Monday, August 8, 2011

Cantando Salmos Camino a Jerusalén



¨Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía.¨ Salmos 133:1

El pueblo judío tenía como costumbre reunirse todos los años en Jerusalén para celebrar las fiestas anuales. Algunas familias venían de partes más lejanas que otras pero todos se juntaban en Jerusalén a ofrecer sus ofrendas y alabanzas a Dios en su Templo. Durante su viaje, estos peregrinos aprovechaban para cantarle salmos y alabanzas a Su Dios mientras se dirigían a subir al monte donde estaba situado Jerusalén. Debido a esto los salmos 120 al 134 son conocidos en la Biblia como los cánticos graduales. El viaje a Jerusalén era un buen motivo para que todo el pueblo alabe a Dios junto y le agradezca por su protección y cuidado sobre sus vidas. A Dios le agrada que sus hijos habiten en armonía juntos y lo busquen con todo su corazón. Es importante que podamos congregarnos en una iglesia o en algún lugar con otros hermanos de la fe para buscar juntos la presencia de Dios y alabarle a Él. Esto es precisamente lo que hacía el pueblo judío cada año cuando se reunían en Jerusalén a alabar a su Dios por su bondad, protección, y misericordia. Durante estos viajes el pueblo comenzaba a darle gracias a Dios por su protección y cuidado: ¨Alzare mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra.¨ (121:1-2). El pueblo estaba agradecido a Dios porque Su mano siempre estaba con ellos cuidándolos y librándoles de todo mal. Dios estaba en cuidado de ellos aún durante ese largo peregrinaje a Jerusalén: ¨¨Jehová guardara tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.¨ (121:8). Él los traería de regreso a sus casas porque cuida de nosotros.

El viaje a la ciudad santa era motivo de alegría y regocijo: ¨Yo me alegre con los que me decían a la casa de Jehová iremos.¨ (122:1). Dios mira nuestros corazones y conoce con que propósito realmente nos congregamos a alabar a Dios. Él no quería que el pueblo vaya a adorarlo todos los años simplemente porque era una costumbre o tradición, sino que quería que realmente vayan a buscar su rostro y adorarlo por Su grandeza. Dios quiere que nos deleitemos juntos en Su presencia y disfrutemos de pasar tiempo con Él y nuestros demás hermanos en la fe. ¿Qué es lo que nos motiva a nosotros congregarnos en alguna iglesia semana tras semana? ¿Realmente estamos yendo con un corazón alegre para buscar la presencia de Dios y adorarlo con todo nuestro ser o estamos yendo simplemente porque es parte de nuestra tradición o costumbre de ir a la iglesia todas las semanas? Dios conoce nuestro más íntimo pensamiento y sabe cuáles son nuestros verdaderos motivos; Él no puede ser engañado así que seamos sinceros con Él y siempre busquemos reunirnos para adorarlo con un corazón sincero. Dios debe ser el motivo de nuestra alegría y por lo tanto de nuestra adoración y alabanza. Otro motivo para congregarnos juntos con nuestros hermanos debe ser el de buscar el bien para ellos y siempre que nos sea posible mantener el vinculo de la paz: ¨Pedid por la paz de Jerusalén, sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros y el descanso dentro de tus palacios.¨ (122:6-7).

Es lícito también acercarnos a Dios para buscar una solución a algún problema en el que nos hallemos. Muchos de los judíos viajaban a Jerusalén en busca de respuestas y soluciones a sus necesidades: ¨De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.¨ (130:1-2). Dios quiere bendecir nuestras vidas y si lo buscamos a Él vamos a poder encontrar las respuestas que tanto hemos estado buscando. Podemos compartir nuestras necesidades con Dios y con nuestros hermanos para que nos apoyen en oración, y además poder orar por las necesidades de ellos. Esa es una de las grandes bendiciones que tenemos al congregarnos con otros hermanos de la fe ya que podemos apoyarnos mutuamente y velar por ellos. Dios quiere que disfrutemos de nuestra relación con Él, que podamos buscarlo, adorarlo, agradecerle por su infinita misericordia, y además apoyar a nuestros hermanos y suplir sus necesidades. Esa es una de las bendiciones de las que podemos disfrutar hoy al poder reunirnos con otros hermanos de la fe y juntos adorar a Dios por sus grandezas. Fue precisamente lo que sentían los judíos en su peregrinaje a Jerusalén y lo que los motivaba a cantarle estos hermosos salmos a Dios agradeciéndole por sus bondades.

http://estebueno2.blogspot.com/

No comments:

Post a Comment