Thursday, April 14, 2011

El Rey Conforme al Corazón de Dios


¨Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?¨ 2 Samuel 9:1

Si tuviera que escoger un personaje en toda la Biblia escogería a David porque a pesar de sus fallas y de las múltiples adversidades que tuvo que enfrentar a lo largo de su vida, él se mantuvo firme en su relación con Dios amándole con una pasión inigualable. David temía a Dios y también había aprendido a tener un corazón misericordioso para con los demás. A pesar de ser un gran guerrero y de tener el favor de Dios, su corazón nunca lo llevo a enorgullecerse o dejar a un lado a Dios. En el capítulo 8 del segundo libro de Samuel se nos menciona como David ganaba fama y obtenía la victoria por dondequiera que iba expandiendo el territorio de la nación. A pesar de sus victorias, su corazón estaba completamente entregado a Dios y sabía que Él era el que le daba la victoria. A través de las adversidades David había aprendido a confiar en Dios y esperar en Él. Otra de las cualidades que obtuvo en su relación con su Padre fue la de tener un corazón misericordioso. David se acordó del pacto que había hecho con Jonatán y busco algún sobreviviente de la dinastía de Saúl para poder protegerlo y conservar el linaje de su mejor amigo. Esto era algo inédito ya que la costumbre de la época era que el Rey de una dinastía nueva que accedía al trono matara a toda la descendencia del derrocado Rey para evitar cualquier inconveniente en el futuro. Sin embargo David envés de cortar y poner fin al linaje de Saúl, él busca al único sobreviviente de su descendencia y lo trae al palacio para que viva como un príncipe y coma a la mesa del Rey.

Podemos aprender muchas cosas estudiando la vida de David, pero a mí criterio la más importante es esta cualidad amorosa y misericordiosa que él tenía. La tradición y las costumbres de la época dictaminaban que Mefi-boset debía morir, pero David se mostro misericordioso hacia él y se mantuvo fiel al pacto que había hecho con Jonatán. ¿Cómo puede alguien tan poderoso y famoso como lo era David en ese momento mantenerse con un corazón humilde, amoroso, y compasivo? La respuesta es sencilla. David tenía una relación tan intensa con Dios lo cual le permitió dejarse ser moldeado por Él. Cuanto más tiempo pasamos con Dios y más aprendemos de su infinito amor por nosotros, vamos adquiriendo y absorbiendo esas mismas cualidades en nuestras vidas y corazones. David vivía una verdadera relación con Dios por lo cual su carácter se fue moldeando y asemejándose cada día a Su corazón. La reacción de Mefi-boset fue de sorpresa ya que él sabía que la lógica dictaminaba que debía morir. El mismo se considero como un pobre y simple perro ante la majestad de David, pero aún así el Rey lo tomo y lo puso en su mesa para que disfrute de los mismos deleites que el Rey. La vida de Mefi-boset cambio para siempre debido a un simple gesto de amor y compasión de parte del Rey. Fue un regalo inmerecido pero a partir de ese momento su vida cambio para siempre.

 La actitud que tomo David ante Mefi-boset manteniendo el pacto que había hecho con Jonatán me recuerda a lo que Jesús hizo en la tierra por nosotros. Jesús vino a este mundo para morir por nuestros pecados. Él nos rescato y pago el precio por nosotros para que podamos gozar de una relación genuina con Él. Su sacrificio por nosotros en la cruz es lo que nos da el libre acceso para acercarnos a Dios y buscar tener una relación íntima y cercana con Él. Cuanto más tiempo pasemos a solas con Dios, nuestro interior se va moldeando y renovando cada día a la imagen de Dios. Ese sacrificio que realizo Jesús en la cruz por nosotros fue por misericordia, compasión, y amor hacia nosotros. Esos mismos atributos deben ser los que caractericen nuestras vidas hoy. Los cristianos debemos ser conocidos por tener estas clases de acciones. El amor de Dios en nosotros es el que nos permite contagiar al resto de las personas que aun no han podido conocer ese amor genuino y verdadero. Ante la magnificencia de Dios somos perros insignificantes, pero gracias a Su amor y misericordia podemos disfrutar comiendo de su mesa y confiando en su providencia. Dios es amor, nosotros también debemos comenzar a vivir de esa manera y solo podemos hacerlo si le permitimos a Él moldear y formar nuestros corazones. Que el amor, la misericordia, y la compasión para con los demás forme parte de nuestro diario caminar. Esas fueron las cualidades que tuvo David, el Rey conforme al corazón de Dios.

No comments:

Post a Comment