Friday, July 1, 2011

Sin Música No Hay Vida



¨En la ley de Jehová esta su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperara.¨ Salmos 1:2-3

Hay un dicho que dice ¨sin música no hay vida, ¨ y es muy cierto porque la música es lo que le da sabor a nuestras vidas. Por medio de la música podemos expresar diversos tipos de emociones, y nos identificamos con diferentes tipos de canciones de acuerdo a nuestro estado de ánimo. La música muchas veces nos inspira, en otras nos conmueve, y en otras nos tranquiliza. La música también puede acompañar otras artes como en el caso del cine ya que las películas sin una buena banda sonora no tendrían el mismo efecto. Las películas de terror o de suspenso necesitan ir acompañada con música tétrica para añadir al factor miedo, lo mismo sucede en las películas románticas donde una buena banda sonora puede mejorar el ambiente. Salmo viene del vocablo griego que significa ¨una canción cantada con el acompañamiento de un instrumento punteado.¨ Por lo tanto podemos considerar los Salmos como una serie de canciones o himnos escritos por David y otros diversos autores. David era un adorador y encontró la manera de expresar su amor hacia Dios a través de la música. Desde que fue un simple pastor la música siempre fue parte de su vida. Inclusive el Rey Saúl lo llamaba a David para que viniera a tocar el arpa en el palacio ya que cuando David tocaba el Rey se sentía tranquilo y en paz. Los Salmos son una serie de hermosos poemas dedicados a Dios donde diversas emociones son plasmadas para expresar nuestro estado de ánimo y nuestra adoración hacia Dios. Por lo tanto cuando leamos los Salmos no nos olvidemos que fueron parte de un himnario en el Templo donde los judíos cantaban y adoraban a Dios.

El primer Salmo es uno de los más reconocidos (aunque no tanto como el Salmo 23) y nos recuerda la importancia de buscar y obedecer la ley de Dios. El salmista nos manda a deleitarnos en su Ley y meditar en su palabra en todo tiempo. Aquellos que buscan y temen a Dios son comparados a un árbol que es plantado junto al río ya que este nunca va a sufrir por falta de agua sino que sus raíces serán fuertes y sus hojas nunca se secaran. Los hombres que siguen la voluntad de Dios nunca van a tener falta de nada ya que serán saciados por Dios. Podemos confiar en su Palabra y habitar seguros ya que los problemas jamás podrán secar nuestras vidas porque contamos con la fuente inagotable de agua de parte de Dios. Nuestras raíces estarán firmes y seguras mientras pongamos nuestra mirada en la Palabra de Dios y obedezcamos sus mandamientos. Dios le ofrece lo mejor a aquellos que deciden deleitarse en su ley. Dios no solo promete fortalecernos y fructificarnos, sino también prosperarnos en todo lo que hagamos. Mientras busquemos agradarlo a Él y tememos sus mandamientos podemos estar seguros, saciados, y prosperados. Dios quiere darnos lo mejor porque es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos. En el siguiente Salmo nos dice: ¨Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy, pídeme y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.¨ (2:7-8). Dios tiene mucho para darles a sus hijos, a aquellos que deciden vivir sus vidas de acuerdo a sus mandamientos y ordenanzas. Él quiere enderezar nuestros caminos y ordenar nuestros pasos así que sometamos nuestras vidas a Su voluntad.

David no solo escribió Salmos cuando todo le estaba saliendo bien. El también componía canciones cuando se encontraba angustiado y en problemas. Aún en medio de la aflicción David encontró razones para alabar y clamar a Dios. Cuando David tuvo que huir debido a que su hijo Absalón le quiso usurpar el trono, él compuso este tercer Salmo donde manifiesta su confianza en Dios: ¨Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria y el que levanta mi cabeza.¨ (3:3). Aún en medio de los problemas cuando los enemigos acechaban su vida, David podía permanecer confiado y seguro porque sabía que Dios estaba a su lado. David era un hombre que seguía los mandamientos de Dios por lo tanto sabía que no tenía que temer a sus enemigos porque confiaba en las promesas de Dios. Mientras tengamos nuestra mirada puesta en Dios podemos asegurarnos que Él nunca nos va a dejar. David podía confiar en Dios a pesar de que era perseguido y declara: ¨en paz me acostare, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.¨ (4:8). David confiaba en Dios y no dejaba que las circunstancias impidieran que él pueda alabar y componerle Salmos a Dios. Nosotros también debemos aprender a confiar en nuestro Padre Celestial y dejar que Él gobierne nuestras vidas. El nos ofrece paz para que podamos descansar en sus promesas y deleitarnos en su palabra.

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