Monday, September 27, 2010

La Ventaja de Conocer las Escrituras


¨Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.¨ Zacarías 9:9

Una de las enseñanzas más grandes que nos dejó Jesús fue que es necesario conocer las Escrituras. Cuando Jesús fue tentado en el desierto salió vencedor porque conocía la Palabra y cada engaño que le presentaba el diablo era refutado con las Sagradas Escrituras. Jesús, a pesar de ser carpintero, conocía las Escrituras y enseñaba en las sinagogas desde muy joven dejando sorprendido inclusive a los fariseos y saduceos, profundos conocedores y estudiosos de la Biblia. Todos se maravillaban por el grado de conocimiento que tenía el Maestro, el cual le dedicaba tiempo a su relación con Dios. Jesús pasaba tiempo con Su Padre y se apartaba al desierto para tener un tiempo de comunión con Él. A pesar de la gran multitud que siempre lo seguía y de la gran necesidad que tenían, Jesús sabía que era necesario apartarse y dedicarle tiempo a solas con Dios. Una semana antes de su crucifixión, Jesús estaba teniendo su entrada triunfal en Jerusalén. Una gran multitud seguía a Jesús y estaba lista para proclamarlo como Rey de su nación. La gente creía que él era el que los iba a librar del opresivo imperio Romano. Jesús pudo haber entrado como el gran salvador de la nación, pero Él conocía las Escrituras y estaba para cumplir con la voluntad de Su Padre. Recordó que el profeta Zacarías había declarado 400 años antes que el Mesías entraría a la ciudad montado sobre un pollino y fue tal cual lo que ocurrió.

La visión de Zacarías fue impresionante ya que describió los acontecimientos con una perfección 450 años antes de que ocurriesen. El problema fue que los fariseos nunca fueron capaces de entender la profecía. En el versículo siguiente a la descripción de la entrada del futuro rey de Sion en un asna, Zacarías dice ¨y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra. ¨ La gente creía que el gran Rey los libraría del imperio romano y gobernaría el mundo, pero obviaron la parte del pollino. ¿Por qué el rey entraría a la ciudad en un pollino envés de en un gran caballo de guerra? Simplemente porque el plan de Dios era diferente al que esperaban los judíos. Dios tenía un propósito diferente e iba a levantar a un rey humilde que avergonzaría a los más sabios y traería salvación para el mundo. No era un gobierno físico, sino uno espiritual, y Jesús entendió esto y por eso deja en claro que estaba para cumplir las Sagradas Escrituras al pie de la letra. Jesús no iba a reinar físicamente, sino que iba a reinar espiritualmente sobre toda la tierra trayendo liberación y paz a las vidas de toda la humanidad. En los próximos dos versículos lo describe claramente ¨Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua. Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble.¨ Con la muerte de Jesús en la cruz y su resurrección comenzó un nuevo reino donde existe el perdón, la paz, la liberación, y la restauración de las almas de la humanidad. Su reino espiritual ya está sobre nosotros.

Dios nos ha dejado Su Palabra para que la escudriñemos y la usemos como un manual de vida. El mismo desafío que le hizo a Josué sobre meditar en Su palabra día y noche es para nosotros también. Dios quiere que estudiemos Su palabra y la pongamos por obra. Quizás muchos de nosotros no entendamos todo lo que está escrito en la Palabra, pero para eso nos ha dejado Su Espíritu Santo el cual está para guiarnos y hablarnos. El meditar en Su palabra nos puede ahorrar muchos problemas y ayudarnos a vencer las tentaciones de este mundo. Dios nos habla hoy a través de la Biblia y sus promesas están ahí para nosotros, solo tenemos que tomarlas y apropiarnos de ellas. Dejemos que Su reino se haga visible en nuestras vidas. Él promete llenarnos de paz y restaurar el doble aquello que nos ha sido robado por el enemigo.

¨Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.¨ Zacarías 10:1

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