Thursday, February 10, 2011

Preservando la Vida por la Obediencia de una Sola Persona


¨Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón…Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.¨ Génesis 6:6,8

Desde la caída de Adán y Eva en el Jardín de Edén la maldad del hombre fue aumentado con el correr del tiempo. Nuestra decisión de comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal corrompió de tal manera la sociedad que Dios llego a tal punto de haberse arrepentido de haber creado al hombre. No había esperanza para la humanidad ya que la maldad del hombre había llegado a un punto máximo. El propósito por el cual fuimos creados para tener una relación intima con Dios se había roto debido a que decidimos vivir apartados de Él. Dios es Santo y no puede habitar en medio de la maldad. El requiere santidad de nuestra parte. Dios, con gran dolor en su corazón, se arrepintió de habernos creado y era el momento de acabar con su creación, ya que no estaban cumpliendo con el propósito por el cual fueron creados. Pero gracias a Dios por la vida de Noé, quien halló gracia ante los ojos de Dios. Lo único que impidió que Dios destruyera completamente a la humanidad fue la vida de Noé. Dios vio la santidad de Noé y decidió guardar su vida junto con la de su familia. La historia de Noé es una de las más contadas de la Biblia. Dios decidió destruir a la tierra con un gran diluvio, pero guardó la vida de Noé al mandarlo construir un arca gigante donde él y su familia iban a sobrevivir junto con dos ejemplares de cada especie de animales.

Fue por la obediencia de Noé y la gracia de Dios que la creación pudo sobrevivir al diluvio. ¿Qué hubiese pasado si Noé hubiese decidido ignorar a Dios y no construir el arca? Sin embargo Noé escucho y obedeció la voz de Dios. Él fue la única razón por la cual la raza humana no fue exterminada. Dios encontró en él lo que buscaba, alguien con quién pudiera relacionarse y tener una comunión intima. Por supuesto que Noé iba a obedecer a Dios cuando le mandó construir el arca. Imagínense hasta que punto habría llegado la maldad del hombre que Dios se haya tenido que arrepentir de haber creado la humanidad. Sin embargo en medio de tanta maldad, Noé supo cómo vivir apartado para Dios. Noé nunca se dejó corromper por la maldad de la sociedad a su alrededor. El pudo permanecer firme en todo momento. Debe haber sido algo difícil para Noé ya que era el único en toda la tierra que mantenía una forma de vida piadosa en medio de tanta corrupción. Si para nosotros a veces se nos hace difícil mantener una vida santa en medio de tanta corrupción que vemos en nuestra ciudad, imagínense cuanto más difícil era para Noé, que era el único que vivía justamente. Nosotros muchas veces caemos en la misma corrupción que nuestra sociedad porque vemos que todos los demás están haciendo lo mismo así que no nos queda de otra. Deberíamos tomar la vida de Noé como un ejemplo y ser ejemplo en una ciudad donde reina la violencia, corrupción, y maldad. Por supuesto que iba a ser fácil para Noé obedecer a Dios y construir el arca, porque siempre se había mantenido obediente a Su palabra.

Dios muestra una vez más su gracia hacia la humanidad a través de la historia de Noé. Por una sola persona Dios es capaz de perseverar la vida humana. Esto demuestra cuanto Dios ama a cada uno de nosotros. Hay fiestas en los cielos cuando un pecador recibe a Cristo en su corazón porque Dios ama a cada uno individualmente. Dios mando a su único hijo a morir por nosotros en la cruz. A Él le importa cada vida; el sacrificio valió la pena aunque sea solo una sola persona quien haya decidido recibir ese regalo. El murió por mí, el murió por ti y es capaz de dejar las 99 ovejas por ir en busca de esa única oveja perdida. No subestimemos la importancia que Dios le da a cada individuo. Fue por una sola persona que Dios decidió preservar la humanidad. Nosotros, los que hemos recibido el regalo de su salvación eterna, debemos tomar el ejemplo de Noé y vivir vidas santas y agradables para Dios. No sabemos cuánto nuestra vida y obediencia a Dios pueda significar para aquellos que están a nuestro alrededor. Muchas personas están viendo nuestras vidas e imitando nuestras actitudes. No imitemos al resto de la humanidad, sino dejemos que ellos nos imiten a nosotros. Nuestras vidas deben ser como la de Pablo que dijo: Sed imitadores de mí, como yo de Cristo. Recordemos que somos luz en este mundo y debemos ser la diferencia en medio de una sociedad corrupta.  

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