Tuesday, January 25, 2011

Escogidos por Dios


¨Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y como os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora pues si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.¨ Éxodo 19:4-5

Después del gran dolor de cabeza que el pueblo le ha dado a Moisés es difícil entender como Dios los pudo haber escogido a ellos como Su pueblo. No creo que pudiera haber otro pueblo más terco. Primero se quejaban porque Moisés vino a hablar con el Faraón, luego de que fueron libres se quejaban porque no tenían como cruzar el Mar Rojo y creían que los egipcios los iban a alcanzar y matar, y finalmente después de que Dios abrió el Mar Rojo delante de sus ojos y mató a los egipcios se quejaban porque tenían hambre. Dios mostró su fidelidad una vez más y les proveyó comida todos los días mientras estuvieron en el desierto. Luego el problema fue el agua, y una vez más Dios hizo brotar agua de la peña. Vez tras vez Dios extendía su mano y bendecía al pueblo escogido por Él: los descendientes de Abraham, Isaac, y Jacob. Dios continuaba mostrando su fidelidad y cumplía sus promesas a pesar de las constantes quejas y desobediencia de su gente. ¿No podría Dios haber escogido algún otro pueblo más considerado por lo menos? Seguramente los hebreos no tenían las mejores virtudes, pero aún así eran el pueblo escogido por Dios y Su mano estaba con ellos protegiéndolos. De todos los pueblos, Dios los escogió a ellos no por sus virtudes, sino para mostrar su fidelidad y misericordia.

Ahora que lo pienso bien, ¿No podría Dios haber escogido a otra persona en vez de a mí? A pesar de mis fallas Dios igual escogió amarme y tomarme bajo sus alas. El mandó a Su hijo para morir en la cruz por mis pecados. No lo merecía, pero Dios igual lo hizo para mostrar su fidelidad y misericordia. Estoy seguro de que no fui escogido por mis propias virtudes, así como tampoco lo fue el pueblo hebreo. Si Él me escogió a mí a pesar de mis fallas y defectos, también te ha escogido a ti sin importar tu pasado. No nos escogió por nuestras virtudes, nunca lo ha hecho sino solo basta ver como escogió a Su pueblo a pesar de la dureza de su corazón y de su desobediencia. Dios igual nos llama su especial tesoro y nos quiere usar para que los demás vean que es un Dios misericordioso y fiel y que puede realizar cambios impresionantes en vidas ordinarias. A Dios le gusta hacer maravillas en las personas por las que nadie pagaría un centavo y por eso envío a Su Hijo a morir por nosotros y pagar el precio por nuestras vidas con su sangre. Lo único que debemos hacer es simplemente creer que Dios puede hacer algo con nuestras vidas imperfectas.

Cuando Jesús vino a la tierra a morir por nuestros pecados se encontró con dos tipos de personas. Por un lado estaban aquellas personas necesitadas de amor y perdón, y por otro estaban aquellas personas admiradas por la sociedad por su gran ejemplo de vida, conocimiento de las Escrituras y devoción. Los fariseos oraban a Dios y le agradecían porque no eran como los demás pecadores y como eran bien vistos por todos se creían los escogidos de Dios. Pero cuando Jesús vino no llamo a ninguno de los fariseos, sino que fue en busca de sencillos pescadores, cobradores de impuestos, gente que no era bien vista por los demás. A estos Jesús escogió como sus discípulos, porque Él vino a salvar a los perdidos, no a los que creían que ya lo tenían todo. Debemos recordar en todo tiempo que Dios nos escogió a pesar de nuestras imperfecciones y no porque nosotros merecíamos ser escogidos por Él. No seamos como los fariseos y no nos olvidemos desde donde nos ha traído y rescatado Dios. Fuimos escogidos por gracia y solo por eso somos su especial tesoro. No hay nada que podamos hacer por nuestros propios medios para ganarnos su amor, simplemente aceptarlo y vivir confiados bajo la protección de sus alas.

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