Monday, July 18, 2011

Cuando No Entendemos a Dios



¨En cuanto a mí casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos.¨ Salmos 73:2-3

Asaf compuso varios de los Salmos, y en el libro de Nehemías es nombrado como uno de los mejores músicos de la época. El también exponía su corazón a Dios mediante los salmos y expresaba sus más profundos sentimientos a través de estas composiciones. En el salmo 73 expresa como casi se aleja de Dios al ver como los malos prosperaban y parecían no recibir castigo por sus acciones. Es una realidad a la que muchas veces nos exponemos nosotros cuando vemos que hacemos todas las cosas bien como Dios nos ha mandado pero sin embargo experimentamos fracasos, mientras que vemos a nuestro alrededor que hay gente corrupta que logra prosperar sin temer a Dios ni cumplir con sus mandamientos. Muchas veces no entendemos por qué Dios permite que sucedan estas cosas: por qué los malos prosperan y los buenos tienen que sufrir. Asaf llego a tener envidia de los malos y por un momento se vio tentado a seguir el mismo camino de ellos. Es mucho más fácil tomar los atajos de la vida e intentar lograr las cosas por otros medios, pero Dios quiere que nos mantengamos firmes y hagamos todo como Él manda. Dios quiere que pongamos nuestra mirada en Él solamente y no nos andemos comparando con los demás. Quizá todo le está saliendo bien a los malos, pero eso no quiere decir que nosotros tenemos que imitarlos o seguirlos. Nuestro Dios promete sostenernos aun en medio de las dificultades así que permanezcamos firmes y confiados en Su palabra sin dejarnos llevar por la aparente prosperidad de los demás. Nuestra relación con Dios es simplemente entre nosotros y Él, las comparaciones no sirven.

Nuestro deber no es entender a Dios sino simplemente someternos a Su autoridad y cumplir sus mandamientos sabiendo que a la larga sus propósitos son mejores para nosotros. El dolor que estamos sintiendo hoy simplemente nos está puliendo y haciendo más fuertes para las pruebas de mañana. Nuestra fortaleza no depende de los demás, ni tampoco de nosotros mismos, ya que nuestro refugio y nuestra confianza debe estar puesta siempre sobre nuestra roca: Dios. Él es el que nos sostiene. Si comenzamos a mirar a los demás y compararnos con ellos vamos a caer como casi le sucedió a Asaf, pero gracias a Dios que entendió el llamado de Dios antes de tropezar. Dios le revelo una verdad importante a Asaf justo a tiempo: ¨Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos.¨ (73:17). El se dio cuenta que la aparente prosperidad de los malos era simplemente vanidad porque todo se iba a acabar un día y cuando les tocase enfrentar a Dios en el juicio iban a tener que pagar la cuenta de todas sus acciones. Ninguna de sus riquezas o posesiones les va a servir el día de su muerte ya que así como llegamos a la tierra sin nada nos toca partir. Todos tendremos que enfrentarnos delante de Dios en el juicio final y es ahí donde tendremos que responder por nuestras acciones. Asaf se dio cuenta de cuan torpe había sido por compararse con los demás y olvidarse que su sostén y refugio siempre ha sido Dios. El llego a concluir al final del capítulo ¨ ¿a quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.¨ (73:25). No perdamos nuestro enfoque; debemos poner nuestra confianza en Dios en todo tiempo y solo buscarlo a Él.

Asaf aprendió la lección y se mantuvo firme bajo la protección de su Dios. En el Salmo 77 escribe sobre como Dios lo sostiene aún en los momentos de aflicción y dolor. ¨Al Señor busque en el día de mi angustia.¨ (77:2). Esta vez sí Asaf puso su mirada en Dios envés de compararse con los demás y a pesar de que estaba pasando por un momento de aflicción y no entendía el propósito de Dios para su vida, aún así tenía sus ojos puestos en Dios. El llego a quejarse delante de Dios y quebrantarse pero sin quitar su mirada de Él. A pesar de que parecía que Dios no estaba con él en ese momento y que parecía haberlo desechado, Asaf recordó las maravillosas obras de Dios en el pasado. Cuando estemos atravesando dolor es bueno siempre recordar como Dios ha actuado a través de la historia y en nuestro propio pasado. Él nunca nos dejo resbalar sino que su ayuda siempre llego en el momento oportuno. Dios está con nosotros y su ayuda va a llegar, pero debemos permanecer confiados en Él. Asaf recupero las fuerzas cuando recordó estas grandes obras de Dios ¨Oh Dios santo es tu camino; ¿Qué Dios es grande como nuestro Dios? Tú eres el Dios que hace maravillas.¨ (77:13-14). No nos demos por vencidos cuando aparentemente nuestros problemas no tengan solución porque Dios es nuestra roca y Él promete sostenernos y ayudarnos a atravesar esas dificultades. Si miramos como Dios ya ha obrado en el pasado no tendríamos ni que dudar de que Él está en control de todo porque así como nos rescato en el pasado lo volverá a hacer hoy.

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