Wednesday, December 16, 2015

Cuando las nubes bloquean la majestuosidad de las montañas

¨Alzare mis ojos a los montes. ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.¨ Salmos 121:1-2

Hace un tiempo atrás tuve la oportunidad de viajar a Quito y alojarme en un hermoso lugar rodeado por unas montañas majestuosas que simplemente me dejaron maravillado por la grandeza de la creación de Dios. El día pintaba espectacular con un cielo azul que hacía que la belleza de las montañas y su verdor resaltara aún más. Por más que quería tomar foto de dicho paisaje, sentía que las imágenes no le hacían justicia a lo que estaba frente a mis ojos. Comencé a alabar a Dios y agradecerle por su hermosa creación y por el maravilloso cuadro que me había pintado para poder deleitarme en El. Ante tal paisaje no podía quedarme callado y sentía un fuerte deseo de agradecerle a Dios por Su majestuosidad. A pesar de nuestra pequeñez, Él nos ha dado muestras de su infinito amor a través de toda la creación. No podía evitar tampoco ver el desinterés que había en algunas personas que estaban apurados por llegar a sus lugares de trabajo. Por supuesto ellos ya estaban acostumbrados a observar tan bello paisaje así que no podía culparlos. Esas montañas siempre estaban allí y era un paisaje de todos los días para ellos. Esto me llevo a reflexionar ya que muchas veces estamos rodeados por montañas de bendiciones de Dios pero quizá nos hemos acostumbrado a recibirlas en nuestra vida y las damos por sentado. No nos levantamos agradecidos por el maravilloso día que Dios nos ha dado, o porque tenemos salud, o trabajo, o personas que nos aman. Caminamos dando esas cosas por sentadas en nuestras vidas y nos olvidamos de detenernos y admirar las maravillas que Dios ha puesto en nuestras vidas. No dejemos de agradecer y alabar a Dios por las bendiciones que hemos recibido de Él.


Pero el día no termino como había empezado en ese maravilloso lugar. En la tarde el cielo se empezó a oscurecer y de repente vino una neblina muy fuerte que no permitía ver ni una sola montaña. Si alguien se hubiera levantado a esa hora jamás creería que estábamos en un lugar rodeados por majestuosas montañas. Yo sabía que estaban ahí porque las había visto en la mañana, pero ya no se podía apreciar tal espectáculo. Hay ocasiones en que las bendiciones que hemos recibido se comienzan a opacar por problemas. Llegan esas nubes grises a nuestras vidas que nos quieren robar la paz y nos olvidamos de todas las bendiciones por las que estamos rodeados. Nuestra vista se limita a ver solo las nubes grises y nos olvidamos que las montañas están ahí también. Cuando llegan días así, es importante recordar que atrás de esas nubes las hermosas montañas siguen ahí; no importa que no las podamos ver o sentir en ese momento, sino simplemente saber que las bendiciones de Dios siguen estando ahí. Las nubes son pasajeras y pronto se irán, pero las montañas permanecen inamovibles porque asi son las bendiciones de Dios para nuestra vida. Puede ser que nos toque atravesar días grises donde no veamos la bendición de Dios por ningún lado, pero si realmente hemos aprendido a caminar con fe sabemos que están siempre ahí y que las nubes irán desapareciendo para que podamos volver a deleitarnos de las maravillas de Dios. Alcemos nuestros ojos a los montes y recordemos que las bendiciones de Dios siempre están allí. No las demos por sentadas cuando las recibimos, ni tampoco dejemos de verlas cuando llegan las nubes grises a querer bloquear nuestra visión. Sigamos enfocados sabiendo que las montañas están allí. 

3 comments:

  1. Amen! Cuan grande es nuestro Dios maravilloso!!!! Beautiful reflection :)

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  2. QUE PRECIOSO!!! Tan cierto lo que compartís, Dios te bendiga grandemente!!
    Es Maravilloso y es impresionante ver su creación tan espectacular como las montañas....puedo recordar cuando viajamos a Cuenca, cuando bajamos del auto y me encontré frente a esas montañas tan lindas y tan grande, me senti tan chiquitita y senti a Dios taaan grande y majestuoso que alzaba mis manos al cielo para agradecerle todo lo que ha hecho y por permitirme estar ahí...tan grande es Dios y tantas las bendiciones inamovibles que nos da y a veces no las vemos y podemos pensar que ya no estan, pero siguen ahí...maravilloso!!

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