Wednesday, June 8, 2011

El Llanto Se Convierte en Risa



¨Le dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.¨ Nehemías 8:9

Cuando hemos sido confrontados por la palabra de Dios inevitablemente nos suceden dos cosas: En primer lugar nos sentimos tristes y avergonzados por haber vivido en pecado y haber tenido actitudes contrarias a lo que Dios esperaba de nosotros, pero por otro lado también nos llenamos de gozo y alegría porque pudimos experimentar la misericordia y el perdón de Dios por nuestros pecados. El gozo reemplaza ese sentimiento de tristeza y de culpa porque verdaderamente recibimos el perdón de Dios en nuestras vidas. Esto fue exactamente lo que sucedió con el pueblo judío cuando termino la construcción del muro en Jerusalén ya que Esdras confronto al pueblo con su pecado al leer el libro de la ley. Nehemías y Esdras juntaron al pueblo y les leyeron las palabras de la ley para que pudieran entender que estaban todos ahí por la misericordia de Dios. Ellos no fueron consumidos por los babilonios cuando fueron deportados a pesar de haber merecido ese castigo, porque Dios tuvo misericordia de ellos. Ahora todos estaban escuchando la lectura de Esdras y al estudiar la historia de su pueblo reconocieron que no habían estado siendo fieles a Dios. Esto trajo un gran sentimiento de tristeza entre los habitantes porque se dieron cuenta de sus propias fallas y pecados. Dios había sido fiel para con ellos, pero ellos habían pagado esa fidelidad con infidelidades. Es triste cuando somos confrontados con nuestro pecado porque nos damos cuenta de cuan indignos somos realmente y de que somos merecedores de nuestro castigo.

Fue en medio de ese sentimiento de culpabilidad y tristeza que Nehemías llama al pueblo a tener un cambio de actitud. Dios los trajo de regreso a Jerusalén para que pudieran experimentar su perdón y misericordia y por ende debían estar alegres porque Dios los había salvado y perdonado. La tristeza del pueblo enseguida se convirtió en gozo cuando se apropiaron de esta verdad para sus vidas. Si bien la situación que estaban atravesando era difícil, y su ciudad había quedado prácticamente desolada, Dios los había guardado y rescatado para que se levantaran y vuelvan a habitar en su tierra. Su pecado había sido perdonado y su relación con Dios restaurada. No había ningún motivo por el cual estar deprimidos o derrotados, sino que debían celebrar el hecho de que Dios los había rescatado y dado libertad. Ahora con el templo reconstruido y las defensas de la ciudad levantadas, ellos podían comenzar a disfrutar nuevamente de su relación con Dios en su tierra. Lo mismo sucede con nuestras vidas ya que estando muertos en el pecado, Dios mostro su misericordia para con nosotros al enviar a su Hijo a morir en la cruz por nosotros y nos dio una nueva vida. Nuestra tristeza se transforma en gozo cuando experimentamos el perdón y la misericordia de Dios en nuestras vidas y podemos disfrutar de una relación íntima y verdadera con Él. El pueblo se olvido de su tristeza y comenzó a regocijarse y celebrar el hecho de que pudieron experimentar la misericordia de Dios en sus vidas. ¨Y hubo alegría muy grande.¨ (8:17).

Luego de haber leído la ley y haber escuchado las palabras de Esdras, los levitas se levantaron y comenzaron a alabar a Dios por todo lo que había hecho. Recordaron la historia de Israel desde los días de Abraham y se acordaron de cómo Dios los había liberado vez tras vez del enemigo. Que importante que es poder mirar atrás y recordar como la mano de Dios estuvo con nosotros a través de diferentes etapas de nuestras vidas. Su mano ha estado con nosotros en todo tiempo y siempre es bueno recordar las grandes proezas que Él ha realizado. Los levitas alabaron a Dios y reconocieron Su Soberanía y eso ayudo a que el pueblo viera como la mano de Dios había estado con ellos desde el principio. El pueblo tuvo un cambio de actitud y buscaron agradar a Dios en todo lo que hacían por lo cual aquellos que habían tomado mujeres extranjeras las dejaron y comenzaron a seguir la ley de Dios y Su voluntad para sus vidas. ¨Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira y grande en misericordia.¨ (9:17). Esdras y Nehemías trajeron un cambio de actitud en el pueblo judío y ahora ellos buscaron a Dios con todo su corazón. Cuando experimentamos un encuentro con Dios algo en nuestro interior cambia: Dejamos nuestra pasada manera de vivir y buscamos seguir la voluntad de Dios para nuestras vidas. La tristeza se convierte en gozo porque Él quita el vacío y nos da una nueva esperanza. El borra nuestro pecado y sentimiento de culpa, y nos da un propósito nuevo para vivir.

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