Thursday, April 21, 2011

Pídeme Lo Que Quieras

¨Da, pues a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo, porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?¨ 1 Reyes 3:9

Imagínense lo difícil que debe haber sido para Salomon seguir los pasos de su padre David, el Rey conquistador quien gano cientas de batallas y era muy querido por la multitud. El pueblo de Israel se había expandido y crecido durante los años en que David reino y ahora Salomon se encontraba con la responsabilidad de guiarlos a una edad muy joven. Era una tarea difícil y encima su padre le había dejado los planos para que construyera el Templo, la casa de Dios, en Jerusalén. El diseño del Templo era una mega estructura ya que debía reflejar la gloria de Dios, e iba a requerir de una construcción que nunca se había hecho antes. Salomon debía lidiar con el pueblo numeroso y encima con edificar el glorioso templo. La responsabilidad era tremenda, pero Dios estaba con Salomon como estuvo con su padre para demostrarle que con Él todo es posible. Una noche Dios se le apareció al Rey y le ofreció que escoja lo que quisiera que Él se lo daría. Pudiendo haber escogido riquezas o poder o fama, Salomon fue inteligente y pidió sabiduría divina para poder juzgar al pueblo. La respuesta de Salomon le agrado tanto a Dios que le dio mucho más de lo que pidió. Salomon recibió sabiduría divina y encima de eso fama, riqueza y paz durante su reinado. Dice la Biblia que no hubo hombre más sabio que Salomon ni antes o después de él. David fue un gran Rey, pero el apogeo de Israel se vivió durante la época de Salomon y todo porque supo que responderle a Dios cuando le ofreció lo que quisiera.

Salomon solo pidió sabiduría pero Dios le regalo mucho más dándole paz a su reino, muchas riquezas que fueron sabiamente administradas por el Rey, y mucha fama ya que venía gente de todas partes del Mundo para escucharlo. La necesidad de Salomon fue satisfecha y obtuvo aún más porque Dios nos da mucho más abundantemente de lo que nosotros podamos esperar. ¿Qué le pediríamos nosotros a Dios si Él se nos acercara como lo hizo con Salomon? Jesús nos enseño a pedir lo que quisiéramos en Su nombre que Su Padre nos lo daría. El problema es que la mayoría de nosotros no somos como Salomon y pedimos mal. Dios quiere lo mejor para nosotros y tiene grandes planes y propósitos para nuestras vidas, pero a nosotros generalmente nos cuesta entender esos planes que Dios tiene para nosotros y pedimos cosas que no se alinean con lo que Dios tiene planeado para nosotros. Imagínense si Salomon hubiese pedido fuerza sobrenatural envés de sabiduría. No le hubiese servido de nada ya que a él le toco reinar durante una época de paz. En cambio iba a necesitar de mucha sabiduría para poder juzgar al numeroso pueblo de Israel y para poder construir la maravilla arquitectónica que fue el Templo. Dios quiere darnos lo mejor, sus planes para nuestras vidas sobrepasan cualquier plan que nosotros podamos diseñar por lo tanto debemos pedir las cosas de acuerdo a su propósito. No tengas dudas de que si estás haciendo lo que Dios quiere que hagas Él te va a capacitar para hacerlo y dar todo lo que necesites.

Si no has obtenido lo que le has pedido a Dios entonces es hora de hacer una pausa y preguntarte si realmente estas siguiendo el propósito de Dios para tu vida. Si estás haciendo Su voluntad entonces no dudes que Él te va a dar todas las herramientas necesarias para cumplirla, solo espéralo. Pero si no estás caminando en el propósito que Él ha diseñado para ti es muy probable que no vas a recibir lo que estas pidiendo, no porque Dios sea malo sino porque tiene algo mucho mejor para tu vida. Él te creo y te diseño por lo tanto sabe exactamente qué es lo que necesitas para llegar a tu destino. El propósito de Dios para Salomon fue siempre el que el sea Rey de Israel y por lo tanto él necesitaba de sabiduría para dirigir a esa nación y mantener la paz. Dios también le había declarado a David que su hijo Salomon sería el que le iba a edificar el Templo, por lo tanto también iba a necesitar de esa sabiduría para la construcción. Israel no tuvo una época tan gloriosa como la que disfruto en los días de Salomon simplemente porque un hombre supo que pedirle a Dios para cumplir con el propósito con el cual fue creado. Así como con Salomon las demás cosas vienen por añadidura. Busquemos siempre la voluntad de Dios para nuestras vidas y pidámosle que nos capacite para cumplirla porque sus pensamientos son más grandes que los nuestros. Deja que Dios tome el control de tu vida porque será la mejor decisión que puedas hacer. Nada te llena tanto como Él.
  

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