¨ ¿Cómo cantaremos cantico de Jehová en tierra de extraños?¨ Salmos 137:4
El orden en que fueron numerados los salmos no es cronológico, pero tampoco es casual que hayan sido ordenados de esta manera. En medio de los cinco salmos que vamos a analizar hoy de alabanza por la grandeza y misericordia de Dios podemos encontrar un salmo de lamento del pueblo israelita que se encontraba cautivo en Babilonia. El salmo 137 se contrasta con los dos salmos anteriores y posteriores haciéndolo parecer a simple vista que queda fuera de lugar, pero si los analizamos bien podremos entender porque fueron ordenados de la siguiente manera. Los primeros dos salmos (135 y 136) tratan sobre la grandeza de Dios, Su bondad, y Su misericordia (la frase ¨porque para siempre es su misericordia¨ es repetida 26 veces en el salmo 136). Dios es grande y todopoderoso; podemos estar seguros de que Él está en control de todo lo que nos rodea y de que su mano estará siempre con nosotros: ¨Porque yo se que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace.¨ (135:5-6). La grandeza de nuestro Dios no se compara con la de ningún otro dios porque Él es el único Dios real creador de cielo y tierra y que habita entre nosotros para cumplir Su propósito en nuestras vidas. Él es real y se manifiesta de una manera sobrenatural para darnos lo mejor siempre porque su bondad y misericordias son sin límites. El salmista recuerda como la mano de Dios estuvo con su pueblo a través de toda la historia y de cómo pudieron experimentar Sus muchas bondades.
Después de haber repasado como la mano de Dios estuvo con ellos y de haber sido liberados por la misericordia de Dios nos topamos con este salmo de lamento donde el pueblo de Dios ha experimentado una de las peores derrotas de sus vidas y se encuentran exiliados lejos de su tierra. Aquí viven en cautiverio sirviendo al imperio babilónico y todas sus riquezas les han sido arrebatadas. ¿Cómo poder cantarle salmos de alabanza a Dios en esta situación, en medio de tanto dolor y aflicción? ¿Acaso la bondad y misericordia de Dios se ha apartado de ellos? ¨Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos y aún llorábamos, acordándonos de Sion.¨ (137:1). Era un tiempo de lamento para los israelitas, habían sido derrotados y llevados a un lugar lejos de su hogar por haber pecado y dejado a Dios. Dios no abandono a su pueblo, sino que ellos lo dejaron a Él y a pesar de que Dios les mando varios profetas a advertirles del daño que se aproximaba si no cambiaban su corazón y lo buscaban a Él, ellos no escucharon y el día del castigo llegó a sus vidas. Los israelitas nunca escucharon las advertencias de profetas como Jeremías que buscaron hacer recapacitar al pueblo, pero en vez de ser escuchados tuvieron que sufrir persecuciones y ser encarcelados por la maldad del pueblo. La voluntad de Dios nunca fue que Israel sea exiliado, y estaba dispuesto a mostrar su misericordia una vez más para con su pueblo pero ellos no aceptaron el llamado de atención y sufrieron las consecuencias debido a su desobediencia. La maldad había llegado a tal nivel que algunos sacrificaban a sus hijos en honor a sus ídolos. Por todo esto el pueblo de Dios fue derrotado y exiliado.
A pesar de que los israelitas fueron exiliados, Dios nunca abandono a su pueblo, y por su misericordia retornaron del cautiverio una vez que buscaron el perdón de Dios y reconstruyeron la gran ciudad. Los salmos 138 y 139 ocurrieron muchos años antes del exilio y fueron escritos por el Rey David, pero nos enseñan que Dios siempre pelea a favor nuestro a pesar de que las circunstancias nos parezcan contrarias. Podemos estar seguros de que a pesar de que tengamos que atravesar dificultades o lidiar con las consecuencias de nuestros pecados, Dios siempre está allí a nuestro lado para levantarnos y ayudarnos a atravesar los momentos difíciles: ¨Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás.¨ (138:7). Estas palabras fueron dichas por un hombre que tuvo que atravesar muchas aflicciones, pero su corazón siempre estuvo confiado en Dios y fue librado de todas sus angustias. David supo como alabar a Dios aún en medio de las pruebas porque sabía que finalmente si se sometía a Su autoridad, Dios iba a cumplir Su perfecta voluntad para su vida: ¨Jehová cumplirá su propósito en mí, tu misericordia oh Jehová es para siempre; no desampares la obra de tus manos.¨ (138:8). De la misma manera el pueblo de Dios podía estar confiado también de que Dios los libraría del cautiverio si lo buscarán a Él porque Sus misericordias son infinitas y quiere cumplir su propósito divino en nuestras vidas. Dios conoce nuestros corazones y nuestras intenciones, Él quiere bendecirnos pero debemos entregarnos completamente a Él y dejar que Él moldee nuestros corazones.
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