¨Y dijo a Jesús: Acuérdate
de mí cuando vengas en tu Reino.¨ Lucas 23:40
Lucas es el único Evangelio en donde se relata la confesión del
criminal que estaba crucificado al lado de Jesús. Mientras uno se unía a las
burlas de la multitud y le pedía que demostrara su poder salvándolos de la
cruz, el otro entiende el cuadro y sabiendo que está recibiendo su castigo
merecido le pide a Jesús que lo recuerde cuando vuelva en su Reino. Este
malhechor creyó en Jesús y ante la inminente muerte le pidió salvación. Es una confesión
corta pero sincera, y Jesús viendo su corazón le otorgo la salvación. Es irónico
porque mientras el otro criminal le pedía a Jesús que los salvara de la cruz,
este entendió que había una salvación más importante aún: el de nuestras almas.
El sacrificio de Jesús en la cruz fue por nosotros, para nuestra salvación, y
por eso sabía que no podía bajarse de la cruz. Lo hizo por nosotros a pesar de
las burlas y del abandono de sus discípulos. El conocía cual era la voluntad de
Su Padre. Muchas veces nosotros no entendemos los planes de Dios y comenzamos a
cuestionarlo pidiéndole que nos salve de la situación en la que estamos. Lo que
no nos imaginamos es que Dios tiene planes mayores para nuestra vida y quiere
que busquemos su dirección. Nosotros pedimos salvación para el momento, y muchas
veces Jesús está obrando para una salvación mucho mayor. Cuanto nos falta para
aprender de la actitud de este malhechor que entendió lo que Jesús estaba
haciendo en la cruz y confeso su necesidad de salvación. La repuesta de Jesús:
¨De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.¨ ¿Qué fue lo que hizo
el malhechor? Simplemente creyó y confeso su necesidad de un Salvador.
Me es inevitable pensar en este cuadro ya que en el momento
de su muerte la persona menos pensada es la que entiende lo que estaba haciendo
Jesús en la cruz en ese momento. Todos sus discípulos lo habían abandonado.
Pedro lo había negado tres veces, Juan lo había seguido hasta la cruz pero
intento pasar desapercibido, Judas lo había traicionado, la gente que lo había aclamado
como rey hace una semana atrás ahora estaba pidiendo su crucifixión. Los discípulos
que habían caminado con Jesús durante su ministerio y visto tantas grandes
señales y milagros ahora estaban derrotados. Jesús mismo les había declarado
que era necesario que el muera, pero aun así no habían entendido el mensaje. Jesús
les había pedido a sus discípulos que se queden orando con él un tiempo ya que
estaba angustiado, pero ni una hora duraron sus discípulos y ya estaban
dormidos en el huerto. La persona más cercana a Jesús en el momento de su
muerte fue la persona menos pensada: un criminal que estaba siendo crucificado
junto a Jesús. Pero fue el único que comprendió
en ese momento lo que estaba haciendo ahí. Estaba tomando su lugar. El justo
tomando el lugar de los injustos. La confesión del criminal es la misma que Jesús
quiere que tomemos nosotros. No importa cuán cerca hemos caminado con el Señor
en estos años, Él quiere que reconozcamos que tiene el control de nuestras
vidas y que podemos confiar en El durante cualquier prueba que tengamos que
enfrentar. No seamos como los discípulos que no entendieron el mensaje y
salieron disparados a esconderse. Seamos como este malhechor que reconoció que
estaba sufriendo por sus malos actos pero que Jesus era el único que podía ofrecerle
salvación eterna. No le pidamos a Dios que se baja de la cruz para salvarnos,
sino que simplemente tenga misericordia de nosotros y nos salve para atraernos
a Su Reino.
It is encouraging to me to see how God reveals himself to you through these posts. This is a take on such a simple yet important part of scripture! The greatest moment in history was revealed to a criminal! Such mercy and love. Someone who saw past this world and these kingdoms and recognized who Jesus really was and where his kingdom was as well! Thank you for sharing!
ReplyDeleteI'm glad you enjoyed this Rebecca! Many blessings! God's word always has something new and fresh to teach us.
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