Friday, February 4, 2011

Ya No Se Llamará Más Tu Nombre Jacob, Sino Israel


¨Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob, no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel¨ Génesis 35:10

La promesa que Dios le hizo a Abraham de bendecirlo a él y a su descendencia a través de Isaac ahora se cumple en la vida de Jacob, quien no fue realmente el primogénito, sino que engaño a su padre y hermano mayor para robarse la primogenitura y la bendición de Dios. El precio que tuvo que pagar Jacob por engañar a su hermano fue bastante alto ya que tuvo que huir a otra tierra por temor a que su hermano lo matase. Aún así Dios bendecía la vida de Jacob y estaba con él en todo tiempo. Jacob se enamoro de una muchacha llamada Raquel y tuvo que trabajar 7 años para su padre para que se lo entregara como su mujer. Cuando llego el momento en el cual Jacob se debía desposar con Raquel fue engañado por su suegro y este le entrego a su hija mayor: Lea. Jacob estaba tan enamorado de Raquel que tuvo que trabajar siete años más para que su suegro finalmente la entregue. El engañador había sido engañado, pero aun así la mano de Dios estaba con Jacob. Su suegro sabía que Dios bendecía a Jacob por lo cual estaba contento con retenerlo bajo sus servicios porque mientras Jacob vivía con él, él también era bendecido. Pero el momento de partir al fin había llegado y Jacob tomó a sus dos mujeres y todas sus posesiones y se fue. Ahora llegaba el momento en que se tenía que enfrentar a su hermano que lo venía buscando con 400 hombres.

Jacob entro en pánico. Finalmente había conseguido su libertad y ahora debería enfrentar a su hermano que años atrás lo había querido matar. Este fue el momento culminante en la vida de Jacob donde ocurrió la transformación más grande de su vida. Le pidió a Dios que lo proteja de su hermano y termino peleando con un ángel del Señor hasta el alba no dejándolo ir hasta que bendijera su vida. Jacob finalmente obtuvo su bendición, pero fue a un alto costo ya que quedó dislocado uno de sus huesos en su costado. El momento finalmente había llegado para Jacob en el cual tuvo que reconocer ante Dios que no podía enfrentar la situación solo. Toda su vida había conseguido lo que quería a través de engaños, pero ahora estaba solo y necesitado. Fue en ese momento que Jacob rindió su vida ante Dios y reconoció que sin la bendición de Dios no había manera de que continuara con vida. Le prometió a Dios que si libraba su vida a partir de ese momento su Dios sería Jehová. Dios estaba con Jacob, así como lo había estado con sus padres Isaac y Abraham y la promesa se iba a cumplir a través de su descendencia. Cuando Jacob se encontró frente a frente con su hermano, este le recibió con un abrazo y el rencor que una vez le había guardado ya había desaparecido hace tiempo. Las preocupaciones de Jacob se esfumaron y ahora podía reunirse junto a su hermano y padre nuevamente en su tierra. Dios demostraba una vez más que él estaba en control de la situación, lo único que requería de Jacob era que este reconociera su soberanía. Desde ese momento la vida de Jacob cambio para siempre. Su nombre ya no era más Jacob, sino Israel.

No sé en qué situación te puedas encontrar en este momento, pero quizá sientas que ya no puedes dar un solo paso más. Has intentado hacer todo por tus propios medios y sin embargo te encuentras siempre contra las cuerdas. Recuerda que Dios está en control de tu situación y puede solucionar tus problemas, simplemente está esperando que rindas tu vida a Él y que reconozcas así como lo hizo Jacob de que solo Él puede cambiar tu vida y darte salvación. Dios te da un nuevo nombre y puede arreglar cualquier problema en el cual te encuentras metido. Nunca es demasiado tarde para Dios, Él está ahí a tu lado dispuesto a darte una mano si se lo permites. Entrégale tus problemas y preocupaciones al Señor y veras que Él cambia tu vida y te hace una nueva criatura sin importar tu pasado. Así como lo hizo con Jacob, Dios quiere bendecir nuestra vida, pero solamente lo va a hacer si nosotros le permitimos que sea Señor y Rey de nuestro ser. Debemos permitirle a Él que tome el control de nuestra situación. Entrégale tus cargas a Dios y confía que la solución llegará pronto.

No comments:

Post a Comment