¨Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.¨ Ezequiel 37: 9
Ezequiel fue llevado por el Espíritu a un valle lleno de huesos secos. La Biblia hace especial énfasis en que estos huesos estaban ¨secos en gran manera¨, y en ese momento Dios le pregunto al profeta si él creía que esos huesos podrían cobrar vida. Ezequiel conocía el poder de Dios y le contesto que si Él quería lo podía hacer posible, ya no había nada que el profeta no podía creer viniendo del todopoderoso. En ese momento los huesos comenzaron a juntarse, y se comenzaron a cubrir con tendones, y piel. Pero estos cuerpos aún no habían cobrado vida porque no tenían espíritu. A pesar de que ya no eran huesos secos, seguían siendo un montón de cuerpos muertos e inmóviles. Fue en ese momento que el Señor soplo su Espíritu desde los cuatro vientos y los cadáveres cobraron vida. Así mismo como esos huesos secos en gran manera cobraron vida así también el pueblo esparcido y derrotado de Israel iba a recobrar vida y volver a ser una nación grande y fuerte. Con esta profecía Dios lo dejo ver a Ezequiel que aún había esperanza para su pueblo a pesar de que las circunstancias demostraban lo contrario. Jehová no había castigado por siempre a Israel y Su Espíritu iba a estar sobre ellos, Su presencia iba a morar en medio de ellos.
Así como los huesos secos que no cobraron vida hasta que llegó el soplo del Espíritu, hay muchas personas andantes por la vida sin un propósito y razón por la cual vivir. Viven cada día como si fuera una carga y no entienden el significado de la vida. Viven una vida sin esperanza y solo aguardan su muerte. Son simplemente un montón de huesos secos, y secos en gran manera. Pero la Biblia dice que hay esperanza para ellos, solo necesitan recibir el soplo del Espíritu que les hará entender su propósito en esta vida y les devolverá la esperanza perdida. Dios quiere lo mejor para nuestras vidas, pero nosotros necesitamos abrir nuestros corazones y permitirle que Él sople de su abundante vida y gracia en nosotros. Podemos pasar toda la vida buscando satisfacer nuestros propios deseos para llenar ese vacío, pero no podremos conseguirlo si no permitimos el soplo del Espíritu en nuestras vidas.
Muchos de nosotros quizá ya hemos recibido ese soplo y vivimos una vida llena de esperanza, pero hay muchos que aún no han podido experimentarlo por lo cual es importante compartir ese regalo con los demás. No miremos a esta gente como huesos secos sin vida ni esperanza, porque el Espíritu puede revivir hasta los huesos más secos. Así como Dios llevo a Ezequiel al valle de los huesos secos para que vea como los huesos cobraban vida, Dios nos pone gente en nuestro camino para que les compartamos de esa nueva esperanza. Dios quiere soplar de su Espíritu en cada uno de nosotros y llenarnos de vida, gozo, paz, y justicia. Él quiere habitar en medio de nosotros.
¨Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.¨ Ezequiel 37: 14
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Thursday, August 26, 2010
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