¨Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.¨ 1 Reyes 12:9
Israel había estado en su pleno apogeo durante el reinado de Salomon. Fue una época gloriosa donde se vivió con mucho esplendor, pero todo lo que brilla tiene un costo muy alto. Los israelitas tuvieron que pagar fuertes impuestos para poder llevar ese estilo de vida decoroso que exigió Salomon. Después de su muerte, el pueblo se acerco a su nuevo Rey, Roboam, y le pidió que les alivie un poco esa carga tan pesada que su padre les había impuesto. Roboam busco el consejo de los ancianos primero y estos le dijeron que escuchara al pueblo para poder irse estableciendo como su nuevo Rey. No estando muy de acuerdo con ellos busco el consejo de sus consejeros más jóvenes los cuales le dijeron que les aumente aún más su carga para mostrar que era un Rey con mano fuerte. Fue exactamente lo que Roboam quería escuchar así que tomo el consejo de los jóvenes y aumentó aun más los impuestos hacia el pueblo. Los israelitas rechazaron la decisión de Roboam y se apartaron de él. Las 10 tribus de Israel declararon que no tenían parte con la casa de David y proclamaron a Jeroboam como su nuevo Rey. La guerra civil había comenzado e Israel y Judá nunca más compartirían un mismo Rey. Pensar que todo el problema comenzó por no haber escuchado el consejo correcto, porque el pueblo estaba dispuesto a seguir a Roboam si les aliviaba un poco la carga, pero Roboam tomo el consejo equivocado y echo todo a perder. Ante una decisión importante muchas veces buscamos un consejo para saber qué decisión tomar, pero el problema es que la mayoría de las veces no buscamos los consejeros adecuados porque simplemente queremos encontrar gente que apoye nuestra decisión envés de realmente buscar un consejo. Buscamos a alguien que nos apoye en nuestra decisión envés de realmente darnos un consejo y eso fue exactamente lo que hizo Roboam.
Roboam se quedó con el reino en Jerusalén, pero las 10 restantes tribus de Israel apoyaron a Jeroboam y lo sirvieron a él. Jeroboam tampoco fue un gran rey ya que siguió los mismos pasos que Roboam al buscar el consejo erróneo. Jeroboam sabía que el Templo estaba ubicado en Jerusalén y temía que la mayoría de los israelitas terminen emigrando a la capital para servir a Dios por lo cual decidió inventarse sus propios dioses y altares en su ciudad. Era un buen plan ya que así podía controlar a su pueblo y asegurarse que no se marcharan a Jerusalén. Quizá Jeroboam ya había pensado hacer esto él mismo, pero aún así busco consejo y se rodeo de consejeros que apoyaban su idea de construir becerros de oro y decláralos como sus dioses. No tomo en cuenta los mandamientos de Dios, ni busco su apoyo a pesar de que Dios mismo le había declarado y puesto como rey de Israel. Me imagino que mucha gente le debe haber advertido a Jeroboam sobre el gran error que estaba cometiendo al desviar a su pueblo, pero aún así él se quedó con el consejo de las personas que lo iban a apoyar. Un buen amigo no es aquella persona que nos apoye en todo lo que decidamos sino aquel que está dispuesto a confrontarnos y no tiene miedo de advertirnos sobre una mala decisión. Jeroboam ni siquiera tuvo que haber buscado consejeros en este caso ya que la Palabra de Dios es muy clara al condenar la idolatría. Hacer la voluntad de Dios y seguir sus mandamientos debería ser la prioridad en nuestras vidas cuando tenemos que tomar alguna decisión y Jeroboam se equivoco gravemente perjudicando a su nación.
Esta historia no termina aquí, primero Roboam escucho el consejo equivocado, luego Jeroboam siguió sus pasos, pero no hay dos sin tres. El próximo capítulo de Reyes narra como un profeta de Judá es enviado por Dios a amonestar a Jeroboam por la decisión de edificar y adorar a los becerros de oro. Este profeta había recibido la orden de Dios de regresarse inmediatamente a Judá por otro camino luego de amonestar al Rey sin detenerse a comer ni tomar nada, pero le salió al encuentro un profeta de Bet-el quien le mintió y le dijo que Dios le había revelado que debía venir a comer a su casa. El profeta de Judá escucho al profeta israelita y se detuvo en su casa a comer. El profeta murió ese mismo día por no haber escuchado el mandato de Dios y dejarse engañar. Nunca escuches el consejo de otro persona cuando va en contra de lo que Dios te ha ordenado directamente. Encontrar personas de confianza con las que podamos compartir y buscar consejos es importantísimo, pero cuando Dios nos ha dado una orden directa y hemos escuchado su voz no podemos buscar consejos o tomarlas en cuenta cuando van en contra de lo que Dios ya nos ha declarado. El profeta de Judá decidió escuchar a su colega en vez de escuchar a Dios y su pecado lo llevo a su muerte prematura.
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