Tuesday, May 24, 2011

Cuando los Hijos No Siguen el Ejemplo de sus Padres


¨ ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello: porque por haber dejado a Jehová, el también os abandonará.¨ 2 Crónicas 24:20

Pensar que todo el esfuerzo que realizaron Asa y Josafat para reconstruir a Judá y volver al pueblo a los caminos del Señor se derrumbo en tan solo 8 años con el reinado de Joram, primogénito de Josafat. El rey no siguió el ejemplo de sus padres sino que se dejo influenciar por su mujer, la hija de Acab rey de Israel. Una vez más podemos ver la influencia negativa de una mujer sobre un hombre que en vez de seguir al Dios de sus padres decidió ir tras los dioses de su mujer para contentarla. Josafat dedico años de su vida para que el pueblo aprendiera la palabra de Dios enviando gente a enseñar Su palabra por diversas ciudades de Judá. Estoy seguro que si Josafat dedico tanto tiempo para enseñarle a su pueblo la palabra, también se la había enseñado a sus hijos. El problema fue que Joram no la tomo en cuenta y deliberadamente desobedeció la palabra de Dios. Si tan solo Josafat hubiera escogido a cualquier otro de sus hijos como rey de Judá la historia hubiese sido diferente, pero si hubo algo que Joram sí imito de su padre fue el error que esté cometió al hacer alianza con Israel. Imito lo malo y no lo bueno de su padre. Joram tomo como mujer a la hija de Acab y juntos desviaron el reino de Judá para desmoronar todo lo bueno que habían construido sus padres. Peor aún, Joram asesino a todos sus hermanos una vez que se había establecido como rey para evitar cualquier sublevación. Estoy seguro que cualquiera de sus hermanos hubiese sido mejor rey que él, y Elías mismo se lo declaró: ¨Has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú.¨ (21:13).

Joram termino muriendo de una enfermedad muy dolorosa de los intestinos por haber guiado a su pueblo por un mal camino. A diferencia de cómo había sucedido con la muerte de los otros reyes, a Joram no lo enterraron en el sepulcro de los reyes ni le encendieron fuego en su honor ya que nadie lo admiraba. Joram echó por tierra todo lo que habían logrado sus padres y la única razón que Dios no destruyo del todo a su linaje fue por amor a David y el pacto que había hecho con él. Ocozías heredó el trono pero continuo en los mismos pasos de su padre al dejarse manipular por su madre Atalía y su reino solo duro un año porque fue asesinado por Jehú. Atalía se quedo con el trono de su hijo y se encargo de exterminar al resto de la casa de Judá. Ya todos creían que la promesa de Dios no se podía cumplir porque no quedaba nadie en la línea real de David, y Atalía creía que había afirmado su trono. Después de todo ella era la que había reinado realmente al manipular a su esposo y ahora a su hijo durante todo ese tiempo. Pero lo que no sabía era que una hija de Ocozías había escondido a Joás, hijo menor del rey y lo había escondido de la reina. Josabet escondió al bebe y lo tuvieron en el templo donde fue criado por ella y su esposo Joiada, quien era un sacerdote.

Joás creció bajo la enseñanza de Joiada quien le guío a temer a Dios. Después de seis años el sacerdote saco al hijo a la luz pública y lo declaro rey sobre Judá. La promesa de Dios no había fallado, un descendiente de David aún estaba con vida para conservar el trono. Aún en los momentos más adversos y grises cuando la promesa de Dios parece haberse desvanecido, no perdamos la fe porque Él siempre cumple sus promesas y nos enseña que aún hay una esperanza. Eso fue lo que sucedió en Judá donde la gente celebro la proclamación de Joás como rey y la muerte de Atalía. ¨Y se regocijó todo el pueblo del país, y la ciudad estuvo tranquila, después que mataron a Atalía a filo de espada.¨ (23:21). La esperanza de Judá no estaba perdida después de todo y a pesar de que Joás fue proclamado rey a tan solo los 7 años de edad, el pueblo estaba feliz porque el sacerdote Joiada estuvo a su lado para guiarlos nuevamente en el camino de Jehová. Mientras Joás era aconsejado por Joiada el pueblo prosperaba, pero una vez que el sacerdote murió, el rey se aparto de Dios y comenzó a servir a otros dioses. Nuevamente todo el esfuerzo de Joiada por reconstruir a la nación se fue por el piso cuando Joás comenzó a reinar a su manera y olvidarse de los mandatos de Dios. Los breves momentos de avivamiento y de paz en Judá fueron cortados por reyes egoístas que se olvidaron de las enseñanzas de sus padres y del temor a Dios y decidieron seguir los deseos de su corazón. La maldad de Joás llego a tal punto que termino matando al hijo de Joiada quien lo había reprimido por haber dejado los caminos de Jehová. Joás, cuya vida fue salvada por la misericordia de Joiada, ahora pago ese bien con mal y Dios le quitó la vida por su pecado. La desobediencia trae como consecuencia la muerte.

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