¨El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco…Yo amo a los que me aman y me hallan los que temprano me buscan¨ Proverbios 8:13,17
Si bien hemos visto que el principio de la sabiduría está en temer a Dios, quizá muchos de nosotros no entendamos exactamente lo que significa ese concepto. Salomon nos deja bien en claro en el capítulo 8 a lo que se refiere cuando dice que debemos temerlo a Él. No se trata de tenerle miedo a Dios, sino más bien de tener una actitud de reverencia y respeto hacia Él por todo lo que ha hecho por nosotros. Temerlo a Él significa querer obedecerlo y cumplir con sus mandamientos, pero para ello es necesario pasar tiempo con Dios y meditar en su Palabra. La Biblia nos fue dada para que pudiéramos poner sus mandamientos por obra y no simplemente leerlos y creer que es un lindo libro. Salomon nos dice que el temor de Jehová es aborrecer el mal, y por lo tanto debemos leer Su Palabra para conocer qué es exactamente lo que Dios llama bueno y malo. No podemos pensar con nuestra mente carnal y decidir por nosotros mismos qué es lo bueno y qué es lo malo, sino que debemos someternos a la voluntad de Dios y dejar que Él nos muestre que es lo que es bueno para nuestra alma y que es lo que nos daña y nos hace mal. El concepto del bien y del mal no es algo nuevo, sino que desde el comienzo de los tiempos Dios ha estado tratando de guiarnos y mostrarnos Su verdad. Desde que Adán y Eva comieron del fruto prohibido entro el pecado al mundo. La serpiente fue muy astuta y les dijo claramente que iban a poder diferenciar entre el bien y el mal al probar ese fruto. Desde esa época el hombre tiene conocimiento del bien y el mal, y tenemos dos opciones: Aceptar los mandamientos de Dios y obedecerlo a Él o crear nuestras propias leyes morales y decidir por nosotros mismos que es lo que consideramos bueno y malo. El temor de Jehová tiene que ver con este asunto de aceptar lo que Él establece como bueno y malo y aborrecer ese mal; no simplemente lo que nosotros consideramos como malo, sino lo que Dios establece como malo.
Para poder tener un mayor temor de Jehová es necesario entonces meditar en Su palabra, sino el concepto de aborrecer el mal simplemente sería arbitrario porque lo que yo considere como malo quizá no sea malo para otra persona. Es necesario amar la ley de Dios y aceptar sus mandamientos como verdades absolutas para nuestras vidas. El padre de Salomon fue un hombre con el corazón de Dios porque amaba la Palabra. En el salmo 119 (el más largo de la Biblia) vimos como David se deleitaba en guardar sus mandamientos. No se trata simplemente de conocer la ley de Dios, sino también de cumplirlas. David era un hombre que temía a Dios porque amaba sus leyes y aborrecía el mal. Eso no quiere decir que David fue perfecto; él tuvo muchas fallas pero siempre busco el perdón de Dios y no intento justificar su pecado cuando cayó. De eso se trata el temer a Dios, el buscar guardar sus mandamientos y amarlos. Si caemos no nos justifiquemos o creamos que no estuvo tan mal lo que hicimos, sino simplemente busquemos el perdón de Dios y aborrezcamos lo que hicimos. Si hacemos esto podremos hallar la verdadera sabiduría que solo Dios nos puede dar.
En Proverbios podemos encontrar algunas de estas advertencias sobre cómo evitar el mal. Salomon nos exhorta a guardar la ley de Dios y nos advierte sobre varias conductas morales que pueden afectar nuestra relación con Dios. Primero nos advierte sobre guardarnos de la mujer extraña (cuidarnos de cualquier impureza sexual): ¨Porque los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más blando que el aceite; mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos¨ (5:3-4), sino que más bien debemos alegrarnos con la mujer de nuestra juventud y recrearnos en su amor (5:15-20). La sabiduría también nos amonesta sobre evitar ser perezosos, tener ojos altivos, evitar las mentiras, cumplir nuestras promesas, no tener malos pensamientos, y no ser cizañeros. Hay una serie de amonestaciones que se nos hace y que nos mandan a alejarnos de todas estas conductas inmorales que simplemente nos alejan de Dios y nos alejan de la sabiduría que Él nos quiere dar. Salomon quiere que guardemos la ley de Dios como a la niña de nuestros ojos. Para poder tener temor de Jehová es necesario meditar en Su palabra para saber lo que Él establece como bueno para nuestras vidas y lo que es malo. Si hacemos esto hallaremos la verdadera sabiduría: ¨Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el favor de Jehová.¨ (8:35).
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