¨Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.¨ Hechos 26:14
Una de las transformaciones más impactantes en la Biblia es la conversión de Pablo, que pasó de ser un celoso fariseo perseguidor de cristianos a ser uno de los primeros misioneros cristianos. Pablo tuvo un encuentro con Jesús que cambio drásticamente su vida ya que nunca más fue la misma. Todo lo que Pablo creía que estaba haciendo para su religión iba a cambiar de un momento para otro cuando tuvo un verdadero encuentro con Jesús. El cambio en la vida de Pablo fue radical ya que se dio cuenta que el Jesús que los discípulos estaban proclamando, y él persiguiendo, era realmente el hijo de Dios que había muerto por los pecados de la humanidad, los de él inclusive. Cuando Jesús llega al encuentro de Pablo este tiene un arrepentimiento sincero por lo cual su vida gira 180 grados ya que pasa de perseguir a los cristianos a convertirse en uno y estar dispuesto a sufrir persecuciones por proclamar la verdad. Inclusive llegó a ser fiel hasta el final, al estar dispuesto a morir por causa de la expansión del evangelio. Pablo llegó hasta Roma para predicarle al Cesar y varias autoridades importantes de la época a pesar de que eso le costaría la vida. Mientras Pablo esperaba su muerte le escribió una carta a Timoteo resumiendo lo que les vengo diciendo: ¨Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.¨ (2 Timoteo 4:6-7).
Pablo nunca más fue el mismo después de su encuentro con Jesús ya que solo Él puede cambiar las vidas y darles un propósito verdadero. Lo mismo debe suceder con nosotros cuando nos encontramos con nuestro Salvador. Nuestra vida no puede seguir siendo igual sino que debemos ser transformados a Su imagen. Debemos identificar claramente lo que fue nuestra vida antes de conocer a Cristo y lo que es nuestra vida ahora una vez que hemos sido rescatados por Él. El cambio se debe notar así como fue el caso con Pablo que pasó de perseguir cristianos a estar dispuesto a morir por Cristo. Quizá muchos de nosotros no hemos tenido un pasado tan oscuro como Pablo pero el cambio que un encuentro con Jesús produce debe de poder ser palpable. Uno de los cambios más importantes que se produce en nosotros es el interés por nuestros prójimos. Dios pone en nosotros una carga especial por aquellos que no han tenido la oportunidad de conocerlo y produce en nosotros un deseo de poder compartir ese regalo que hemos recibido con los demás. Nuestras vidas no pueden permanecer igual si hemos tenido un verdadero encuentro con Jesús ya que el produce en nosotros un amor especial por nuestros prójimos y somos transformados. Esto no quiere decir que seremos perfectos y no cometeremos errores, sino que ahora sabemos que Dios está a nuestro lado para levantarnos cuando fallamos y sabemos que no podemos permanecer indiferentes ante las necesidades de la humanidad.
Pablo fue uno de los responsables de difundir y expandir el evangelio a todos los gentiles. A pesar de su pasado como perseguidor de cristianos, él no se callaba y no se avergonzaba de su oscura historia. Pablo sabía que Dios lo había perdonado y restaurado y envés de simplemente dejar de perseguir cristianos, se convirtió en uno de los principales evangelistas y misioneros de la época. Pablo no iba a dejar que su pasado lo callara. El experimento el completo perdón de Dios por lo cual estaba dispuesto a usar su pasado como un testimonio de cómo Dios cambia y transforma vidas. Al igual que Pablo, nosotros tampoco debemos avergonzarnos de nuestro pasado, sino que debemos usarlo como un testimonio impactante de cómo Dios puede cambiar y restaurar vidas. Mucha gente se puede identificar con nuestras experiencias y saber que Dios trae perdón y restauración para sus vidas también. Debemos ponernos en las manos de Dios y dejar que Él nos use sin importar nuestro pasado ya que el Señor hace todas las cosas nuevas.