¨Y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensara en publico.¨ - Mateo 6:4
Jesús recién estaba comenzando su ministerio y su fama ya se estaba extendiendo debido a los milagros y sanidades que estaba realizando. Fue durante este tiempo que grandes multitudes lo comenzaron a seguir y Jesús decidió detenerse. Se dirigió hacia sus seguidores en lo que hoy conocemos como el Sermón del Monte. Comenzó su famoso sermón con las bienaventuranzas, luego hablo sobre ser la sal y la luz del mundo, hablo sobre la ley, el adulterio, el divorcio, los juramentos, la venganza, el amor hacia los enemigos, de ser perfectos y luego llego al punto que trata el versículo cuatro que dice ¨y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensara en público¨.
Jesús venia de decir que teníamos que ser la luz para que los hombres vean nuestras buenas obras, pero ahora está diciendo ¨guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos.¨ A primera vista pareciera que se contradice con lo que venía diciendo unos momentos atrás: ¨así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre.¨ Pero si nos ponemos a analizar cuidadosamente estos dos versículos realmente no hay una contradicción, sino que Jesús se esta asegurando que entendamos bien el propósito de ser luz en el mundo. Nuestras obras siempre deben estar enfocadas en glorificar al Padre y no en que otros nos vean y digan que buenos que somos. Muchas veces hacemos cosas para que otros vean que tan buenos o espirituales somos, pero la verdad es que nuestra motivación siempre debe estar enfocada en glorificar a Dios. ¿Qué es lo que realmente nos motiva a tomar determinada acción?
Mucho hablamos de tener una relación con Dios y no una religión, pero muchas veces continuamos viviendo una vida religiosa buscando la aprobación de los hombres y no la de Dios. Debemos estar atentos a lo que El nos quiera hablar y donde nos quiera usar. Toda buena obra que salga de nosotros debe estar motivada por El solamente. Dios es el único que realmente sabe de dónde proviene nuestra verdadera motivación. El ve lo secreto, nuestro corazón, y solo si vivimos una verdadera relación con El podemos saber cuál es el próximo paso a seguir para glorificar al Padre. Esa es la diferencia entre estar viviendo una religión y tener una relación personal con el Padre. ¿Estoy buscando la aprobación de Dios o la de los hombres?
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