Thursday, June 30, 2011

Dios Finalmente le Responde a Job y lo Restaura



¨Por tanto yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás.¨ Job 42: 3-4

Eliú le dijo muchas verdades a Job, pero este aún se mantuvo callado decidido solo a escuchar a Dios. Job tenía tantas preguntas para hacerle; no entendía como pudo haber permitido que pase por tanta aflicción. Job quería una cita con Dios, y Él se lo iba a conceder. Cuando finalmente llegamos al capítulo 38 de Job y después de leer tantas idas y vueltas entre Job y sus amigos, Dios finalmente habla y confronta a Job con una verdad. ¨Ahora ciñe como varón tus lomos; yo te preguntaré y tú me contestarás. ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber si tienes inteligencia.¨ (38:3-4). Las palabras de Dios hacia Job fueron fuertes ya que Job estaba recibiendo lo que había pedido. Querías confrontarme y preguntarme por qué permití que te sucedan todas estas aflicciones, bueno primero dime dónde estabas cuando yo creaba el mundo y ordenaba la tierra. Dios le muestra su grandeza a Job y la insignificancia de los hombres. No podemos ni compararnos ante la majestuosidad de Dios. Esto es lo que Eliú le venía diciendo a su amigo cuando le hablo sobre las maravillas y grandeza de Dios. Eliú a pesar de ser más joven fue más sabio que el resto de los amigos aunque tampoco supo consolar a Job. Dios fue el único que pudo consolarlo cuando lo hizo entender que sus propósitos son más grandes que los nuestros. Cuando llegamos a comprender Su grandeza y cuan pequeños somos realmente nos damos cuenta que es necesario confiar en Dios y esperar en Él. Dios quiere darnos lo mejor y por lo tanto debemos permanecer confiados aún en medio de la aflicción. Si hay una lección que podemos sacar de la vida de Job es que no busquemos preguntarle a Dios por qué permitió la aflicción sino dejarlo que Él cumpla su voluntad en nuestras vidas y nos moldee.

¨ ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu inteligencia?¨ (38:36). Dios le continua demostrando su grandeza y poder a Job para que aprenda a confiar y depender de Él aun en medio de los problemas. Dios hizo todas las cosas perfectas y tiene el control de toda la creación. Por más grandes que nos sintamos, no somos nada cuando nos contemplamos ante los ojos de toda la creación. Si Dios puede mantener el balance de todo el universo, como no va a tener el control de nuestras vidas. Muchas veces tenemos una visión demasiado corta y no entendemos esta grandeza de Dios; debemos dejar que el obre y cumpla su voluntad en Sus tiempos. Nuestros problemas no son nada en manos de nuestro Dios todopoderoso. Dios le recuerda a Job que no es sabio contender con Él. Mejor es dejar nuestros problemas y angustias en las manos de Dios y dejar que Él resuelva nuestros problemas. Job finalmente reconoce que nunca podría defenderse ante la justicia de Dios: ¨He aquí yo soy vil; ¿Qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.¨ (40:4). A veces lo mejor es callar y no quejarnos de las cosas que nos suceden sino simplemente confiar. Job aprendió esta importante lección y en medio de su aflicción pudo crecer. Su relación con Dios también se fortaleció en medio de las pruebas así como el oro se refina en el fuego. Job mismo le confiesa a Dios que ¨de oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza.¨ (42: 5-6). Dios permitió que la prueba de Job le sirviera para crecer espiritualmente.

Antes de que se termine la historia de Job Dios manda a sus tres amigos a que vayan a ofrecer sacrificios a Él por haber pecado y no hablar rectamente sobre Él delante de Job. Dios reprocha la actitud y las vanas palabras de los tres ya que a pesar de hablar en el nombre de Dios, Él nunca les había revelado nada. Eliú no está incluido en esta lista porque realmente le hablo a Job sobre la grandeza de Dios y como no podemos compararnos con Él. Su justicia es mayor que la nuestra. Una vez que Job oro por sus amigos y los perdono Job fue libre y su aflicción le fue quitada. Dios toco la salud de Job y lo restauro, pero primero tuvo que perdonar y orar por sus amigos. Job no solo recibió salud de parte de Dios sino que también le fueron restauradas todas las cosas que había perdido y encima recibió mucho más: ¨Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero.¨ (42:12). La mano de Dios estuvo con Job porque él se mantuvo fiel y nunca negó su fe a pesar de que tuvo sus momentos donde se quejo y reprocho a Dios por haberse alejado de él. Habrá ocasiones en que tengamos que enfrentar dolores o aflicciones y quizá no sintamos la mano de Dios cerca, pero tengamos la certeza de que Dios nos va a levantar y restaurar porque Él está en control de nuestras vidas. Confiemos en Dios con todo nuestro corazón y no permitamos que las circunstancias y emociones pasajeras manejen nuestras vidas.

Wednesday, June 29, 2011

Ahora Eliú Aconseja a Job



¨ ¡Quien me volviese como en los meses pasados, como en los días en que Dios me guardaba, cuando hacía resplandecer sobre mi cabeza su lámpara!¨ Job 29:2-3

Si bien Job ya había silenciado a sus amigos, él continuaba en busca de una respuesta a sus problemas. Continuaba sin entender la aflicción por la que estaba atravesando y se desesperaba por escuchar la respuesta de Dios. Job confiaba en su inocencia y sabía que Dios no lo estaba castigando por su falta de disciplina, pero no entendía por qué Dios había permitido tanto dolor en su vida si él había actuado rectamente. Job necesitaba escuchar a Dios, quería una respuesta. El recordaba su pasado y de las muchas bendiciones que había gozado gracias a la providencia divina. Dios le había prosperado en todo, gozaba de buena salud, una hermosa familia, una gran riqueza, pero todo le fue quitado de un momento a otro y ahora estaba sufriendo en su lecho con ganas de morir. Lo que más le dolía a Job era no poder tener comunión con Dios, ¨clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes.¨ (30:20). Job además de gozar de una gran riqueza también disfrutaba de una intimidad con Su Padre, pero ahora que lo había perdido todo le dolía aún más haber perdido esa comunión con Dios. Job clamaba y lo buscaba en medio de su angustia, pero Dios no estaba ahí.  ¨Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; y cuando esperaba luz, vino la oscuridad.¨ (30:26). Job experimentaba una rica relación con Dios y cuando todo parecía que iba perfecto, ahora Dios se alejo y todo le estaba saliendo mal. Muchas veces nos cuesta entender los planes y propósitos de Dios en nuestra vida, no entendemos por qué permite que nuestros corazones sean afligidos, ni por qué a veces no lo podemos sentir cerca. Job sentía que Dios estaba lejos de él y eso le dolía más que todo.

Fue en esos momentos de dolor e incertidumbre que Job finalmente decidió callarse. Pero no todo quedo en silencio ya que había otro amigo que había estado con ellos y que había permanecido callado escuchando todo el debate de sus amigos. Eliú era mucho más joven que los demás y había estado atento a todo lo que venían diciendo sus amigos. Eliú no estaba de acuerdo con la actitud de Job y no podía permanecer callado más tiempo. Ya que los demás callaron, el decidió seguir hablando para ver si podía hacer a Job entrar en razón. El monologo de Eliú fue más largo y en muchas cosas tuvo razón pero tampoco sirvió de mucha ayuda, ni consuelo para Job. Eliú le recuerda a Job que fuimos formados por Dios y somos tan solo barro en manos del omnipotente Dios. No podemos justificarnos delante de Dios porque Él es más justo que nosotros. ¨En esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él?¨ (33:12-13). Nuestra justicia siempre va a quedar corta si la medimos ante la justicia de Dios. Eliú sabía esto, pero por más sabio que había sido no supo como condolerse con Job. Al igual que sus amigos él también busco darle una respuesta sabia y quizá mucho menos severa que la de sus amigos porque Eliú fue más suave en ese sentido, pero aún así no supo como identificarse con el dolor de Job y darle palabras de aliento y animo. Sus palabras fueron sinceras y llenas de verdad, pero no ayudaban en nada a Job y la situación que estaba atravesando. Job quería escuchar a Dios, no la sabiduría de sus amigos.

Job sabía que el único que podía salvarlo y darle paz a su vida era Dios. Las palabras de Eliú no le sirvieron de mucho porque su joven amigo no entendía lo que estaba sucediendo. Job ansiaba una palabra directa de parte de Dios porque sabía que solo Él lo podía consolar en ese momento.  Lo que más quería Job era poder conversar con Dios como lo hacía antes. Es difícil caminar con fe cuando no entendemos la situación por la que estamos atravesando. Job quería entender que propósito tenía Dios para todo lo que le estaba sucediendo. El quería entender porque Dios se había alejado de él sin una aparente razón. Job no  respondió palabra a Eliú ya que estaba decidido a esperar a que Dios le hablara. Eliú tenía razón en muchas cosas como cuando le dijo a Job: ¨He aquí Dios es grande y nosotros no le conocemos¨ (36:22), ¨Truena Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.¨ (37:5). Eliú confiaba en Dios y sabía que Job iba a encontrar una respuesta, pero no entendía que Job no había sido castigado por alguna maldad que haya cometido. Esta vez Job permaneció en silencio y decidió esperar a que Dios hablara.

Tuesday, June 28, 2011

Job Silencia A Sus Amigos en el Tercer Asalto



¨Mas Él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro. Mis pies han seguido sus pisadas; guardé su camino, y no me aparté.¨ Job 23:10-11

Job había refutado la sabiduría de sus amigos en dos ocasiones, pero todos sabemos que no hay dos sin tres. Ellos aún estaban convencidos de que Job estaba afligido debido a su pecado. Querían que él confesara su maldad y busque la misericordia de Dios. Job les seguía declarando su inocencia y sabía que sus amigos iban a quedar en ridículo cuando Dios se levantara y defendiera su causa. Ellos hablaban como si hubiesen recibido palabra de Dios para Job, pero él sabía que eran solo palabras vanas. Muchas veces nosotros también creemos que Dios está hablando a través nuestro y aconsejamos mal a nuestros amigos porque realmente nos estamos apoyando en nuestra propia sabiduría y no en la revelación de Dios. Esto fue lo que sucedió con Elifaz, Bildad, y Zofar ya que estaban hablando según su propio razonamiento y Dios no tenía realmente nada que ver con lo que ellos creían era una certeza. Elifaz comienza nuevamente su ataque (el cual había comenzado como un consejo) hacia Job y le dice: ¨por cierto tu malicia es grande, y tus maldades no tienen fin.¨ (22:5). Elifaz no tenía ya argumentos para convencer a Job de su pecado pero en medio de su frustración lo ataca para que haga lo que él cree que es necesario: se arrepienta delante de Dios para ser restaurado. Es en este momento que Job le responde y lo silencia completamente a su amigo. Job le dice que Dios conoce su camino, que solo está atravesando una prueba y que pronto saldrá adelante refinado como el oro. Job sabía que muchas veces las mejores cosas llegan en medio de aflicciones y pruebas, así como el oro es refinado en el fuego.

Una vez que Elifaz fue silenciado y dejado en knock out por Job le llego el turno a Bildad. El debate continuaba pero ya se acercaba su fin porque los amigos de Job se estaban quedando sin argumentos para enfrentarlo. Bildad comienza su ataque diciéndole a Job que el hombre nunca puede ser justificado delante de Dios: ¨ ¿Cómo pues se justificará el hombre para con Dios?¨ (25:4). Bildad estaba diciendo una verdad y Job estaba de acuerdo con él. Job no se estaba justificando delante de Dios sino que simplemente se estaba justificando delante de sus amigos. Job no estaba atravesando aflicción por haber pecado. El era inocente. Sus amigos no podían concebir que alguien padeciera aflicción sin causa, pero Job les señala como el oro, un material puro, es purificado aún más después de que pasa por el fuego. Job sabía que era necesario atravesar pruebas para poder crecer y aprender a depender más de Dios. Nuestra sabiduría no se compara con la de Dios y por más que intentemos comprenderlo nunca lo vamos a lograr con nuestra mente humana. La aflicción no llega simplemente porque Dios está castigando a los impíos sino que a veces llega para refinarnos y ayudarnos a madurar espiritualmente. Esto es lo que Job le trata de hacer entender a sus amigos. Les dice que ¨mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño…Mi justicia tengo asida y no la cederé.¨ (27:4,6).

Con Elifaz y Bildad ya derrotados tras los tres largos debates con Job ahora le llegaba el turno a Zofar. Zofar fue quizá el más sabio de todos ya que decidió permanecer callado esta vez y ni siquiera agregar nada más a lo que sus amigos habían dicho. Sabía que no iba a poder convencer a Job y no le quedo otra que guardar silencio. Aún así Job les continúa hablando a sus amigos y les recuerda que la sabiduría realmente proviene de Dios. Podemos tener un gran léxico y mucho conocimiento pero si no tenemos a Dios las palabras terminan siendo vanas e inútiles. ¨Mas, ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia? No conoce su valor el hombre.¨ (28:12). Muchas veces corremos tras la prosperidad material, pero no buscamos la sabiduría. Esta solo proviene de Dios: ¨He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia.¨ (28:28). Job sabía que la sabiduría provenía en guardar el temor hacia Dios y apartarse de la maldad. El sabía que sus caminos habían sido rectos delante de Dios, él había guardado temor y reverencia hacia Dios, se había apartado del mal y por lo tanto había encontrado la sabiduría divina con la cual pudo refutar todos los razonamientos que sus amigos presentaban elocuentemente delante de él. Job no entendía su aflicción pero estaba convencido de que no provenía debido a un castigo de Dios por su conducta. Cuidémonos nosotros cuando tengamos que confrontar a nuestros amigos que lo estemos haciendo con la sabiduría de Dios en nuestros labios y no con nuestras propias bocas. Es fácil decir que estamos hablando de parte de Dios y compartiendo nuestro conocimiento de la Biblia, pero no nos dejemos llevar por nuestras creencias como lo hicieron los amigos de Job sino que dejemos que Dios nos revele lo que quiera hablar.
  

Monday, June 27, 2011

Round Dos Contra Job



¨He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré; No obstante defenderé delante de él mis caminos. Y Él mismo será mi salvación, porque no entrará en su presencia el impío.¨ Job 13:15

Es fácil para nosotros entender la situación que estaba viviendo Job ya que pudimos ver qué era lo que estaba sucediendo detrás de escena con la conversación entre Dios y Satanás, pero para Job no era nada fácil ya que estaba sufriendo graves aflicciones sin comprender por qué le había sobrevenido todo ese mal. Los amigos de Job tampoco eran de gran ayuda ya que lo único que hacían era juzgarlo con sus vanas palabrerías. El libro de Job es muy poético ya que sus amigos eran hombres sabios que gustaban de usar su rico vocabulario y cada uno se turnaba para convencer a Job de que declare su culpabilidad, pero este los refutaba con mayor sabiduría aún dejándolos en ridículo. Job sabía dónde estaba parado y estaba convencido en su inocencia. Las circunstancias afectaron su vida y le produjeron dolor, pero nunca hicieron que negara su fe en Dios. Job acepto la voluntad de Dios a pesar de que se quejo por no entenderla. Después de refutarle a cada uno de sus amigos sus elocuentes discursos y razones por las cuales él estaba atravesando este mal, ellos decidieron comenzar con un segundo round. Nuevamente sus tres amigos exponen sus argumentos para intentar hacer ver a Job que el único motivo por el cual Dios lo castigaría a él es porque ha caído en pecado y no ha buscado Su perdón. Job les dice de frente lo que siente al escuchar sus falacias: ¨Sois todos vosotros médicos nulos. Ojala callarais por completo.¨ (13:4-5)

El primero en comenzar con el segundo asalto de críticas nuevamente es Elifaz. A él no le cayeron nada bien las respuestas de Job y le dice ¨Tu boca te condenará y no yo; y tus labios testificarán contra ti. ¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios, y las palabras que con dulzura se te dicen?¨ (15:6,9). Fueron palabras aún más duras en contra de Job ya que Elifaz estaba convencido de que ellos estaban hablando por Dios. Muchas veces podemos confundir nuestro razonamiento humano con algo que Dios nos está diciendo. Esto fue lo que sucedió con Elifaz ya que él creía que sus palabras provenían de parte de Dios, pero la verdad que estaba hablando por sí mismo. Nuestra sabiduría humana no se compara con la sabiduría de Dios y si no tenemos cuidado con lo que decimos podemos terminar siendo ridiculizados. Nunca digamos que estamos hablando de parte de Dios si en realidad Él no nos ha dicho que hablemos. No confundamos nuestra sabiduría y razonamiento humano con la sabiduría divina de Dios. Job mismo se lo dice cuando Elifaz termino de hablar: ¨Consoladores molestos sois todos vosotros. ¿Tendrán fin las palabras vacías?¨ (16:2,3). Las palabras de sus amigas eran huecas. Estaban muy bien desarrolladas y eran elocuentes, pero no sirvieron de nada porque no provenían de parte de Dios. Job necesitaba consuelo, no ser juzgado. Job sabía que el único que lo podía consolar y salvar era Dios y que Él no estaba hablando a través de sus amigos. Job aún estaba convencido de su inocencia y no había nadie que le podía convencer de lo contrario.

Les llego el turno a Bildad y a Zofar para comenzar con sus segundos asaltos y ver si podían darle algún golpe a Job que lo hiciera recapacitar. Bildad le dice que los impíos siempre son castigados, dando a entender que Job está sufriendo aflicción debida a su pecado: ¨Ciertamente la luz de los impíos será apagada¨ (18:5). Bildad tenía razón sobre esto ya que los impíos llegaran a su fin, pero no siempre les llega su castigo en esta vida. Muchos impíos se mueren con muchas riquezas y siendo prósperos, pero lamentablemente no se pueden llevar nada con sí después de su muerte. Job sabía esto por lo cual le refuta una vez más su lógica a Bildad. Las riquezas en esta vida no sirven de nada porque son solo temporales, lo más importante es la vida eterna. Los malvados tendrán que vivir alejados de Dios y ese es el peor castigo que alguien pueda experimentar. Job les dice a sus amigos que no lo están ayudando en nada. Deberían estar ahí para consolarlo pero en vez de eso están intentando angustiar y señalarlo. Lo único que estaba pidiendo Job era un poco de compasión, pero sus amigos no supieron demostrarlo.  Aún así Job estaba confiado en Dios y dice estas hermosas palabras: ¨Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha está mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.¨ (19:25-27).

Thursday, June 23, 2011

Un Verdadero Amigo Consuela, No Juzga



¨ ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón, y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?¨ Job 7:17-18

Los amigos pueden ser de vital importancia para uno cuando se encuentra atravesando situaciones difíciles. Por lo general buscamos consuelo y apoyo en nuestros amigos más cercanos porque sabemos que podemos contar con ellos y que siempre tendrán alguna palabra sabia para animarnos y confortarnos. Pero ¿Qué sucede cuando nuestros amigos nos fallan y en vez de animarnos nos juzgan o nos critican? En vez de ayudarnos hacen que la carga de nuestro problema se aumente aun más. Fue exactamente lo que sucedió cuando le sucedieron todas estas desgracias a Job. Ni siquiera pudo encontrar refugio ni consuelo en sus amigos porque ellos solo lo criticaron y acusaron de haber pecado contra Dios. Elifaz, Bildad, y Zofar eran amigos cercanos de Job y cuando ellos llegaron a animar a Job terminaron haciendo exactamente lo contrario: lo juzgaron mal y encima aumentaron su mal ánimo. Job no encontró en ninguno de ellos el apoyo que buscaba, ni el hombro que necesitaba para desahogarse. Los tres terminaron discutiendo con Job, pero ninguno de ellos supo señalarle el error sino que simplemente supusieron cosas. A veces nosotros creemos que conocemos todas las circunstancias que nuestros amigos han atravesado y muchas veces en vez de escucharlos y animarlos cuando atraviesan alguna dificultad somos los primeros en juzgarlos y criticarlos. Lo primero que debe estar dispuesto a hacer un buen amigo es escuchar al otro y no suponer las cosas antes. Elifaz, Bildad, y Zofar conocían muy bien a Job, sabían que Dios lo bendecía y engrandecía. Ellos también eran hombres extremadamente ricos, importantes, y sabios. Sabían que Job había perdido todo porque de alguna manera debió de haber pecado contra Dios. Después de todo no podrían concebir otra cosa, sino ellos también podrían perder todo injustificadamente, y eso no les convenía. Era ilógico que Dios castigue a alguien por nada entonces estaban convencidos de que Job había pecado. Llegaron con una idea preconcebida y no estaban listos para escuchar las razones de Job.

Los capítulos 3 al 31 del libro de Job son una conversación entre los tres amigos de Job y él en el cual discuten sobre la justicia de Dios. Los amigos están convencidos que todo el mal que le ha sobrevenido a Job es debido a algún pecado que él ha cometido y que no ha reconocido, en cambio Job insiste con que es inocente y que Dios ha sido injusto con él. Ninguno de los amigos fue de verdadero consuelo para Job. Ninguno estuvo ahí para apoyarlo aunque esa había sido su intención. Cada uno fue con su lógica y gran sabiduría para discutir a Job y convencerlo de su maldad. El libro de Job se transforma en una especie de conversación poética entre estos personajes  donde cada uno de los amigos expone sus argumentos de una manera muy elocuente, pero ninguna llega a consolar a Job. Es imposible entender a Dios y sus propósitos con nuestra sabiduría humana. Los planes de Dios son inconcebibles y no hay inteligencia humana que nos haga capaces de discernirlas o entenderlas. Job, a pesar de su dolor, entendió esto al escuchar cuan erróneas y vacías eran las palabras de sus amigos. Hay muchos teólogos y sabios que creen conocer a Dios, pero cuando se trata de consolar a una persona que está atravesando necesidades no tienen la más mínima idea de cómo condolerse con su hermano y mucho menos apoyarlo. Somos rápidos para señalar, pero muy lentos para consolar a nuestros amigos y darles nuestro apoyo incondicional.

Job aprendió en medio de su aflicción, que el hombre no es nada delante de la grandeza de Dios, pero eso no significaba que no se podía quejar delante de Él y expresar su angustia. Elifaz fue el primero en intentar convencer a Job de su maldad con su elocuente dialogo: ¨He aquí bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. Porque él es quien hace la llaga, y él la vendara; Él hiere. Y sus manos curan.¨ (4:18). Job no se sintió consolado por sus amigos y esas vanas palabras no lo ayudaron en ese momento de aflicción. Muchas veces lo mejor que podemos hacer es permanecer callados y ofrecer nuestra completa atención. Luego Bildad intenta animar a Job, pero sus palabras son aún más vanas: ¨Si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia.¨ (8:6). Bildad creía que Job estaba ocultándole su pecado a Dios por lo cual sería librado de su aflicción si confesaba su pecado ante Dios. Job sabía que no había actuado mal por lo cual no tenía nada para confesar. Bildad simplemente no entendía que a veces suceden cosas injustas en nuestras vidas sin justificación. Finalmente le llego el turno a Zofar y sus palabras tampoco ayudaron a Job. El cree que Job ha abandonado los planes de Dios para su vida y seguido sus propios deseos: ¨Tú dices mi doctrina es pura, mas ¡oh, quién diera que Dios hablara y abriera sus labios contigo. Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.¨ (11:4-6). Ninguno de los tres amigos supo consolar a Job, más bien lo irritaron más. ¿Qué actitud tenemos nosotros con nuestros amigos? ¿Los juzgamos o estamos ahí para animarlos y consolarlos? Dios quiera que sea la segunda.