Monday, September 7, 2015

Llamados a predicar en todo tiempo

“Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2 Timoteo 4:5

Después de ver los pequeños avances que papa estaba teniendo al haber sufrido un infarto cerebral a fines del 2010 donde perdió el movimiento del lado derecho del cuerpo y donde perdió la habilidad de comunicarse por el habla, muchas personas se nos acercaron a decir que estaban orando por él y que habían soñado con papa caminando nuevamente y predicando desde el púlpito. Nosotros nunca perdimos la fe y creíamos que Dios podría traer una sanidad completa para la vida de mi padre. Durante los cinco años en los que él lucho por rehabilitarse vimos la mano protectora de Dios sobre su vida. El logró incorporarse y con la ayuda de un bastón comenzó a caminar. Muchas familias fueron bendecidas por su testimonio ya que lo veían siempre alegre y confiado en Dios. Muchos profetizaban que volvería a predicar nuevamente y que sería un testimonio para toda la nación. Nunca dejamos de creer y continuamos luchando por su rehabilitación hasta el día que le toco partir. Papa nunca pudo recuperar el habla, pero que errados que estábamos creyendo que no estaba predicando. A través de la enfermedad él estaba predicando y tocando muchas vidas, incluyendo la nuestra al ver que nunca renegó de Dios y continuó sonriendo y alabando a Dios hasta el final. En momentos tan duros como estos, uno podría cuestionar a Dios y preguntar por qué no cumplió con las promesas que nos había dado, pero ahi fue donde Dios me trajo a la mente la recordada frase que dijo Francisco de Asís, “Prediquen el evangelio en todo tiempo y de ser necesario usen palabras.” Papa estaba predicando todo este tiempo sin que nos diéramos cuenta. Muchas veces pasa que esperamos que Dios obre de una manera, pero lo termina haciendo de otra muy diferente pero más efectiva.

En esta segunda carta de Pablo hacia Timoteo vemos como él exhortaba a su amigo a que continúe predicando y compartiendo el mensaje de salvación con todos aún en medio de las aflicciones. Lo animó a Timoteo a mantenerse fiel a pesar de las circunstancias adversas y de no avergonzarse del evangelio. En el caso de mi papa, su lucha a través de la enfermedad y su fe en Dios fueron las herramientas que Dios le dio para continuar evangelizando a otros que no entendían de donde sacaba tantas fuerzas para seguir sonriendo a pesar de la aflicción. Ademas de ser pastor, él era un evangelista de corazón que llevaba el mensaje del amor de Dios a muchos pueblos a través de campañas. Al sufrir su accidente que lo dejo imposibilitado de hablar, papa no dejo que eso sea un impedimento para compartir su fe y continuó predicando con su ejemplo. Yo creo que a pesar de lo bueno que era predicando con sus palabras parado al lado de un púlpito, llego a tocar más vidas aún con cada uno de sus pasos con la ayuda de su bastón manteniendo siempre su sonrisa y saludando a las personas que lo veían pasar. Ese fue el legado más grande que me dejo como hijo, saber que continuó haciendo obra de evangelista a pesar de su aflicción. Me gustan muchas las palabras de Pablo en el siguiente versículo, “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” y creo que son las mismas palabras que nos hubiera dejado mi padre al momento de partir. El cumplió su tarea y nos ha encomendado la tarea a nosotros ahora.


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