Monday, May 16, 2011

Sin Miedo a Hacer el Papel de Ridículo



¨Pero cuando el arca del pacto de Jehová llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y danzaba; y lo menospreció en su corazón.¨ 1 Crónicas 15:29

David tenía una pasión por Dios inigualable y una de las primeras cosas que quiso hacer al consolidar su nuevo reino fue el traer el arca del pacto de Jehová a Jerusalén, ciudad donde iba a morar. David buscaba pasar tiempo de intimidad con Dios y quería estar lo más cerca posible a Él. David conocía lo hermoso que era sentir la presencia de Dios en su vida y por eso siempre busco una mayor intimidad con Él cada día. David quería una relación aún más cercana con el Señor por lo que busco traer el arca a Jerusalén. La intención del rey fue buena ya que a Dios le agrada que busquemos intimidad con Él, nos acerquemos a Su presencia, y vivamos una relación personal con Él, pero el problema fue que David no tuvo en cuenta un pequeño detalle: la manera en que el arca debía ser trasladada. Dios había ordenado por medio de Moisés la forma en que el arca del pacto debía ser manipulada ya que la presencia de Dios moraba en el arca y si alguien se acercaba moriría porque sin santidad es imposible acercarse a Él. Cuando David intento trasladar el arca por primera vez desde Quiriat-jearim sufrieron un pequeño percance debido a que no tomaron en cuenta las instrucciones de Dios. No importa que nuestras intenciones sean buenas, cuando Dios nos ordena algo debemos obedecerlo hasta el último detalle. Cuando las instrucciones de Dios son precisas debemos tomarlas en cuenta y no hacer las cosas como mejor nos convenga a nosotros. Ese no fue el caso en el primer intento de David por traer el arca a Jerusalén, y por lo tanto fallaron.

El error fue el siguiente: David mando traer el arca en un carro nuevo desde la casa de Abinadab, y mientras Uza y Ahío guiaban el carro el pueblo iba celebrando y cantando alabanzas, ¨pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban, y el furor de Jehová se encendió contra Uza…y murió allí delante de Dios.¨ (13:9-10). Cuando David se dio cuenta de su error y de que habían manipulado mal el traslado del arca, temió a Dios y decidió dejar el arca ahí en la casa de Obed-edom. La intención de David era buena, pero por falta de conocimiento de las leyes de Dios cometieron un error y Uza pago el precio con su vida. El arca quedó en esa casa por tres meses mientras David preparaba al pueblo para su correcto traslado a Jerusalén siguiendo las leyes dadas a Moisés. Obed-edom recibió la bendición de Dios durante el tiempo que el arca estuvo en su casa. Dios quiere bendecir nuestras vidas no maldecirnos, pero nuestras propias fallas a veces son un impedimento para que Dios obre como sucedió con Uza. La intención de David fue buena, pero para el segundo traslado se aseguraría de que todo se hiciera conforme al mandato de Dios. Si Él nos da instrucciones especificas de cómo hacer algo entonces debemos seguirlo al pie de la letra porque Dios busca nuestro bien y protección siempre. Si no hacemos las cosas de acuerdo a sus propósitos podemos resultar heridos. Dios quiere lo mejor para nosotros, obedezcámoslo en todo, aun en esas cosas que a nuestros ojos son pequeñas.  

Durante el segundo intento de traslado del arca hacia Jerusalén David se aseguró que se siguieran las instrucciones precisas que Dios le había dejado a Moisés por lo tanto los encargados fueron los levitas. Esta vez David sí busco seguir las ordenanzas divinas e hizo las cosas a la manera de Dios. Mientras trasladaban el arca, el pueblo se santifico y hubo gran júbilo al llegar a Jerusalén. David mismo fue quien lideraba al pueblo con danzas y saltos. David estaba feliz porque Su Dios venía a morar entre ellos e iba a poder disfrutar de una intimidad aún más cercana con el Señor. David sabía que este acontecimiento debía ser celebrado con gran júbilo, pero la que nunca entendió fue su esposa Mical quien al ver a David saltando y danzando se sintió avergonzada porque creía que el rey no debía estar haciendo el ridículo delante de todo el pueblo. Mical le resto importancia a la llegada del Señor porque nunca había experimentado una relación verdadera con Dios. David en cambio entendía la magnitud del hecho que representaba que el Dios todopoderoso venía a habitar en medio de ellos, un pueblo pecador. El mundo hoy no entiende porque nos alegramos, danzamos, y alabamos a Dios cuando somos visitados por Su presencia, para ellos es locura, se avergüenzan de nosotros, pero los que sí hemos entendido que Dios está aquí habitando en medio nuestro no podemos dejar de gozarnos y deleitarnos en Su presencia. Dios se merece todas nuestras alabanzas, y no podemos de dejar de danzar delante de Él simplemente por temor de quedar en ridículo frente a los demás. David termino escribiendo un Salmo en agradecimiento por lo que Dios había hecho por Su pueblo y por su visitación. Nosotros debemos tener esa misma actitud de agradecimiento hacia Dios porque Él se ha dignado a vivir entre nosotros para tener una relación genuina conmigo y contigo.

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