¨En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?¨ Salmos 56:4
David aprendió desde una muy temprana edad a confiar en Dios. El tuvo que enfrentar diversas situaciones y momentos difíciles, pero entendió que Dios estaba de su lado peleando sus batallas. Todas las dificultades que atravesó David fueron simplemente parte del proceso que Dios quiso cumplir en su vida. Estas adversidades fueron moldeando el corazón de David, el cual aprendió a confiar en Dios con todo su corazón a pesar de que la situación se le estaba poniendo difícil. Muchos de nosotros nos olvidamos de Dios cuando llegan los problemas e intentamos solucionarlos por nuestros propios medios. Esto demuestra que hemos puesto nuestra confianza en nosotros mismos o en nuestras propias riquezas. Sin embargo David a pesar de ser Rey, él sabía que su confianza y refugio estaba puesto en Dios. Las adversidades no lo podían hacer caer porque Dios estaba ahí sosteniéndolo y dándole fuerzas para continuar venciendo los obstáculos que se le presentaban. En el Salmo 52 David escribe sobre la importancia de poner nuestra completa confianza en Dios. Muchos se apoyan en sus propias fuerzas; ¨He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas, y se mantuvo en su maldad.¨ (52:7). Estas son las clases de personas que buscan vivir a su manera y dependen completamente en ellos mismos, en sus fuerzas, y en sus riquezas. Ellos no buscan agradar a Dios ya que se les hace más fácil vivir como se les da la gana y no tener que depender de nadie más. David nos advierte sobre esta clase de personas porque viven simplemente para satisfacer sus necesidades y sueños sin importar los demás.
David en cambio a pesar de tener muchas riquezas y gozar de poder al ser rey de Israel, nunca se olvido realmente en quien estaba puesta su confianza. David sabía de quien realmente provenían todas esas riquezas y poderes, por lo tanto se mantuvo siempre dependiendo de Dios y buscando agradarle en todo momento. ¨Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.¨ (52:8). El olivo era un símbolo de prosperidad para los judíos. David mantenía su confianza puesta en Dios porque sabía que mientras seguía viviendo bajo su voluntad podía gozar de su prosperidad y presencia en su vida. Dios había sido fiel para con David vez tras vez y había mostrado su gran misericordia para con él por lo cual David también busco agradar a Dios y deleitarse en su ley. David había aprendido a confiar plenamente en Dios a pesar de las dificultades y depender solo de Él ya que sabía que solo no podía enfrentar sus problemas. David tenía una relación de confianza y dependencia absoluta con Dios por lo cual pudo escribir lo siguiente: ¨Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.¨ (55:22). David había experimentado de primera mano el ser levantado y restaurado por Dios por lo cual podía escribirlo y decírnoslo: Dios es fiel, misericordioso, y Él te puede sostener a través de la tormenta que estés atravesando.
La gran mayoría de los Salmos que escribió David tratan con este concepto de dependencia y confianza en Dios. El no escribió todos estos salmos una vez que ya había obtenido la victoria, sino que muchos fueron escritos durante momentos oscuros donde la salvación de Dios parecía estar lejos. Tal fue el caso cuando David compuso el Salmo 56 mientras estaba siendo perseguido por Saúl por un lado y por los filisteos de Gat en el otro. La vida del futuro rey pendía de un hilo, pero aún así el se sentía confiado bajo las alas de Dios. Fue durante este tiempo que el proclama ¨En Dios he confiado, no temeré ¿Qué puede hacerme el hombre?¨ (56:4). Ni el ser rodeado y cercado por sus enemigos hacía que David dude sobre la fidelidad y salvación de su Dios. La confianza de David aún en medio de sus circunstancias nos recuerda que nosotros también podemos alabar a Dios y confiar en Él a pesar de que estemos atravesando dificultades. Nosotros también podemos tener la misma certeza cuándo David dijo: ¨Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía a ti cantaré; porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.¨ (59:16-17). No esperemos a que Dios nos libre antes, sino primero alabémoslo por su fidelidad y misericordia como lo hizo David aún antes de que sus problemas fueran resueltos. Podemos estar seguros de que en Dios lograremos triunfar sobre nuestras adversidades porque Él es nuestro refugio y pronto auxilio. Nuestra confianza está completamente puesta en Él.
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