Tuesday, August 24, 2010

¡Todavía Hay Esperanza!


¨El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas.¨ Ezequiel 36:33
Ezequiel profetizó sobre la caída de Israel debido al pecado del pueblo que se había olvidado de su Dios yendo atrás de ídolos, e inclusive llegaron tan lejos con su maldad que sacrificaron a sus hijos. A diferencia de otros profetas a él le toco vivir en su tiempo la caída de Jerusalén y la deportación de su gente a Babilonia. Los primeros 35 capítulos del libro del profeta anuncian el castigo de Dios sobre su pueblo, pero en el capítulo 36 luego de la caída de Israel llega el mensaje de esperanza para su gente. El pueblo sufrió el merecido castigo de Dios, pero Él no había abandonado a Su pueblo y prometió perdonar sus pecados y establecer un nuevo pacto con ellos. La misericordia de Dios no se apartó para siempre de Israel. Los últimos capítulos del libro de Ezequiel son dedicados a consolar a Su gente con la promesa de que Dios volvería a restaurarlos a pesar de que no merecían Su perdón. ¡Todavía había esperanza para la nación!
Al igual que el pueblo de Israel nosotros hemos pecado y eso nos ha alejado de Dios. El pecado no nos permite vivir una relación intima con Dios y muchas veces vivimos esclavizados al pecado. Las buenas noticias son que Jesús ya pago el precio por nuestros pecados y ahora podemos tener libre acceso a nuestro Padre. El sacrificio de Jesús en la cruz por nosotros es suficiente para restaurar nuestra comunión con Dios, solo tenemos que aceptar ese regalo para salir de la esclavitud  y volver a habitar la tierra que Dios nos ha prometido. El perdón es algo maravilloso y Mark Twain lo definió mejor cuando dijo ¨ El perdón es la fragancia que la flor deja en el pie de aquel que lo aplasta. ¨ No merecemos el perdón y el castigo de nuestra maldad es la muerte, pero por la gracia de Dios El nos restaura y levanta. ¡Qué bueno es saber  que Dios ha decidido tener misericordia de nosotros y darnos una esperanza nueva!
A cambio del perdón que hemos recibido Dios nos pide que nosotros también perdonemos a aquellos que nos han ofendido. Para muchos acá viene la parte difícil ya que creemos que aquellas personas que nos han dañado no merecen nuestro perdón. Es fácil recibir el perdón, pero cuando otra persona nos ofende a nosotros nos cuesta perdonarlo. Debemos aprender del perdón de Dios que es algo que recibimos inmerecidamente. De la misma manera aunque nos parezca que nuestro prójimo no merece nuestro perdón el Señor nos pide que lo hagamos. Es el único requisito que Dios nos pide a cambio de su perdón. Esto viene como algo natural para aquellos que realmente entienden el significado del perdón y lo han experimentado en sus vidas. Dios quiere restaurar las ruinas en nuestras vidas, pero para eso debemos perdonar a los que nos ofenden. Para los que se les hace difícil perdonar, pídanle a Dios que les dé un corazón nuevo, un corazón de carne.
¨Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.¨ Ezequiel 36:26

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