¨Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado. Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mí Dios.¨ 2 Samuel 22:21-22
David fue un hombre conforme al corazón de Dios porque siempre estuvo dispuesto a reconocer sus errores y además amó a Dios con todo su corazón. Tenía una pasión por Dios y lo demostró al componer cientos de Salmos y alabanzas. A David le encantaba danzar en la presencia de Dios, disfrutaba pasar tiempo con Él. El rey ya estaba llegando a los últimos años de su reinado, estaba viejo, cansado, pero aun así compone un cantico de alabanzas para Dios. El versículo que resalto a mis ojos fue el 21 porque David dice que ha sido premiado conforme a su justicia. David había cometido errores graves en su pasado y había caído en adulterio y conspiración de asesinato. No son cualidades que uno identificaría como justas o limpias. David sabía que había cometido pecados en su vida, pero también conocía la misericordia de su Dios. Sabía que Dios lo había perdonado. No era un asesino ni adultero porque Dios ya lo había limpiado. Sabía que Dios lo miraba con otros ojos. Cuando realmente experimentamos esta clase de perdón en nuestras vidas nos sentimos libres, somos nuevas criaturas y Dios ya no nos ve con los mismos ojos sino que ha borrado nuestro pasado y nos permite arrancar de nuevo. El peso y la carga del pecado Dios la quita, y David había experimentado esto por lo cual se sentía digno y limpio ante Dios. Era un hombre nuevo por lo cual podía enfrentarse a su Dios limpio y sin culpa sabiendo que Él escudriña y conoce nuestro corazón.
David se preocupo por guardar los preceptos de Dios y nunca apartarse de su camino. Es verdad que cometió algunos errores en su vida, pero él lo reconoció y busco el perdón de Dios. Una vez que su pecado fue borrado sabía que tenía cuenta nueva delante de Dios por lo cual podía decirle ¨Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.¨ Solo alguien que realmente ha experimentado el perdón de Dios en su vida puede entender este concepto, porque a los ojos de los demás siempre iba a ser visto como un adultero y asesino, pero ante Dios era santo. El error no está en haber caído sino en no levantarse cuando fallamos. David se levanto enseguida y busco el perdón de Dios. A pesar de todos los problemas que tuvo que atravesar Dios dijo que David tuvo un corazón conforme a Su corazón. David se dejo moldear completamente por Dios y nunca se aparto de su camino. El caminar con Dios no tiene que ver con nunca fallarle sino con nunca dejarlo, por eso cuando caemos debemos buscar su mano extendida hacia nosotros para levantarnos. Dios quiere lo mejor para nosotros y conoce nuestras debilidades, pero si caminamos con Él vamos a encontrar que Él nos va a ir fortaleciendo en esas áreas que antes fallábamos.
Es importante que aprendamos del ejemplo de David que supo levantarse después de su caída e igual dejarse escudriñar por Dios. David sabía con que ojos lo veía su Padre por lo cual se sentía digno de acercarse ante Él. Muchas personas temen un confrontamiento con Dios porque creen que no son dignos de estar ante Él, pero David conocía demasiado bien el corazón de Dios y sabía que cuando Él perdona nos hace nuevos. Lo peor que podemos hacer cuando caemos es buscar escondernos o justificar nuestro pecado. Es necesario dejar que Dios nos confronte con nuestro pecado, reconocer el error, y dejar que Él nos limpie completamente para que nuestra relación con Él sea restaurada. La gente que se esconde de Dios por temor realmente no ha conocido al Dios amoroso de la Biblia que siempre ha buscado reconciliarse con nosotros. Una vez que conocemos a Dios vamos aprendiendo que lo mejor que podemos hacer es acercarnos a Él y dejar que Él nos confronte con nuestro pecado para restaurar nuestra relación con Él. Solo así vamos a poder sentirnos dignos de estar en su presencia y gozar de una relación plena con Él. David disfruto de su relación con Dios y vivió apasionado por Él porque había experimentado un perdón real y único. Nunca se justifico sino que se acerco a Dios y se dejo moldear por Él; nosotros debemos de hacer lo mismo cuando nos equivocamos, no alejarnos de Dios sino dejar que Él nos perdone y vaya transformado hasta llegar a tener un corazón conforme con el corazón de Dios.
No comments:
Post a Comment