"Entonces David y la gente que con el estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. Y David se angustio mucho pues todo el pueblo estaba en amargura dé alma, MÁS DAVID SE FORTALECIÓ EN JEHOVÁ SU DIOS.” 1 Samuel 30:4,6
El sufrir una perdida de un ser querido es uno de lo momentos mas dolorosos que nos tocan experimentar en la vida. Este versículo fue clave para mi al enfrentar la trágica muerte de mi padre. Tras haber sobrevivido milagrosamente a un infarto cerebral hace cinco años atrás, el venía recuperándose y haciendo rehabilitación con una fortaleza que solo se la pudo haber dado Dios. Aun seguía haciendo sus terapias y aun no había recuperado el habla, pero se hacía entender siempre con sus gestos y expresiones. Esa fortaleza siempre iba acompañada con una gran sonrisa que irradiaba paz y felicidad a todos los que estábamos cerca de él. El haber estado tan cerca de él en su larga lucha física hace sentir aun mas su ausencia ahora que se nos adelanto y se fue con el Señor. Hay momentos en que me encuentro caminando entre una delgada linea, de un lado una parte de mí parece haberse marchado con él, mientras que del otro una parte suya permanece viva en mi a través de recuerdos y pensamiento. La paz y la tranquilidad que experimentamos como creyentes cuando un ser querido parte se contradice con la tristeza y amargura que enfrentamos al saber que esa persona ya no estará fisicamente entre nosotros. Pero la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento es la que nos llena de consuelo y nos recuerda cada una de las promesas que El nos da como sus hijos. Tenemos la certeza de que papa esta con Dios recibiendo sus coronas, pero al mismo tiempo dolidos porque extrañaremos su sonrisa y abrazos.
En momentos tan dolorosos como estos uno puede decidir que actitud tomar ante la adversidad. Angustiarse y dejarse vencer por el dolor, o buscar el refugio y consuelo en Dios. Papa siempre encontró gozo y fortaleza en Dios! Siempre con una sonrisa en la cara y el pulgar o el puño hacia arriba! Nos contagio a todos con su paz, amor, alegría, y fuerza! Si él jamas abandono su fe y continuó predicando con su ejemplo de vida, quienes somos nosotros para cuestionar los planes y propósito de Dios? En momentos así solo podemos aferrarnos más a Dios y pedir que El sea nuestra fortaleza como lo fue para David en esos momentos difíciles que tuvo que atravesar. De El viene nuestra fortaleza y consuelo durante estos momentos de angustia, y podemos descansar confiadamente en Sus promesas. El camina con nosotros y nos abraza cubriéndonos con su amor y paz incondicional. Sé que Sus planes y propósitos son más grandes que los nuestros y es en ese momento en que uno se llena de fortaleza y logra sobreponerse a la amargura. Hoy solo me toca agradecerle a Dios el haberme permitido tenerlo junto a mí por 5 años más aprendiendo de su fe, gozo, y fortaleza. Fueron uno de los mas hermosos cinco años de mi vida. Esa misma fortaleza que lo alimentaba a él a ir en pos de la recuperación es la que nos sostiene y fortalece a nosotros en medio del dolor. Cual es la actitud que va a tomar usted en medio del dolor y la angustia?