¨Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.¨ Josué 6:1
Una vez que los Israelitas cruzaron el Jordán estaban listos para comenzar con la conquista ya que habían visto como la mano de Dios estaba sobre Josué. Jericó era una de las ciudades más seguras de la época porque contaba con una gran muralla que protegía a su gente. Aún así los israelitas ya habían aprendido la lección sobre dudar el poder de Dios y sabían que Él les entregaría la ciudad por más imposible que pareciese derribar la fuerte muralla. Los israelitas habían aprendido a tener fe y confiar en el poder de Dios porque habían visto sus grandes milagros recientes. El pueblo de Jericó también había escuchado sobre esta nación y como su Dios los había librado de los egipcios por lo cual temían por sus vidas. A pesar de la fuerte muralla que tenían como protección estaban asustados porque sabían que los israelitas tenían un Dios poderoso. En el sexto capítulo del libro de Josué vemos como la gente de Jericó temía por sus vidas ya que estaban todos encerrados dentro de sus muros esclavos de su propio temor. No permitían que nadie entre o salga de la ciudad. Qué diferencia con la generación anterior de los israelitas que nunca pudieron entender que Dios peleaba por ellos y estaba de su lado. Cuando permitimos que Dios obre en nuestras vidas, somos obedientes a su palabra, y tenemos fe que Dios va a cumplir lo que nos prometió entonces aquellos que no creían en Dios van a empezar a sentir el temor de ese Dios poderoso y van a comenzar a ver las grandes señales que Él realiza aún en nuestras vidas. Debemos de dejarnos usar y movernos con fe para impactar las vidas de los inconversos. Solo así van a entender que hay un Dios real que se mueve aún en nuestros días.
La táctica que Dios le da a Josué para conquistar Jericó es muy alocada. Yo si estuviera en los pies de Josué hubiese pensado que Dios estaba loco. ¿Ese era el gran plan de Dios para derribar las grandes murallas de la ciudad? ¿Dar una vuelta alrededor de Jericó por seis días y luego al séptimo dar siete vueltas y gritar todos a una voz? Yo le hubiese dicho a Dios que estaba loco, que mejor nos de otra estrategia para derribar los muros, algo más lógico. Pero Josué nunca dudo del poder de Dios y se mantuvo obediente a su palabra. La fe viene acompañada del obedecer. Josué simplemente escucho lo que Dios le dijo y a pesar de que quizá no entendía el plan lo siguió al pie de la letra porque tenía fe que Dios iba a derribar los muros a su manera. Josué estaba dispuesto a seguir la voluntad de Dios a pesar de que quizá no tuviera ningún sentido en ese momento lo que le estaba pidiendo. No es necesario entender a Dios, simplemente debemos obedecerlo para que su propósito se cumpla en nuestras vidas. Muchas veces no vamos a entender porque nos pide ciertas cosas pero si nos mantenemos fieles y obedientes veremos el resultado que esperábamos. Los muros cayeron e Israel conquisto a Jericó porque no dudaron el plan de Dios. Tuvieron fe y vieron los muros caer antes de que suceda porque sino nunca hubiesen dado las siete vueltas alrededor de la ciudad. Actuaron con fe porque sabían que Dios iba a obrar de una manera poderosa. La fe no es pasiva, requiere de una acción y los Israelitas obedecieron la orden de Dios y obtuvieron la victoria.
Antes de ver es necesario creer y obedecer el mandato de Dios. La fe viene antes del ver; el pueblo creyó por lo cual finalmente vieron como los muros cayeron, pero para ello tuvieron que creerle a Dios y seguir su alocada estrategia. No es fácil hacer la voluntad de Dios todo el tiempo pero hay q obedecer y tener fe a pesar de no entenderla siempre. Los designios de Dios no siempre son tan alocados o ilógicos. La siguiente ciudad que los Israelitas conquistaron fue la de Hai y Dios le dio una gran estrategia a Josué para poder derrotarlos. Fue una estrategia brillante (capitulo 8 de Josué) y una vez que el pueblo se purifico obtuvieron la victoria. Dios es un gran estratega y no importa si su estrategia nos parezca alocado (como en Jericó) o si nos parezca extraordinaria (como la de Hai), debemos poner nuestra confianza completa en Dios y actuar con fe. Dios quiere cumplir su propósito en nuestras vidas y para ello es necesario actuar con fe permitiendo que cumpla su voluntad en nosotros. A pesar de no entenderlo, debemos creer que Él está en control absoluto y si seguimos su voluntad conquistaremos las promesas que nos ha dado.
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