¨El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.¨ Nehemías 2:20
Nehemías dirige la tercera expedición de judíos hacia su tierra luego de que Zorobabel y Esdras habían liderado las otras dos. Zorobabel se encargó de reconstruir el templo de Dios, Esdras de comenzar a ministrar en el Templo, y ahora Dios le había puesto en el corazón a Nehemías de ir a reconstruir los muros para que la ciudad no quedara indefensa. Ya habíamos visto como Dios había tocado el corazón de los reyes persas para dejar retornar a los judíos a casa, pero en el caso de Nehemías vemos con lujo de detalles como se dio todo. Nehemías recibe una visita de sus amigos de Jerusalén y les cuentan que no todo está bien en su ciudad ya que los muros estaban caídos y eran presas fáciles del enemigo. Cuando Nehemías escucha esta terrible noticia se angustió en gran manera: ¨Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.¨ (1:4). Nehemías se humilló delante de Dios y busco el perdón por su pueblo ya que reconoció que habían pecado delante de Él, pero también recordó la promesa que Dios le había dado a Moisés sobre si su pueblo se volvía a Él y se arrepentía de todo corazón, Dios los iba a recoger y traer de nuevo a casa. Nehemías oró y ayunó por varios días y busco el rostro de Dios, y debido a su búsqueda de Dios el pueblo fue recompensado. Nehemías sirvió como un intermediario entre Dios e Israel.
Nehemías sabía que no iba a ser sencillo conseguir el permiso del rey para volver a Jerusalén ya que él servía como copero del rey, un puesto importante en el palacio ya que los coperos eran gente de confianza para los reyes porque ellos probaban todas las bebidas del rey antes de que ellos se la tomen para asegurarse de que no estén envenenadas. Nehemías le dedico tiempo a la oración y búsqueda de Dios antes de pedir el permiso del rey. Él también ayuno y clamó por su pueblo. Nehemías se mantuvo firme a pesar de que los días pasaban y no se le presentaba la oportunidad de pedirle permiso al rey. Tuvieron que pasar unos tres meses para que a Nehemías finalmente se le presente la oportunidad de pedir el permiso especial del rey. Nehemías fue constante en su oración y nunca se desanimo cuando la respuesta no llegaba enseguida. Finalmente cuando se le presento la oportunidad, Nehemías estuvo listo. El rey lo vio con el rostro triste (seguramente después de ayunar y clamar por tantos días su rostro ya estaba un poco desfigurado) y le pregunto a Nehemías que le pasaba. Nehemías se dio cuenta de que ese era el momento que Dios le estaba dando para que presente su petición delante del rey. Cuando el rey le pregunto qué cosa quería pedirle, Nehemías se puso a orar nuevamente antes de contestar asegurándose de que Dios lo iba a respaldar. Entonces recién en ese momento le dice al rey que quiere su permiso para ir a Jerusalén a reconstruir los muros. Por supuesto después de tanto orar y clamar a Dios, Él había tocado el corazón del rey el cual le dio su permiso para viajar y encima le ofreció protección para el viaje.
¿Qué cosa le estas pidiendo a Dios en estos días? ¿Has buscado y pedido con intensidad como lo hizo Nehemías? Si es así entonces no te desanimes porque tarde o temprano Dios va a abrir la puerta y tu oración será contestada. Ahora, debemos tomar en cuenta que Nehemías no estaba pidiendo algo egoísta para sí mismo, sino que estaba pidiendo por algo que sabía que Dios quería hacer a través de él, porque fue Dios mismo el que le puso el deseo de volver a Jerusalén a reconstruir los muros. Puede ser que Dios nos ha mandado a hacer algo, pero todavía no se nos abren las puertas para cumplirlo. Sigamos buscando con intensidad a Dios y busquemos su dirección porque en cualquier momento su respuesta llegará y debemos estar atentos como lo estuvo Nehemías cuando se le presento la oportunidad delante del rey. No nos desanimemos si la respuesta no llega enseguida, ni tampoco dudemos del llamado que Dios no ha dado si las puertas no se nos han abierto aun, sino que permanezcamos seguros y constantes en oración pidiendo siempre la dirección de Dios y que su voluntad se cumpla en nuestras vidas. La oración de Nehemías tuvo resultados porque todo lo que le pidió al rey le fue concedido. Nehemías llegó a Jerusalén listo para comenzar la tarea sin importar las adversidades que se le presentarían porque sabía que ¨el Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos.¨ (2:20). La oración dio resultado y había llegado el momento de poner las manos a la obra.
La oración debe ser parte de nuestras vidas como cristianos, tanto como el respirar, es nuestra comunicación con Dios, podemos confesar, aunque Él ya lo sepa, nuestros anhelos, deseos y sueños, pero lo primordial es que lo único importante es glorificar a Dios y no siempre, lo que deseamos es la voluntad de Dios.
ReplyDelete"Ahora, debemos tomar en cuenta que Nehemías no estaba pidiendo algo egoísta para sí mismo, sino que estaba pidiendo por algo que sabía que Dios quería hacer a través de él..." Bendiciones!
asi es! totalmente de acuerdo Stefee! Bendiciones!!! =)
ReplyDelete