Tuesday, March 1, 2011

Nadie Te Podrá Hacer Frente


¨Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó¨ Josué 1:5,7

La mesa estaba servida para el pueblo hebreo; ya Dios les había prometido entregar la tierra y ahora lo único que los separaba de Canaán era el Rio Jordán. Era el momento de la conquista y su primera misión era simplemente confiar en Dios. Moisés ya había muerto, pero Dios había levantado un nuevo líder para guiar a su gente. Josué quizá no tenía las mismas características que Moisés pero lo que si tenían en común era que estaban dispuestos a dejarse usar por Dios. Dios es el que había estado con Moisés manifestándose con grandes milagros, ese mismo Dios era el que ahora estaba con Josué para ir a conquistar la tierra prometida. El único requisito que Dios exigió de Josué para poder guiar a su gente es que sea esforzado, valiente, y atento a las leyes que Dios les había dejado con Moisés. Josué sabía que no era una tarea sencilla el ser el sustituto de Moisés quien fue un gran líder para la nación, pero sabía que ese mismo Dios que estuvo con Moisés estaría con él. Ese mismo poder que actuaba en Moisés para enviar las diez plagas a Egipto, para abrir el Mar Rojo, y para hacer caer mana del cielo por 40 años en el desierto era el mismo Dios que actuaba en él e iba a ayudar a su gente a cruzar el Río Jordán, conquistar la tierra de gigantes, y comérselos como pan. Sí, ese mismo Dios que actuó por medio de Moisés, ahora actuaba en Josué, y hoy actúa en nuestras vidas. Lo único que pide Dios de nosotros para que seamos conquistadores es que seamos valientes, esforzados, y guardemos su palabra en todo momento.

El pueblo estaba listo para avanzar y seguir a su nuevo líder porque sabían que el poder de Dios actuaba en él. Me encanta el contraste entre el primer capítulo de Josué donde los israelitas están animados para salir a conquistar y el del segundo capítulo donde vemos el estado de ánimo del enemigo completamente derrotado y temeroso de los Israelitas. Josué envió a dos espías a la ciudad de Jericó para que vean como estaba la situación y estos llegaron a la casa de una ramera llamada Rahab que los hospedo dentro de la ciudad. Las palabras de Rahab hacia los espías confirma el estado de ánimo de los habitantes de Jericó: ¨se que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros¨ (Josué 2:9). Los habitantes de Jericó habían oído como Dios se había manifestado en medio de su pueblo y escucharon como Dios los había librado de los egipcios. Ellos temían porque habían visto como Israel era bendecido por su Dios. Entendían que no estaban luchando contra un ejército humano, sino contra una fuerza sobrenatural. Eso fue exactamente lo que la primera generación de israelitas nunca entendió cuando vio que los habitantes de Canaán eran todos gigantes y más fuertes. Si Dios estaba con Israel, no habían fuerzas humanas que podían detenerlos. Si Dios nos ha prometido algo entonces no dudemos en que lo vamos a obtener porque lo sobrenatural de Dios está por encima de las fuerzas o razonamientos humanos.

Ahora sí el pueblo israelita estaba animado y listo para conquistar la tierra. La primera generación se perdió de esta bendición, pero sus hijos ahora habían aprendido la lección de la falta de fe de sus padres y ellos sí ahora estaban listos para marchar hacia adelante y obtener la tierra. La fe viene acompañada de la acción. Había llegado la hora de levantar el campamento y cruzar el Jordán. Dios promete grandes cosas para nuestras vidas, pero nosotros tenemos que poner de nuestra parte y levantarnos para tomar esas promesas. El siguiente paso de fe para los israelitas fue el de cruzar el Jordán en seco. Cuando los sacerdotes pisaron el río las aguas se detuvieron y la gente pudo cruzar el Jordán. Dios ya había partido el Mar Rojo por medio de Moisés con la primera generación y ahora hace lo mismo en el Jordán con la generación de Josué demostrando que su poder era el que actuaba y no el de ningún hombre. Dios solo requiere de gente con fe que esté dispuesta a dejarse usar para conquistar las promesas. Créele a Dios, levanta tu campamento, santifícate, y ve a conquistar las grandes cosas que Dios tiene para tu vida.

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