Tuesday, February 1, 2011

Un Corazón Agradecido


¨El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga...Así se le impidió al pueblo ofrecer más, pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y aún sobraba.¨ Éxodo 36: 5-7

He criticado mucho a los hebreos por la dureza de su corazón a pesar de haber sido librados de la esclavitud egipcia durante su éxodo ya que continuaban cuestionando a Dios después de todos los milagros que habían experimentado. Ahora me toca hablar de una actitud positiva que tuvo el pueblo ya que no todo fue negativo. A pesar de sus constantes quejas el pueblo experimento la continua fidelidad de Dios y aprendió a confiar en su divina providencia. Cuando el momento llego en que el pueblo debería poner de su parte, no fallaron, sino que superaron las expectativas de Moisés. Dios le había dado instrucciones precisas a Moisés sobre cómo construir su tabernáculo para habitar en medio de su pueblo, y ahora tocaba comenzar con la construcción para lo cual era necesario juntar el material. Por ende Moisés le pidió al pueblo que ofrenden los materiales de acuerdo a lo que disponga su corazón. La gente ofrendo tanto que los constructores tuvieron que decirle a Moisés que ya no acepte más ofrendas porque tenían material de sobra, no faltaba nada. El pueblo tenía un corazón agradecido después de todo y dieron tanto para la obra que Moisés tuvo que dejar de aceptar sus ofrendas y pedirles que ya no den más.

Nadie obligo a los hebreos a que dieran de sus pertenencias para la obra del tabernáculo de Dios, pero ellos lo dispusieron en sus corazones porque habían aprendido a confiar en Dios y sabían que Él era el que los sustentaba en el desierto. Dios nunca permitió que el pueblo pase hambre, ya que les proveía con mana durante la mañana y codornices en la tarde.  No hubo un solo día en que el pueblo no tuviera para comer. El corazón de los hebreos comenzó a cambiar y se sintieron agradecidos por todo lo que habían recibido de parte de Dios. Lo menos que podían hacer ahora era ofrendar para el templo de Dios. Querían que Jehová estuviera a su lado en todo tiempo y por lo tanto estaban muy dispuestos para poner su granito de arena para la obra de Dios. Habían aprendido que mientras Dios estaba con ellos nada les podía faltar. Un corazón agradecido se refleja en esta clase de actos donde el pueblo dió sin ser exigido y lo hizo de tal manera que los líderes los tuvieron que detener para que ya no sigan trayendo más cosas.

Nosotros podemos aprender mucho de este ejemplo ya que muchas veces nos tienen que rogar para que ofrendemos para alguna causa. Vemos muchas necesidades a nuestro alrededor pero no movemos un solo dedo para ayudar a los demás. Algunos quizá no contamos con el dinero para dar, pero hay muchas otras maneras en que podemos ser de ayuda. Algunos hebreos donaban materiales, otros ponían sus talentos y conocimientos a las órdenes para ayudar con la construcción. Nosotros también podemos encontrar alguna manera de ayudar a los demás y ofrendar nuestro tiempo a Dios. Recordemos lo que dijo Jesús, ¨por cuanto lo hicieron a uno de estos más pequeños, a mi lo hicieron.¨ Nuestras ofrendas a Dios o hacia nuestro prójimo son simplemente una señal de nuestro agradecimiento por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. No debemos ver las ofrendas como algo forzoso o sentirnos obligado a darlas, sino que debemos dar con un corazón agradecido sabiendo que Dios siempre está en control de nuestras vidas y nunca dejara de proveer para nuestras necesidades. Nuestras ofrendas son simplemente una señal de agradecimiento por la fidelidad continua que hemos experimentado de parte de Dios. La próxima vez que tengas la oportunidad de ofrendar o de servir a tu prójimo hazlo con un corazón agradecido y no como una obligación. Recuerda como Dios ha bendecido tu vida!

No comments:

Post a Comment