón de Dios que edifico varias ciudades, además de reparar la puerta del Templo. También ganó varias batallas frente a los amonitas. La mano de Dios estuvo con Joram y se hizo fuerte, ¨pero el pueblo continuaba corrompiéndose.¨ (27:2). Si hubo algo que Jotam no pudo hacer bien fue transmitir esa reverencia y temor a Dios al resto de la nación. Tampoco supo transmitirle eso a su hijo, Acaz quien fue un rey que nunca busco los caminos de Dios para su vida ni la de su pueblo. Jotam tuvo un corazón dispuesto a servir a Dios pero nunca pudo contagiar al resto de la nación, ni a su hijo por lo cual Acaz reino sobre Judá llevándolo prácticamente a su destrucción después de perder varias batallas frente a los sirios y ante los mismos israelitas. Que importante es poder enseñarles a nuestros hijos los caminos de Dios desde jóvenes para que no se aparten de sus mandamientos cuando ya sean mayores. Acaz fue uno de los peores reyes de Judá que llevo a su pueblo a una estrepitosa caída y sus tesoros fueron completamente saqueados. Acaz inclusive sacrificaba a sus hijos y le enseño a su pueblo a hacer cosas abominables ante los ojos de Dios. Judá fue aún más terrible que las naciones que Dios había expulsado delante de ellos y se apartaron completamente de Dios durante el reino de Acaz.

A pesar de la maldad de Acaz, la misericordia y fidelidad de Dios no se apartó de Judá. La esperanza iba a llegar tras la muerte de Acaz y la subida al trono de su hijo Ezequías, quién temió a Dios con todo su corazón al presenciar como los israelitas fueron destruidos y exiliados por el imperio sirio. Lo primero que hizo Ezequías como rey de Judá fue reparar el Templo de Dios e invitarlo a Él para que venga a habitar nuevamente entre Su pueblo. A pesar del pecado de Judá, Dios siempre está dispuesto a perdonar y restaurar a Su nación cuando está lo busca a Él. Lo mismo sucede en nuestras vidas personales, cuando lo buscamos a Él, Dios viene a restaurarnos sin importar cuán dañado esté nuestro corazón por nuestro pasado y Él vuelve a habitar en medio nuestro. Otra de las cosas que hizo Ezequías fue volver a celebrar la pascua en la nación ya que había sido una tradición importante para los judíos conmemorando como Dios los libró de los egipcios y los hizo un pueblo libre. Ezequías mando invitar a gente de diversas ciudades para que vengan a celebrar a Jerusalén este importante acontecimiento. Muchos se burlaron ya que habían abandonado su fe, pero otros fueron a Jerusalén a celebrar junto al rey. Ezequías logro hacer lo que Jotam no pudo, volver a la nación a los caminos de Dios. Nuestra tarea como cristianos hoy no es simplemente guardar los mandamientos de Dios sino también animar a los demás a que conozcan el poder de nuestro de Dios y experimenten su perdón libertador.

A pesar de que Ezequías estaba haciendo todas las cosas bien iba a tener que enfrentar una seria prueba. El gran imperio asirio lo tenía rodeado y sitiado. Pero Ezequías sabía muy bien y conocía el poder de su Dios como para espantarse ante el enemigo. El rey le dijo al pueblo que confiará en el Dios que ya los había librado antes de enemigos más poderosos que ellos. El hacer las cosas bien no siempre quiere decir que vamos a estar libre de problemas, porque llegaran adversidad, pero si estamos agarrados de la mano de Dios podemos estar seguros que vamos a sobreponernos de los problemas como lo hizo Ezequías. A pesar de que el rey asirio, Senaquerib, maldijo a Dios e intento amedrentar a los judíos, Ezequías se puso de rodillas ante Dios y mando al pueblo a que no teman porque su Dios era el único Dios verdadero y les iba a dar la victoria frente a los asirios por haberse mofado de Él. Los asirios derrotaron a los dioses de las otras naciones porque no eran dioses verdaderos, sin embargo Ezequías conocía que Su Dios era el único Dios verdadero y que Él los iba a librar del enemigo para humillar a Senaquerib y demostrarle que Él es Dios todopoderoso. Ezequías supo como transmitirle su confianza en Dios al resto de la nación y juntos pudieron enfrentar la adversidad y ver como Dios libra a Su pueblo. Dios derroto a los asirios, humillo al enemigo  y Judá se mantuvo firme. Si ponemos nuestra confianza en Dios, Él nos va a librar y dar la victoria en medio de la adversidad. Cuando lleguen las pruebas ponte de rodillas y confía en Dios, no dejes que nadie se meta con tu Dios.