¨Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado, grandemente en la presencia del Dios de sus padres.¨ 2 Crónicas 33:12
Manasés se aparto del camino de su padre, Ezequías, cuando asumió el trono a los doce años de edad. Todo lo que había hecho Ezequías para bien, Manasés lo hizo para mal ya que volvió a construir los ídolos que su padre había derribado. También edifico altares a los baales e imágenes de Asera, dioses de los pueblos vecinos. Manasés fue aún más lejos llegando a edificar estos altares dentro de la casa de Dios. El rey también adoro las estrellas del cielo aparte de todos los otros ídolos a los cuales servía, e incluso llego a pasar a sus hijos por fuego como regalo para sus dioses. Manasés realmente se esforzó en hacer enojar a Dios ya que no siguió ninguno de Sus mandamientos, ni respeto al Dios de sus padres sino que busco a los dioses de las naciones vecinas de quienes Jehová los había librado. De nada sirvió todo lo que había realizado Ezequías porque Manasés guió a Judá por una senda aún más alejada de Dios desde antes de la reforma de su padre. El castigo de Dios no se hizo esperar ya que el rey ignoro todas las advertencias de los profetas, y los asirios invadieron a Judá y se lo llevaron a Manasés encadenado cautivo a Babilonia. Ninguno de los dioses a los cuales Manasés servía pudieron salvarlo frente a los asirios, y el único Dios que lo podía haber librado fue el Dios al que nunca busco. El rey había sido advertido pero siguió los deseos de su propio corazón y eso lo condujo al fracaso.
En el momento de mayor necesidad cuando Manasés ya había caído lo más bajo posible y había sido humillado reconoció que ninguno de sus dioses lo pudieron salvar. Fue en ese momento en que buscó a Jehová, el único Dios que nos puede rescatar del pozo, y solo ahí cuando lo reconoció como Su Dios y se humilló en su presencia fue que recibió el perdón de Dios y fue liberado. ¨Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.¨ (33:13). El rey fue liberado y al regresar a Jerusalén derribo todos los altares que había edificado a los dioses que nunca le respondieron su clamor y buscó servir solamente a Jehová con todo su corazón. Manasés dio un giro completo a su vida y Dios lo levanto restaurando su reino y bendiciendo su vida. Manasés fue el rey que reino más años de todos los reyes de Judá (cincuenta y cinco años) y la mano de Dios estuvo con Él porque se arrepintió de todo el mal que había causado y busco al Dios de sus padres. No hay pecador que Dios no pueda perdonar, no importa cuán oscuro sea nuestro pasado, Dios es misericordioso y nos restaura completamente cuando nos humillamos en Su presencia y lo buscamos de todo nuestro corazón.
Muchos no quieren acercarse a Dios porque piensan que Él los va a castigar o reprochar por todas las cosas malas que hicieron, pero Dios ha demostrado que Él no actúa así. Él es un Dios perdonador que viene a nuestro rescate en el momento de mayor angustia cuando lo buscamos a Él así que no esperemos a arreglar nuestras vidas antes de buscarlo, sino llamémosle ahora que Él quiere arreglar nuestros problemas por nosotros. No es con nuestras fuerzas sino con la fuerza sobrenatural de Dios que aún hace milagros en nuestros días y que aún cambia vidas. No esperemos arreglar nuestros problemas por nuestros propios medios, sino clamemos como lo hizo Manasés en el momento que estaba preso y sin esperanza. Dios lo rescató y no le reprochó por su pecado porque vio su corazón y sabía que estaba arrepentido. El rey tuvo un encuentro con el único Dios verdadero y dejó todas sus otras creencias vanas que nunca le produjeron satisfacción ni ayuda. Dios hizo un cambio tremendo en la vida del rey que volvió su corazón hacia Él y permitió que el Señor lo moldee. Ese mismo Dios es el que actúa en medio nuestro hoy y produce cambios radicales. El que nunca aprendió del ejemplo de su padre y de su conversión fue su hijo, Amón que hizo lo malo delante de Dios. En vez de arrepentirse de su mal, aumento aún más su maldad y su reino fue cortado después de tan solo dos años al mando. Amón murió tras una conspiración y su hijo Josías de tan solo ocho años fue proclamado rey. Josías sería uno de los grandes reformadores de Judá al buscar a Dios desde una muy temprana edad. Así mismo Dios quiere bendecir nuestras vidas si lo buscamos a Él y dejamos que nos moldee y guíe.
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