Tuesday, March 29, 2011

Finalmente David es Proclamado Rey

¨ ¡Como han caído los valientes en medio de la batalla! ¡Jonatán muerto en tus alturas! Angustia tengo por ti, hermano mío, Jonatán. Que me fuiste muy dulce.¨ 2 Samuel 1:25-26

El tiempo de esconderse en las cuevas había pasado para David y ahora le llegaría el momento de ser proclamado Rey de Judá primero, y luego de todo Israel. David que había comenzado como un pequeño y simple pastor de ovejas, ahora se había convertido en el pastor para una gran nación. Ya había enfrentado y vencido a gigantes por lo cual estaba más que capacitado para enfrentar los desafíos de ser Rey. El había puesto su vida en las manos de Dios y siempre le consultaba a Él antes de actuar para asegurarse de que estaba siguiendo la voluntad de su Padre. Saúl y Jonathan habían muerto en la guerra y David nunca apresuro los tiempos de Dios para su vida pudiendo haber comenzado una revolución y matado al Rey prefirió esconderse en las cuevas y esperar el tiempo de Dios. David no se alegró cuando se entero de la muerte del Rey. Hizo luto por Saúl y Jonathan porque sabía que él era el ungido de Jehová y por lo tanto nadie lo podía tocar. El reinado de David tampoco comenzó de un momento a otro, sino que demoro unos siete años y medio desde que fue nombrado Rey de Judá para establecerse como Rey de toda la nación de Israel. La vida de David no fue fácil, pero su corazón siempre estaba puesto bajo la confianza en su Dios. Dios siempre le había dado la victoria a David en medio de cualquier circunstancia porque él se fortalecía en el Señor día a día. En medio de tantas circunstancias adversas y situaciones difíciles, David siempre encontraba la victoria porque Dios estaba con él, y además el Rey tenía un corazón de adorador en medio de las pruebas. El corazón de David nunca se enorgulleció sino que siempre se mantuvo humilde consultando la voluntad de Dios para su vida en todo tiempo.

No fue una tarea fácil para David el reemplazar a Saúl ya que él no era el legítimo Rey porque tras la muerte de Saúl, el general del ejército tomo al hijo de Saúl, Is-boset, y lo nombro como Rey de Israel. Pero David sabía en su corazón que Jehová lo había ungido y llamado para que sea el Rey de toda la nación debido al pecado de Saúl. David supo ser paciente y esperar el tiempo de Dios. El fue Rey de Judá primeramente y tuvo que unir a una nación dividida enfrentando a la casa de Saúl por más de siete años. ¨Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David, pero David se iba fortaleciendo, y la casa de Saúl se iba debilitando.¨ (2 Samuel 3:1). A veces creemos que porque Dios nos ha llamado a hacer algo que Él va a darnos todo rápido y fácil, pero muchas veces nos toca esperar y sufrir por obtener las promesas que Dios nos ha dado. David tuvo que esconderse por años de Saúl que lo quiso matar porque lo veía como una amenaza para su reino a pesar de que él era inocente y nunca quiso usurparle el trono. Y aun después de muerto Saúl, David tuvo que esperar más de siete años para poder unir a la nación bajo su reino. David tuvo que enfrentar varios problemas y un sin número de dificultades, pero siempre se mantuvo confiado en las promesas de Dios y se mantuvo fiel escuchando siempre la voz de Dios y consultándole siempre antes de dar un nuevo paso.

La relación especial que tenía David con Dios se manifestaba en las actitudes que tenía el Rey para con Él. Lo primero que hizo David cuando finalmente pudo unir a toda la nación de Israel fue traer el arca del pacto de regreso a Jerusalén. Jerusalén sería la capital de su nuevo gobierno, el cual no sería simplemente el centro político de su reino sino también el centro religioso donde Dios habitaría en medio de su pueblo.  Ahora que finalmente Israel tenía sus límites definidos y toda la nación estaba unida David quería construirle un templo a Dios donde pudiera habitar. La intención del Rey era muy buena y a Dios le agrado que David quisiera construirle una casa para habitar pero no le permitió al Rey hacerlo porque él había demarrado demasiada sangre. David era un guerrero y la construcción del Templo para Dios quedaría a cargo de su hijo Salomon, el futuro Rey de Israel que disfrutaría de un tiempo de paz gracias a David. David siempre tuvo un corazón que agrado a Dios porque siempre le buscó y adoró en medio de las pruebas. La Biblia dice que no hubo otro Rey como David y podemos aprender mucho de su relación con Dios. Cuando nos encontremos en diversas pruebas debemos siempre mantenernos confiados en Dios y tener una actitud de adoración hacia Él. Cuando David traía el arca del pacto de regreso a Jerusalén dice la Biblia que él danzaba de tanta alegría que tenía en su corazón. ¨Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehovᨠ(2 Samuel 6: 14). El gozo debe ser una característica en nuestro diario caminar con Dios porque Él habita en medio nuestro.

Tuesday, March 22, 2011

Esperando en los Tiempos de Dios para Tu Vida

¨Jehová me guardó de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.¨ 1 Samuel 24:6

Muchas veces creemos que cuando se nos presentan oportunidades en la vida es porque Dios nos está abriendo las puertas, pero ese no es siempre el caso. Tomemos como ejemplo lo que sucedió con David cuando este se escondía en las cuevas de Saúl. La popularidad de David había crecido tanto entre los hebreos que el Rey Saúl lo vio como una amenaza para su reino por lo cual busco eliminarlo. En una de las tantas persecuciones, Saúl sin saberlo termina dentro de la misma cueva donde está escondido David. David lo tiene al Rey frente a sus ojos pero decide perdonarle la vida y simplemente le corta un pedazo de su túnica. Cuando Saúl sale de la cueva, David sale detrás de él y le cuenta como Dios lo había entregado en sus manos pero aún así decidió salvarle la vida. Saúl reconoce que David le ha pagado bien por mal y restaura su relación con él reconociendo que David es un hombre más justo de lo que él jamás será. Si miramos lo que sucedió con ojos humanos podríamos pensar que Dios le estaba entregando a Saúl en sus manos para que lo mate y pueda ser coronado como Rey, pero no fue el caso. David conocía la voluntad de Dios y sabía que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos. David sabía que la venganza es del Señor y jamás iba a tocar a un ungido de Dios por más que la mano del Señor se había apartado de él.

Es importante no confundir la voluntad de Dios con las oportunidades que se nos presentan porque no siempre vienen de la mano ambas cosas. David pudo vengarse, pero sabía que esa no era su posición, que la venganza era del Señor.  No porque Dios se lo haya puesto frente a él quiere decir que Dios quería que lo mate a Saúl, y David sabía esto. David uso esa oportunidad para hacerle bien a su enemigo. Dios quiere que paguemos siempre con bien a nuestros enemigos y no busquemos el mal para sus vidas. Estamos aquí para bendecir a los demás y no para desearles el mal a los que nos caigan mal. Ni aunque se nos presente nuevamente la misma oportunidad quiere decir que debemos tomarla ya que a David le ocurrió lo mismo dos veces seguidas con Saúl. La paz entre David y Saúl había durado poco ya que los celos del Rey regresaron y una vez más volvió a perseguir a David junto a miles de soldados. Esta vez la confrontación se dio en el collado de Haquila donde David y un compañero entraron dentro del campamento del rey y encontraron a todos dormidos. Aquí una vez más David le perdona la vida a Saúl y decide tomar su lanza como señal de que pudo haberlo matado pero no quiso. Nuevamente la historia se repite y Saúl hace las paces con David. David siempre busco el bien y la paz para con Saúl y su descendencia.

David no se dejo llevar ni por las circunstancias u oportunidades que se le presentaron, ni tampoco por los consejos que le daban sus compañeros de refugio. Sus compañeros querían que David mate al Rey y ponga fin de una vez por todas a la persecución. Estaban cansados de huir, de esconderse, y de pasar hambre, pero David había puesto su vida en las manos de Dios y sabía que Dios lo estaba cuidando y protegiendo. Dios no iba a permitir que nada malo le suceda a David porque lo había ungido como el futuro Rey de Israel, pero David no tenía la autoridad para apurar los tiempos y decidir sobre la muerte del Saúl. Esa decisión era de Dios y de nadie más. David no iba a tocar la vida de un Rey, ni iba a dirigir una revolución, simplemente iba a esperar en los tiempos de Dios. Si David mataba a Saúl ya podría ser libre para reinar y dejar de andar escondiéndose para salvar su vida. Después de todo era solo en defensa propia, pero David permaneció fiel y obediente a Dios. David sabía el propósito de Dios. David rehúsa tomar el papel de Dios extinguiendo la vida del Rey. Simplemente porque se presenta una oportunidad no quiere decir que esa sea la voluntad de Dios y David conocía esta verdad. David sabía escuchar a Dios,  pago con bien al mal y salió ganando.

Jehová Mira Tu Corazón

¨No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.¨ 1 Samuel 16:7

Dios ya se había apartado de Saúl y por medio de Samuel le anuncio que ni él ni su descendencia reinarían sobre Israel. El pecado de Saúl lo hizo perder la bendición de Dios por lo que Dios manda a Samuel a que vaya a ungir a otro candidato para el trono. Recordemos que Samuel sirvió como la voz de Dios para el pueblo durante el periodo de transición entre los jueces y reyes de Israel. Samuel había ungido a Saúl como Rey, pero su corazón se había desviado de los caminos de Dios y ahora Dios estaba aprontando a otro candidato, uno que ni el propio Samuel se hubiese imaginado. David fue un candidato improbable ya que era un simple pastor de ovejas y ni siquiera era grande de estatura como lo era Saúl. David era un chico con cara bonita pero nada más ya que cuando Samuel lo vio por primera vez no estaba impresionado, pero Dios le recordó que lo que importa es el corazón de las personas y no simplemente lo que ven nuestros ojos. David tenía un gran corazón, era un adorador, y tenía una fe inigualable ya que cuando venían osos o leones a atacar a sus ovejas, él las defendía y protegía. Los hermanos mayores de David eran los guerreros, pero él simplemente era un pastor de ovejas. Aún así Dios le dice a Samuel que unja a David porque Dios estaba mirando su corazón. A simple vista Samuel hubiese escogido al hermano mayor de David que era grande y fuerte, pero Dios conocía el corazón de ambos y sabía cómo iban a reaccionar cuando se presentaban gigantes como Goliat. David sería el que enfrentaría a los gigantes por su fe, y eso no requiere de ser grande o fuerte. 

David saldría del anonimato muy pronto ya que un día cuando sus hermanos estaban en guerra contra los filisteos, su padre lo envía para que le lleve comida a sus hermanos. Aquí David se encuentra con un pueblo atemorizado ya que un gigante filisteo llamado Goliat desafiaba a los soldados hebreos a que peleen contra él. David no podía creer que nadie aceptara el reto ya que sabía que Dios estaba de su lado. Los hermanos de David lo querían sacar corriendo porque después de todo que sabía él si simplemente era un pastor de ovejas. Lo que ellos no sabían es que la fe de David había crecido en medio del campo mientras defendía a sus ovejas indefensas. David había visto el poder de Dios y lo había experimentado de primera mano por lo que decide enfrentar a Goliat. Así como Dios que no mira con ojos humanos sino que mira el corazón, David también aprendió a mirar con los ojos de Dios y no vio al gigante que tenía enfrente, sino que vio a un incircunciso que se estaba burlando del pueblo de Dios. Saúl le da permiso a David a que enfrente al gigante y David sale victorioso dándole la gloria a Dios. La gente termina aclamando a David ya que este logra importantes victorias y después de un tiempo comenzaron con sus canticos: ¨Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles.¨ Por supuesto que esto no le cayó nada bien al Rey Saúl que vio su reinado en peligro debido a la gran aceptación que tenía David. Además Saúl ya sabía que Samuel había profetizado en su contra. David, quien había sido fiel a Saúl y lo había servido con todo su corazón ahora se convertiría en una amenaza para el Rey ya que el Espíritu de Jehová estaba sobre él. A veces podemos estar haciendo las cosas bien como David, pero aun así nos podremos encontrar con problemas y gente quien no nos desea el bien. David se convirtió en el enemigo público número uno del reino de Saúl por lo que tuvo que huir.

Jonatán fue un personaje fundamental en esta historia, que muchas veces queda en el olvido ya que muchas veces nos concentramos simplemente en la historia de Saúl y David. Jonatán era el heredero del trono, era el primogénito de Saúl y por lo tanto quien debía ejercer el trono tras la muerte de Saúl. David y Jonatán deberían haber sido enemigos ya que Jonatán sabía que David era el gran candidato para ser el futuro Rey de la nación. Aún así a Jonatán no le importo el reino y se mostro siempre leal a su amigo David a quien amo como un hermano. Jonatán y David hicieron un pacto de defenderse mutuamente y Jonatán termina salvándole la vida a David. A Jonatán no le importo salvar a David a pesar de que eso significaría que él perdiera el trono. Jonatán nunca se detuvo a pensar en lo que le convenía a él sino que siempre puso la vida y la amistad de David por encima de todas las cosas. El no lo vio como su rival sino que estaba dispuesto a dar su vida por él. Cuán importante es encontrar un amigo como Jonatán que sea leal y ponga la vida de otros por encima de la suya propia.  Más importante aun creo yo es poder ser un amigo leal y fiel como lo fue Jonatán. Jonatán supo como aceptar la voluntad de Dios para su vida aún sabiendo que esta significaría que no sería el Rey de Israel, y aún así apoyo a David y se mostro como un amigo fiel.

Sunday, March 20, 2011

Confiando en los Tiempos de Dios

¨Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.¨ 1 Samuel 14:6

Lamentablemente el pecado de Saúl lo termina alejando de Dios. El espíritu de Dios que estaba sobre él ahora lo ha abandonado debido a su desobediencia. Saúl desobedece órdenes directas por lo cual Dios lo descalifica como líder de su pueblo. El primer error de Saúl fue no haber esperado a Samuel para el sacrificio que este iba a dedicarle a Jehová antes de salir a la guerra contra los filisteos. Como Samuel tardaba en llegar y el ánimo de sus soldados caía, Saúl decide él mismo hacer los sacrificios para que ellos no terminen abandonando sus puestos de guerra. Cuando Samuel llega y ve lo que ha hecho Saúl lo reta y le dice que esa actitud le costará el reino a él y su descendencia. El segundo gran error que cometió el Rey fue el no haber obedecido a Dios cuando le pidió que extermine a su enemigo y no deje vivo ningún animal. Saúl decide dejar al Rey con vida y quedarse con lo mejor de las vacas y ovejas para sacrificarlas a Dios. Saúl creía que estaba haciendo lo correcto delante de Dios, pero la verdad es que simplemente no había escuchado la voz de Dios. Saúl que tuvo comienzos humildes, se enorgulleció con tantas victorias que por momentos se olvido que tenía que seguir órdenes y no simplemente darlas. Saúl ignoro los mandatos de Dios y eso lo condujo a su perdición. El Rey perdió el verdadero enfoque de su vida y eso al final lo lleva a perder el reino.

El error del Rey fue que no dejo las cosas en los tiempos de Dios y se apuro a realizarlas él mismo. Muchas veces nosotros intentamos darle una mano a Dios porque vemos que la respuesta a nuestra oración no llega. Dios nos ha prometido algo pero de alguna manera comenzamos a sentir que Dios se ha olvidado de su promesa, por lo cual decidimos nosotros mismo alcanzarlas por nuestros medios. Cuán equivocados estamos al creer que nosotros podemos darle una mano a Dios. Él conoce mejor que nadie nuestros tiempos y si dejamos las cosas en las manos de Dios Él va a cumplir la promesa en el momento justo. Dios no llega tarde y Él cumple lo que promete así que debemos permanecer confiados y seguros de que Dios no tardará. Saúl no fue paciente y quiso hacer las cosas por sus propios medios por lo cual no espero a que llegue Samuel y realizo el mismo los sacrificios. Su intención no fue mala, pero no era lo que Dios había pedido. Samuel era el profeta y él debía realizar los sacrificios, no el rey. Ni bien Saúl termina de hacer los sacrificios, llega Samuel. Si tan solo hubiese esperado unos minutos más Saúl no hubiera perdido su trono. Que importante que es para nosotros confiar en los tiempos de Dios y mantenernos seguros en sus promesas. No busquemos ayudar a Dios, sino descansemos en Él y confiemos que Él está en control y sus tiempos son los mejores.

Mucho se habla del dicho ¨tal padre, tal hijo¨ pero esto no fue el caso en la vida de Jonathan, el hijo de Saúl. Al contrario Jonathan había crecido con un gran temor de Dios y conocía el poder de Dios. Jonathan recibió la confirmación de Dios de que le daría la victoria frente a los filisteos y se lanzo a la batalla él solo junto con su criado de armas. Dios le dio una gran victoria a Jonathan porque este tenía una gran fe y confiaba en los tiempos de Dios. Jonathan enfrento al enemigo solo, sin temor porque sabía que Dios estaba con él encegueciendo al enemigo. La victoria siempre se la debemos a Dios, Jonathan no se quedo con la gloria, como Saúl que decidía ignorar a Dios y seguir su propio corazón. Si tan solo Saúl hubiese aprendido de su hijo Jonathan la historia hubiese sido diferente. Saúl tomo lo que le pertenecía a Dios y término quedándose sin nada. Dios no quiere sacrificios, prefiere la obediencia por encima de todas las cosas y Jonathan sabía esto por eso su corazón siempre estuvo enfocado en Dios. Quizá Jonathan hubiera sido un gran rey pero debido al pecado de su padre nunca lo sabremos. Aún así Jonathan siempre se mantuvo firme en la voluntad de Dios. Dios ya le había dado órdenes a Samuel de ungir a un futuro rey, uno de los campos de Belén. Su nombre era David. Jonathan se mostraría como un gran amigo para David y su amistad le terminaría salvando la vida al futuro rey.

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Buscando Asnos Termina Encontrando Una Corona y Un Trono

¨ ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y, mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín?¨ 1 Samuel 9:21

Esta era la concepción que tenía Saúl de si mismo antes que Samuel lo haya ungido como el futuro Rey de Israel. El simplemente iba en camino a buscar unos asnos que se le habían perdido al papa. ¿Quién se hubiese imaginado que esa simple búsqueda terminaría en la coronación de un Rey? Saúl nunca se esperaba tal honor, sin embargo Dios lo escogió a él porque vez tras vez a Dios le agrada llamar a los humildes y usarlos para hacer cosas grandes. Saúl era un hombre grande y de buen parecer, pero aun así conocía su lugar en Israel ya que pertenecía a una de las tribus y familias más pequeñas del pueblo. Pero cuando Dios lo llama a Saúl hay una transformación en su vida porque el Espíritu de Dios viene sobre él y lo unge. Dios estaba con Saúl, y le daba la victoria frente a los filisteos para que todo el pueblo lo siguiera. Recordemos que no era la intención de Dios que su pueblo tenga un Rey, pero ellos lo pidieron ya que creían necesitar un líder para que los guíe y proteja en las guerras. Este pedido del pueblo era un rechazo al gobierno de Dios en sus vidas. Ellos quisieron ser como las demás naciones y rechazaron el reino que Dios les había ofrecido. Cuán importante es para Dios el que nosotros le permitamos gobernar sobre nuestras vidas, pero nosotros somos los que tomamos la decisión final. Aún así el espíritu de Dios está sobre Saúl para ayudarlo a gobernar a su gente. Dios no abandona a su pueblo a pesar de que ellos sí lo habían rechazado. Dios permanece fiel.

Saúl era tan tímido que hasta se había escondido entre el balaje cuando Samuel lo buscaba para coronarlo. Me imagino lo gracioso que debe haber sido esa imagen cuando Samuel finalmente encuentra al enorme Saúl escondido en un sitio tan pequeño. Ese sería el futuro Rey de Israel el cual no se sentía listo para la tarea. No quería asumir semejante responsabilidad. Aun así los ojos del pueblo se enorgullecieron cuando vieron el tamaño de Saúl. Saúl era exactamente lo que ellos habían pedido, un Rey, grande, y fuerte, pero habían desertado a Dios y Samuel les advierte de la futura consecuencia de sus acciones. Los israelitas se sentían más seguros con este Rey grande y fuerte (a pesar de que su interior estaba lleno de temor e inseguridad) que con el Dios que los había librado de los egipcios, el Dios que los había alimentado en el desierto, el Dios que les había entregado la tierra de Canaán. Pero Dios no había abandonado a su pueblo y su espíritu estaba sobre Saúl para guiarlo y darles la victoria frente a sus enemigos los filisteos. Mientras el pueblo siga obedeciendo los mandamientos de Dios entonces Él prometía estar con ellos y bendecirlos, pero en el momento que se olviden de Él y vayan en pos de otros dioses entonces su mano se apartaría sobre ellos y su Rey.

Recordemos que si bien Dios no quería que el pueblo tuviera un Rey, Él les da uno debido a su insistencia, pero aún así Dios es el que escoge y llama a Saúl mediante su profeta Samuel. Samuel es el que unge y corona a Saúl rey. El espíritu de Dios estaba Saúl y eso se pudo apreciar en la primera prueba que tuvo Saúl cuando tuvo que enfrentar a los filisteos. Antes de la batalla, el Rey todavía no era reconocido por todo el pueblo. Había gente que no estaba de acuerdo con la elección de Saúl como su Rey y habían decidido no aceptarlo como su Rey. Pero cuando Saúl regresa victorioso de la Guerra, todos ven que la mano de Dios está con él y su aceptación se hace unánime. Saúl tuvo la oportunidad de matar a todos los israelitas que se opusieron a su gobierno, pero su corazón estaba puesto en el lugar correcto y había decidido que no morirían más israelitas. Si tan solo el corazón de Saúl se hubiese mantenido en esa misma actitud humilde y obediente a Dios. Pero como todos sabemos el poder puede corromper a las personas y es exactamente lo que sucede con el Rey. Su humilde corazón comienza a engrandecerse y decide tomar acciones por si mismo envés de buscar la dirección de Dios. Esto es lo que al fin y al cabo trae la caída de Saúl ya que el espíritu de Dios lo abandona por no haber escuchado su voz. No dejemos que las victorias que Dios nos dé en nuestras vidas cambien nuestro corazón. Dejemos que el reine sobre nosotros en todo tiempo y si nos encontramos en posiciones de poder no abusemos de ella sino que tomemos en cuenta que aún así Dios es el Rey de nuestra vida y debemos someternos a Su voluntad.

Sometiéndonos A la Voluntad De Dios, No Manipulándola

¨Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos.¨ 1 Samuel 7:3

Tal como Dios le había dicho a Samuel, los hijos de Elí murieron al salir a la guerra contra los filisteos. Cuando Elí escucha las malas noticias de que Israel ha perdido a 34 mil hombres frente a los filisteos, que entre ellos murieron sus hijos, y encima de todo el arca del pacto fue robada, Elí se cae para atrás y muere. La guerra tuvo un gran costo para los israelitas que perdieron su más precioso objeto de valor: el arca, el lugar donde habitaba la presencia de Dios. El problema era que los israelitas ya veían al arca como un amuleto de buena suerte. No había mucha diferencia entre el arca y un ídolo ya que trajeron el arca a la guerra para poder derrotar a los filisteos, pero se olvidaron de clamar y pedir por la protección de Dios. No alcanzaba solo con llevar el arca, sino buscar la dirección de Dios primero antes de salir a la guerra. Dios no es alguien que podemos manipular para conseguir lo que queramos, sino al revés nosotros deberíamos buscar su dirección para saber cómo actuar frente a alguna crisis. Así que fue una mala noticia tras otra para los israelitas que terminaron derrotados y encima sin el arca. Es en este momento turbio para Israel que Samuel tiene que asumir su rol como juez. A pesar de que el pueblo creía que Dios ya los había abandonado al perder el arca, Samuel logra reconstruir el ánimo del pueblo para volver a enfrentar a los filisteos ya que Dios estaba con él. ¨Y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel.¨ (7:13).

Cuando los filisteos derrotaron a los israelitas hubo un momento que temieron al enemigo ya que vieron que ellos traían el Arca y sabían lo que Dios había hecho en Egipto. Aun así se esforzaron y obtuvieron la victoria. Este triunfo los hizo pensar que su dios, Dagón, era más poderoso que Jehová, pero la verdad era que Dios no quería darle el triunfo a su pueblo por haber sido desobediente. Luego Dios ajusta cuentas con los filisteos cuando estos meten el Arca en la casa de Dagón. En dos ocasiones los filisteos entran a la casa de su dios y lo ven tirado en el suelo postrado sobre el Arca. Además de esto la presencia del Arca trae diferentes maldiciones a los filisteos por lo cual se ven obligado a devolverla a los Israelitas. Dios no permitió que el enemigo se llevara la gloria a pesar de haber derrotado a su gente. Dios siempre tiene la última palabra. Hoy Dios habita en nuestras vidas y debemos ser luz en medio de la sociedad. No podemos permitir que el mundo tenga una mala imagen de Dios debido a nuestras malas actitudes y desobediencia. Cuando nosotros seguimos nuestros propios deseos, bloquemos el obrar de Dios en nuestras vidas y permitimos que el enemigo salga venciendo. Igualmente Dios siempre tiene la última palabra y toda lengua terminara confesando que él es Dios. El mejor método de evangelización es nuestra obediencia porque solo así la gente podrá ver a Dios y lo que ha hecho en nuestras vidas.

Samuel reconstruye su pueblo y trae un avivamiento espiritual. Dios puede usar a una sola persona así como hizo con Samuel para traer luz en medio de una sociedad perdida. Lamentablemente los hijos de Samuel también terminaron haciendo lo malo ante los ojos de Jehová y se volvieron corruptos por lo cual el pueblo le pide a Samuel un rey que los gobierne. Dios le dice a Samuel que se quede tranquilo y obedezca al pueblo: ¨Oye la voz del pueblo porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.¨ (8:7). Israel quiso ser como las otras naciones. Debemos de tener cuidado con lo que le pedimos a Dios porque quizá lo que le pidamos no nos convenga. Dios igual le dio un Rey a Israel a pesar de que sabía que no era lo mejor para el pueblo. Tengamos cuidado con lo que pidamos porque quizá Dios nos responda la oración y no nos termine conviniendo para nada lo que pedimos. Mejor busquemos la dirección de Dios para nuestras vidas. Permitamos que Él sea el Rey de nuestras vidas, y no busquemos nosotros mismo buscar ser reyes de nuestras decisiones. No importa que el resto de las personas se manejen  así, nosotros somos un pueblo llamado a ser diferente, separado para Dios.

Dios Honra A Los Que Le Honran

¨Porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.¨ 1 Samuel 2:30

Hemos visto varios casos en la Biblia donde Dios ha obrado milagrosamente con mujeres estériles que terminan quedando embarazadas. Ana conocía estas historias muy bien y su anhelo era poder tener un hijo. Su esposo, Elcana,  la amaba mucho pero esto no era suficiente para Ana ya que la otra mujer de Elcana tenía varios hijos y se burlaba de ella porque no podía darle descendencia a su marido. Un día Ana subió con Elcana al templo a adorar a Dios, y ella clamó por un milagro en su vida. Dice la Biblia que ella estaba tan angustiada que el profeta Elí creía que Ana estaba ebria. Cuando Elí se acerco a decirle que se retire vio que Ana realmente estaba clamando a Dios con toda su alma. ¨He derramado mi alma delante de Jehová, ¨ le dice Ana al sacerdote. Ella estaba tan afligida que ni comía ni bebía. Fue ahí donde Elí comprendió la gran necesidad que tenía Ana y decide bendecirla. Elí le dice que va a tener un hijo y Ana es llenada de paz y felicidad de un momento a otro. Ana tenía una gran fe porque ni bien el profeta exclamó esas palabras ella se fue tranquila a casa a comer. La angustia había pasado porque sabía que el profeta había hablado por orden de Dios. Si bien todavía no había concebido ya en su mente sabía que iba a tener un hijo porque el profeta le había transmitido esa paz. Lo primero que hace Ana cuando llega a casa es adorar a Dios y agradecerle por el milagro que iba a hacer. Ana decide dedicarle su hijo a Dios y cumple su promesa ya que cuando finalmente nace Samuel, lo dedica al servicio de Dios y se lo entrega a Elí después de destetarlo.

Podríamos aprender muchas lecciones de la vida de Ana y sobre la actitud que tomo. Primero que nada ella clamó con todo su corazón por un milagro de Dios. Ella sabía que Dios le podía dar un hijo, por lo cual clamo con toda su alma. Dios escucha nuestro clamor, y en este caso uso a Elí para darle una respuesta a su oración. Ni bien recibió la respuesta, Ana se fue a su casa feliz a agradecerle a Dios por lo que había hecho. Que importante es adorar a Dios aun antes de que veamos el milagro cumplido en nuestra vida. Ana creyó a la promesa ni bien la recibió y tuvo la actitud correcta de adorar al dador de milagros. Ahora lo otro que hace Ana, que se diferencia al resto de las mujeres estériles cuyas oraciones fueron contestadas es que ella decide entregarle su hijo a Dios. Ana pidió tanto tiempo por un hijo y cuando Dios se lo da ella lo pone al servicio de Dios cumpliendo así el pacto que había realizado con Dios. Quizá para muchas otras personas esto fue una locura, pero Dios honra a los que le honran. Samuel crece en el Templo sirviendo junto a Elí, pero Ana es recompensada por su acción ya que Dios le concede tener varios hijos más. Cuando Dios ve que somos fieles en lo poco y cumplimos con nuestra parte del pacto, Él nos da mucho más de lo que podemos esperar o anhelar. Ana recibió más de lo que pidió y por su fe las futuras generaciones de Israel serían bendecidas a través de la vida de Samuel que se convirtió en un gran profeta y el último juez de la nación.

Cuantas lecciones podemos aprender de esta historia y de la fe de Ana, pero también hay otra parte de la historia un poco más oscura. Las cosas en el Templo no estaban marchando del todo bien ya que los hijos del Sacerdote Elí se habían corrompido y robaban de las ofrendas de los israelitas. En el primer versículo del capítulo tres se nos dice que ¨la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.¨ Eran tiempos oscuros para Israel, a pesar de que Elí era un buen sacerdote dedicado al Servicio de Dios. Si bien era un buen ministro, había descuidado un aspecto importante: a su familia. Dios exige que seamos buenos padres y no solo ministros. No podemos descuidar una de las dos áreas en nuestra vida ya que Dios exige que corrijamos a nuestros hijos y los conduzcamos por el camino recto. Fue en esta área que Elí fue infiel y debido a eso perdió la bendición de Dios. Dios llama a Samuel a ser el futuro profeta del pueblo y él se convirtió en el profeta reconocido por el pueblo. A pesar de su advertencia, Samuel sería el profeta que finalmente le diera al pueblo lo que querían: un Rey. Todo esto no hubiese sido posible si no fuera porque una mujer llamada Ana decidiera separar a su hijo al servicio de Dios después de tanto clamar por él.

Monday, March 14, 2011

Rut: Un Ejemplo de Fidelidad y Lealtad

¨No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.¨ Rut 1:16

La historia de Rut es tan importante que tuvo que ser contada en un libro aparte en el Antiguo Testamento. La historia ocurrió durante el tiempo de los jueces de Israel cuando aún el pueblo no tenía Rey para gobernarlos, pero aún así se le dedica un libro solamente a esta historia por lo que representaría simbológicamente la lealtad y el amor de Rut. No se les dedico un libro aparta a grandes personajes como Sansón o Gedeón, pero a Rut sí porque su lealtad y fidelidad hacia su suegra merece ser contada y escuchada. Además el libro de Rut es una historia de amor donde cada uno de los personajes realmente representa algo mucho más grande que las acciones de una familia. La figura de Booz y como redimió y salvo a Rut tiene un significado simbólico para los cristianos hoy día que ven como Jesús (representado en esta historia por Booz) vino y redimió a su iglesia, la esposa de Dios (Rut). Nosotros fuimos redimidos por la sangre de Jesucristo y Él nos tomo para ser su esposa, su pueblo. Rut, una extranjera de Moab, que no era parte del pueblo de Dios, fue redimida por Booz y se convirtió en la bisabuela del Rey David, los cuales formaron parte del linaje de Jesús. Esta historia representa como Jesús nos tomó a nosotros, nos rescato, y nos hizo parte del linaje Real de Dios. Pasamos de ser extranjeros a ser hijos de Dios y coherederos de Su reino.

La historia comienza con una pareja de Belén,  Elimelec y Noemí, quienes tenían dos hijos (Mahlon y Quelión). Ellos tuvieron que abandonar el pueblo por una hambría que hubo en su tierra y se fueron a habitar en medio de los moabitas. En tierra extranjera sus hijos se terminaron casando con dos mujeres moabitas: Orfa y Rut, pero mientras estuvieron en esta tierra foránea los tres hombres de la familia fallecieron. Noemí se quedó viuda y sin hijos por lo que sus dos nueras estaban libres para seguir sus propias vidas, pero en vez de hacerlo Rut y Orfa decidieron quedarse con Noemí. Cuando Noemí finalmente decide volver a Belén les pide a sus nueras que se queden en su tierra porque no tenía nada más para ofrecerles, pero Rut permanece fiel a Noemí y decide viajar con ella. Una vez que llegan a Belén, Rut continúa mostrando su lealtad hacia Noemí y comienza a trabajar en la tierra de un pariente de ella para poder sobrevivir. La historia de Rut y sus virtudes son conocidas por los habitantes de Belén, especialmente por Booz que decide ayudarla. La fidelidad de Rut termina teniendo su recompensa porque Booz termina esposándose con ella y proveyendo para Rut y Noemí. A pesar de ser extranjera, Rut halla gracia en los ojos de Booz y termina siendo nada más y nada menos que la bisabuela del gran Rey de Israel: David. Rut fue redimida y formo parte del linaje real de Israel.

A Rut le tocó vivir durante un tiempo muy difícil. Había perdido a su esposo y le toco ir a una tierra extranjera que no conocía porque decidió permanecerle fiel a su suegra. En medio de este tiempo difícil, Rut demostró una fidelidad y lealtad incomparable. Podemos aprender muchas cosas de la vida de Rut, especialmente como no perder la esperanza en medio de una crisis. Debemos permanecer fieles a Dios y saber que Él está en control siempre. Rut encontró gozo a través de su aflicción. No todo está perdido cuando estamos protegidos por nuestro Padre Celestial y decidimos encomendar nuestras vidas en Sus manos. Podemos aprender muchas cosas en medio de la adversidad, pero no podemos dejar que los tiempos difíciles cambien nuestro carácter o debiliten nuestra fe. Debemos salir fortalecidos de estas situaciones y permanecer leales a nuestras creencias. Rut fue una persona que se esforzó mucho en medio de sus aflicciones como podemos ver cuando salió a recoger espigas en la siembra de los campos de Booz. Booz vio como ella trabajaba arduamente y se esforzaba por salir adelante. Rut pudo haberse perdido una bendición tan grande si se hubiera quedado en su tierra, pero ella confiaba en el Dios de Noemí y estaba decidida a acompañarla y permanecer fiel. La lealtad es una virtud muy difícil de encontrar hoy día, pero permanecer fiel tiene sus recompensas. Cuando atravesemos dificultades tomemos en cuenta el ejemplo de Rut y enfrentemos los problemas con la misma fe que Rut porque Dios está en control.

Saturday, March 12, 2011

No Desperdicies El Potencial Que Dios Te Dió

¨Y luego que despertó Sansón de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.¨ Jueces 16:20

Es realmente triste ver como personas desperdician su potencial y pierden los talentos que Dios les ha dado. Fue el caso de Sansón que nació con un gran potencial para ser un gran juez en Israel. Los padres de Sansón lo separaron para Dios desde su nacimiento y Dios le dio una fuerza sobrenatural. En ese tiempo los israelitas vivían bajo el yugo de los filisteos que los atormentaban constantemente, pero Sansón estaba llamado para ser su libertador. Sansón podía enfrentar el solo a mil filisteos y derrotarlos. La fuerza de Sansón provenía de Dios ya que él había sido llamado a ser santo y apartado para Dios (hizo el voto del nazareo por lo cual no podía cortarse el pelo, ni acercarse a un cadáver, ni tomar vino). De alguna manera con el correr del tiempo Sansón se fue olvidando de quien provenía realmente su fuerza y comenzó a apartarse poco a poco de su vida santa. Primero que nada él tenía la tendencia de enamorarse de mujeres extranjeras, cuando Dios siempre le exigía a su pueblo que no se junten con mujeres extranjeras. En otro momento Sansón tomo miel de un cadáver de león y lo comió, cuando la ley era clara que no debían tocar animales muertos (lo que hizo Sansón fue poco higiénico). Aun así a pesar de su pecado, Sansón siempre obtenía la victoria frente a los filisteos y esto lo llevo a olvidar de quien provenía realmente su fuerza. En el relato de Jueces no vemos realmente que Sansón haya sido una persona que tenía una relación intima con Dios como alguien como Gedeón. Recién al final de su vida vemos que Sansón ora a Dios para que sus fuerzas sean restauradas por una última vez.

El problema de Sansón fue que siempre utilizo sus fuerzas para beneficiarse él mismo. Los grandes triunfos que obtuvo frente a los filisteos siempre fueron por motivos personales (en muchos casos actuó simplemente por venganza). Aun así Sansón era favorecido por Dios y conservaba su fuerza sobrenatural. Fue este constante coqueteo con el pecado que lo llevo a Sansón a su perdición final. El se volvió a enamorar de una mujer foránea y después de mentirle varias veces sobre de donde provenía sus fuerzas finalmente cedió y le confesó que si le cortaban el pelo sus fuerzas iban a desaparecer. Ella lo engaño y divulgo su secreto a los filisteos los cuales le cortaron el pelo mientras dormía y a la mañana siguiente cuando los filisteos vinieron a capturarlo no pudo pelear porque sus fuerzas se habían ido. El pecado de Sansón lo llevo a ser derrotado, afligido, y el hazme reír de todos los filisteos los cuales le apresaron, quitaron los ojos, y lo forzaron a llevar carga como un buey. El gran Sansón termino siendo la burla de sus enemigos. Dios se había apartado de Sansón debido a su desobediencia y sus fuerzas desaparecieron. Sansón fue un triste ejemplo más de cómo el pecado nos termina alejando de Dios y haciéndonos perder las grandes bendiciones y conquistas que tenía para nuestras vidas. Sansón tenía tanto potencial por delante, pero perdió el gran talento que Dios le había dado por seguir sus propios deseos.

El llamado de Sansón para liberar a su pueblo fue comprometido debido a su pecado. Sansón fue engañado por su mujer y termino siendo simplemente un esclavo más. Pero aún así la misericordia de Dios no se aparta de Sansón y le concede una última petición. Sansón tendría su venganza cuando los filisteos celebraban una fiesta pagana y lo trajeron al templo de sus dioses para burlarse de él como lo habían estado haciendo todo este tiempo que fue apresado. Sansón le pide a Dios que le devuelva las fuerzas por una última vez para poder hacer caer los dos pilares que sostenían el templo y así mato a todos los filisteos que estaban reunidos en ese lugar. Irónicamente fue en ese momento donde Sansón llegó a matar a más filisteos de los que había matado en toda su vida. El precio fue su propia muerte, pero se pudo redimir al final de su vida y los Israelitas lo recordaron como uno de sus jueces y libertadores. La misericordia de Dios no se aparta de nosotros y Él se mantiene a la expectativa esperando que lo busquemos para devolvernos los talentos que el enemigo nos ha robado. Dios aún ve un gran potencial en nosotros y quiere que lo desarrollemos, así que cuidemos esos dones que Dios nos ha dado y no dejemos que el enemigo desperdicie ese potencial que Dios nos ha dado. Nunca es tarde para pedirle a Dios que nos restaure y levante. Su misericordia es incomparable.

El Hombre Que Se Negó a Ser Rey

¨Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.¨ Jueces 8:23

La mano de Dios estuvo con Gedeón de una manera muy clara al derrotar a los madianitas. El pueblo vio que Dios estaba con Gedeón y lo quisieron nombrar como Rey, pero Gedeón sabía de donde provenían sus fuerzas realmente y además conocía su propósito en esta vida. El único Rey de la nación sería Jehová, él cual realmente le había dado la victoria a su gente. Gedeón simplemente fue una herramienta en las manos de Dios y no permitió que la victoria que le fue dada lo enorgullezca. El nunca le quito la gloria a Dios, sino que a pesar de haber conseguido una victoria importantísima frente a los madianitas, Gedeón siempre señaló a Dios como el responsable del triunfo de Israel. Un error que cometemos muchas veces los hombres es que cuando Dios nos da las fuerzas para obtener una victoria en nuestras vidas personales, muchas veces nos olvidamos de Dios y permitimos que el orgullo se apodere de nuestras vidas. Nos olvidamos que Dios fue el que nos dio el triunfo, y comenzamos a creer que nuestros éxitos fueron por nuestros propios meritos. Deberíamos aprender de Gedeón que en todo momento le dio la gloria a Dios por su victoria y no permitió que el resto del pueblo le diera la gloria a él. Un verdadero hombre de Dios siempre debe señalar a Dios como el responsable de todos sus éxitos y darle la gloria a Él; no tratar de llevarse los reconocimientos sino reconocer al Dios verdadero que nos da la victoria siempre.

Lamentablemente uno de los hijos de Gedeón no tuvo la misma actitud que su padre. Abimelec fue uno de los setenta y un hijos que tuvo Gedeón y él sí quería aprovechar la buena fama que había ganado su padre para gobernar a su gente. Abimelec no siguió el ejemplo de Gedeón, ni tomo en cuenta sus palabras cuando dijo que ninguno de sus hijos gobernaría a la nación. Abimelec decidió asesinar a sesenta y nueve de sus hermanos para poder gobernar a la gente de Siquem. El único que se salvo de los setenta hermanos fue Jotam que se escapó y huyo de la tierra antes que Abimelec lo pudiera matar. Abimelec nunca honro la petición de su padre y el pueblo tampoco tomo en cuenta el consejo de Gedeón ya que decidieron nombrarlo a Abimelec como su gobernador. Fue la peor decisión que pudieron haber tomado y todos tuvieron que pagar las consecuencias de haber ignorado a Dios ya que Abimelec sembró el terror en Siquem mientras gobernó a su gente por tres años. Jotam ya les había advertido sobre este gran pecado cuando les dijo: ¨El olivo respondió ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande entre los árboles?¨ (Jueces 9:9). Fue un ejemplo claro que los habitantes de Siquem podrían comprender fácilmente. La función del olivo era dar su fruto y no gobernar sobre el resto de los arboles. Nuestra función es cumplir con el propósito que Dios nos ha dado y dar nuestro fruto, pero nunca quitarle el reconocimiento a Dios como nuestro Señor y Rey.  Cuando cumplimos con nuestro propósito estamos dando frutos que glorifican a Dios. La gente puede ver a Dios a través de los frutos que damos siempre y cuando lo reconozcamos a Él.

Dios quiere que nosotros conozcamos la función y el propósito específico que Dios nos ha dado y no buscar simplemente reconocimiento, fama, o dinero. Nuestro propósito debe ser el de reconocer siempre a Dios como nuestro Señor. Todo lo que hagamos lo debemos hacer para nuestro Padre  y ponerlo a Él en primer lugar de nuestras vidas. No se trata de buscar que el resto de las personas nos admiren sino de siempre señalar a Dios como el verdadero Rey de nuestras vidas. Todas las victorias que obtenemos son gracias a Él. Si seguimos el ejemplo de Gedeón vamos a poder conquistar cosas grandes y a enemigos más fuertes que nosotros. Debemos dejar que Dios sea Dios para que pueda obrar en nosotros y usarnos en maneras sobrenaturales. Eso sí, cuando Dios nos de la victoria no nos llevemos el crédito nosotros sino démosle todo el reconocimiento a nuestro Padre Celestial que es el que nos da las fuerzas para obtener la victoria. Dejemos que el Señor sea Señor de nuestras vidas, que Él nos dirija en todo lo que hagamos, y no busquemos nuestra propia gloria como lo hizo Abimelec porque eso solo nos llevará a nuestra autodestrucción. Démosle siempre la gloria a Dios por lo que hará en nuestras vidas.

Wednesday, March 9, 2011

Gedeón y Sus 300 Vencieron a los Madianitas

¨Y Gedeón le respondió: Ah, Señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y donde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.¨ Jueces 6:13

Durante mucho tiempo me pude identificar con Gedeón y conozco a muchas personas como él que a veces cuestionan el poder de Dios. Ante tanta maldad en el mundo nos preguntamos donde esta Dios y cómo alguien que dice ser amoroso puede permitir que ocurran tantas desgracias. Gedeón estaba pasando por la misma situación ya que su pueblo estaba siendo atormentado por los madianitas. Estos venían como langostas y saqueaban todas sus cosechas dejando a los israelitas sin nada para poder sobrevivir. La nación de Dios estaba padeciendo persecución. Dios les había dado una tierra donde fluía leche y miel, pero en este momento no podían disfrutar de ella porque los madianitas les arruinaban todas sus cosechas. Gedeón había escuchado esas grandes historias sobre su nación y como Dios los había traído con grandes milagros desde Egipto a Canaán, pero todo eso había quedado en los cuentos de hadas porque la realidad era otra muy diferente. Los madianitas dominaban a los israelitas con sus grandes ejércitos y fuertes carros durante ya siete años. Dios parecía que los había abandonado. Todas las conquistas habían quedado en el pasado y Dios estaba divorciado de su pueblo. Esta fue la reacción de Gedeón (con la que muchos de nosotros nos podemos identificar hoy) cuando vino el Ángel del Señor a llamarlo para que libere a su gente. Gedeón se encontraba trabajando a escondidas para que los madianitas no le quitaran el trigo cuando Dios lo confronta y lo llama a salir del escondite y del anonimato. Dios vio algo en Gedeón que quizá nadie más podía ver ya que era de una familia pobre y era el menor de sus hermanos, pero Dios lo llama varón esforzado y valiente. Dios encuentra cualidades en nosotros que quizá ni aun nosotros sabíamos que existían, pero cuando Dios las activa puede hacer grandes cosas con ellas como en el caso de Gedeón.  

La razón por la cual el pueblo había caído en desgracia era simplemente porque el ciclo volvía a repetirse: los israelitas se olvidaban de las grandes obras de Dios y se volvían tras sus ídolos. Dios nunca desecho a Israel, sino que fueron ellos lo que dejaron a Dios de lado para servir a sus propios dioses y sus propios deseos. Debido a que el pueblo hizo lo malo delante de los ojos de Dios, fueron dominados por Madian. Esa era la sencilla respuesta a las preguntas de Gedeón. Ellos se encontraban en esa situación porque dejaron de confiar en Dios y siguieron su propio camino. Muchas veces queremos que Dios nos bendiga pero vivimos alejados de Él y no le permitimos obrar. Eso simplemente nos termina debilitando como le sucedió al pueblo de Dios vez tras vez. Pero nuevamente Dios muestra su misericordia y gran amor cuando el pueblo clama a Jehová para ser liberados de la opresión. No importa cuántas veces se repita el ciclo del pecado y alejamiento de Dios, este vuelve a perdonar y levantar a su pueblo cuando le buscan. Dios escucho el clamor de su gente y decidió mostrar su gran poder una vez más utilizando a un desconocido como Gedeón para enfrentar a un ejército de 135 mil soldados.

Dios se mantiene fiel a sus promesas y su carácter no cambia. El permanece inmutable a pesar de que nosotros le continuamos fallando vez tras vez como lo hacían los israelitas. En el momento que clamamos por su perdón y liberación, Él está allí para perdonarnos, levantarnos y rescatarnos. A pesar de que Dios no cambia, sus métodos sí cambian. Con los anteriores jueces Dios usó a diversas personas para liberar a su gente como Aod que derroto al enemigo con un puñal de dos filos, o Samgar que destruyo a sus enemigos con una aguijada de bueyes, o Jael que le metió una estaca en la sien del General de Hazor cuando Barac lo estaba asechando. En cada uno de esos casos Dios libero a su gente de diferentes maneras, y con Gedeón iba a suceder lo mismo. La conquista de Gedeón sobre los madianitas no dejaba duda una vez más de que la victoria la daba Dios. Dios le dice a Gedeón que enfrente a los 135 mil soldados con tan solo 300 hombres y sin ninguna arma. Gedeón obedece a Dios y logra la victoria después de sorprender el campamento madianita de noche y dejar que ellos se maten entre sí. Dios no cambia, pero aún así nos sigue sorprendiendo con sus métodos para darnos la victoria. Quizá no entendamos algunas situaciones que estamos atravesando en nuestra vida personal, pero debemos tener la certeza de que Dios está en control y que nos va a dar la victoria aunque sea de una manera inesperada o ilógica como lo hizo con Gedeón. Así como con Gedeón no quedó duda de que Dios fue el único que pudo haber dado la victoria a Israel, Dios quiere hacer lo mismo en nuestra vida y hará un milagro para que los demás vean que solo Dios pudo habernos rescatado y levantado. Lo único que debemos hacer es clamarle y pedir su intervención divina en nuestras vidas. ¨Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?¨ Jueces 6:14.

Las Consecuencias de la Complacencia

¨Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.¨ Jueces 2:10

La generación de Josué fue obediente y alcanzó las promesas que Dios tenía para sus vidas, pero como vemos al inicio del libro de Jueces, la próxima generación no siguió el ejemplo de sus padres sino que se conformaron con las bendiciones que ellos habían alcanzado. Los israelitas fueron complacientes y como estaban contentos con lo que ya tenían decidieron que no era necesario ir a la guerra contra las naciones enemigas. Mas fácil era disfrutar la tierra abundante que ya poseían y hacer la paz con los pueblos vecinos forzándoles a pagar tributos. Los israelitas se olvidaron de la orden que Dios le había dado a Josué y a sus padres y por lo tanto sufrirían las consecuencias que trae el no escuchar a Dios. Dios prometió entregarles Canaán y lo hizo, pero aun así quedaban más naciones por conquistar. La promesa no iba a ser completa si la obediencia del pueblo de Dios no era completa. Al no eliminar a estos pueblos enemigos, los israelitas terminaron dejándose influenciar por sus ídolos y mujeres. No pasó mucho tiempo para que el pueblo se olvide de las grandes obras de Dios y se fueran tras otros dioses. Los israelitas se convirtieron en un pueblo pagano porque se dejaron influenciar por estas naciones enemigas. La desobediencia trae maldición porque impide que podamos disfrutar y alcanzar las promesas completas de Dios para nuestras vidas. El hacer las cosas a medias termina dejándonos con las manos vacías e impidiéndonos de disfrutar el cumplimiento del propósito de Dios para nosotros.

Aparte de no obedecer a Dios, el otro gran error de los israelitas fue el olvidarse de quien fue el que los ayudo a conquistar la tierra. La desobediencia trajo consigo consecuencias ya que el pueblo se dejo influenciar negativamente por los rituales de las otras naciones paganas. Muchas veces nosotros también podemos perder nuestro enfoque si nos olvidamos quien fue realmente el que nos rescato y trajo bendiciones a nuestras vidas. En el momento que creamos que lo que obtuvimos fue por merecimiento propio comenzamos a caer en un pensamiento falso que es similar a la idolatría ya que creemos que fueron nuestras propias manos las que permitieron que alcancemos nuestras metas. La similitud está en que esos ídolos que el pueblo comenzó a adorar eran simplemente dioses que habían construido con sus propias manos. Los israelitas perdieron la bendición completa de Dios por no obedecer completamente su mandato. Las naciones enemigas influenciaron el comportamiento de Israel al igual que muchas veces nosotros nos dejamos influenciar por el pensamiento de nuestros amigos inconversos. Debemos de tener mucho cuidado con esto ya que muchas veces nos olvidamos de la Palabra de Dios y actuamos como la gente a nuestro alrededor lo hace sin tomar en consideración lo que Dios requiere de nosotros. Comenzamos a actuar de determinada manera porque vemos que todos los demás lo hacen. Pero Dios quiere que nosotros seamos un pueblo diferente, un pueblo apartado para Él y para ello no podemos dejarnos influenciar por sus valores o creencias. Es necesario obedecer a Dios y buscar su voluntad para nuestras vidas sin desviarnos de nuestro objetivo porque las personas a nuestro alrededor hagan las cosas de una manera diferente. Dios nos recuerda que no nos convirtamos a ellos, sino que ellos se conviertan a nosotros.

En las próximas generaciones el ciclo de desobediencia de los Israelitas se repite siete veces donde el pueblo cae en pecado, es esclavizado por otras naciones y luego Dios levanta un juez que los liberta y levanta. Dios siempre tiene misericordia de su pueblo cuando cae en pecado y busca su perdón. Cuando el pueblo clamaba a Dios en medio de su angustia, Dios enviaba a un Juez que intercedía por el pueblo y los liberaba de las manos de sus enemigos. Cuando el pueblo clama, Dios escucha, pero Él espera a que nosotros lo busquemos a Él y dejemos de confiar en nuestras propias fuerzas o en nuestros propios ídolos. Él solo actúa cuando nosotros se lo permitimos. Él solo pelea por nosotros si nosotros se lo pedimos. Para ello debemos arrepentirnos de haber seguido nuestros propios deseos y no haber sido obedientes a la voz de Dios. Busquemos vivir de acuerdo a su voluntad y propósitos porque sino vamos a terminar viviendo oprimidos por el enemigo tropezando vez tras vez. La desobediencia no nos permite disfrutar de la victoria que Dios nos ha prometido porque nos separa de Él y de sus propósitos. El seguir nuestros propios deseos y nuestros propios dioses no permite a Dios obrar en nuestras vidas de la manera que Él lo quisiera hacer. Él quiere que seamos conquistadores y para ello debemos arrepentirnos y buscar su perdón porque hemos hecho las cosas a nuestra manera envés de dejarlo a Dios que tome el control. El tiene algo mejor para nosotros. No seamos como los israelitas que dejaron a Jehová y adoraron sus propios ídolos.

¿A Quién Vas A Servir?


¨Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; pero yo y mi casa serviremos a JehovᨠJosué 24:15

No debe haber mejor sentimiento que el saber que uno ha cumplido su misión en esta vida. Fue el caso de Josué que pudo liderar al pueblo israelita a conquistar la tierra prometida. Después de la repartición de la tierra de Canaán, el propósito por el cual Dios lo había llamado se había cumplido; Josué fue esforzado, valiente, y obediente a los mandamientos de Dios por lo cual alcanzó las promesas de Dios para su vida. Qué bien que se siente el tener un propósito en la vida y cumplirlo tal cual como Dios nos lo ha pedido. Para ello es necesario poner de nuestra parte, no podemos quedarnos con los brazos cruzados y esperar que Dios haga la obra. Josué tuvo que esforzarse y ser valiente para guiar a todo un pueblo hacia la conquista de naciones más fuertes. El secreto está en confiar en Dios quien siempre tiene el control de nuestras vidas y mantenernos obedientes a sus mandamientos. Debemos dejarnos usar por Él y confiar en que nos dará la victoria en nuestras batallas diarias. La obediencia trae bendiciones grandes para nosotros, pero la desobediencia termina bloqueando la obra que Dios quiere hacer en nosotros. Josué fue obediente por lo cual alcanzó la promesa, pero no hubiese sido el caso si Josué hubiese decidido vivir su propia vida y dedicarse a lo que se le daba la gana. Josué tuvo un llamado muy claro de parte de Dios y decidió obedecer y creer que sus propósitos eran más grandes que los suyos. Debemos estar atentos a la voz de Dios y saber cuáles son los desafíos que tiene para nosotros ya que Él tiene un propósito para cada uno.

Las tribus israelitas recibieron la repartición de sus tierras y a cada una le tocaba terminar de conquistar sus dominios ya que aún quedaban algunas naciones enemigas por erradicar de la tierra. Josué ya había cumplido su propósito y estaba listo para enfrentar su muerte sabiendo que había terminado de correr su carrera y llegado a la meta. Pero antes de partir Josué hace algo muy similar a lo que hizo su antecesor Moisés; les da un discurso al resto de los israelitas sobre las grandes obras que Dios ha hecho y que han visto con sus propios ojos. Josué, al igual que Moisés, fue un gran líder a pesar de tener un propósito y características diferentes a las de Moisés. Aún así ambos sabían que solo podían cumplir su tarea si Dios iba delante de ellos. Fue la lección más importante que habían aprendido en sus vidas: dejar que Dios tome el control y los dirija. Para poder obtener las bendiciones que Dios tiene preparado para nosotros es necesario ser obediente a su palabra y creerle. Por eso Josué también se dirige al pueblo dándoles palabras de ánimo y aliento para que culminen con la conquista y no se olviden de su Dios libertador y conquistador. Josué comienza su discurso haciendo una reflexión sobre el pasado de su pueblo y desde donde los trajo Dios para llegar a conquistar la tierra prometida. Es importante recordar siempre nuestro pasado y saber que Dios es el que nos rescato y nos trajo hasta donde estamos hoy por su gracia y amor.

Después de recordarles a los israelitas quien fue el que los trajo a la tierra prometida de la cual estaban disfrutando, Josué estimula a su pueblo a que sigan poniendo su confianza en Dios. No se olviden del Dios que los ha rescatado, sigan obedeciéndolo en todo momento y poniendo su confianza en Él. No podemos olvidarnos de las grandes obras que Dios hace en nuestras vidas una vez que hayamos alcanzado la meta. No nos conformemos con cumplir las cosas a medias sino que mantengámonos firmes y conquistando toda la tierra. Josué les deja esta misión a las tribus, cada una se debía encargar de erradicar a las naciones vecinas para que no se transformen en piedras de tropiezo. Josué les recuerda que Jehová es el que peleaba por ellos y si confiaban en Él iban a conquistar toda la tierra. El pueblo hizo su compromiso con Dios para guardar su pacto así como lo hizo Josué quien juro que él y su casa servirían a Jehová. ¿Cuál fue el resultado del discurso de Josué? ¨Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.¨ Josué 24:31. La generación de Josué continuó confiando en Dios aún después de la muerte de Josué porque recordaron quien fue el que cumplió su propósito en sus vidas. No se apartaron de Dios y se mantuvieron obedientes. Tristemente la próxima generación no hace lo mismo y en vez de eliminar a todas las naciones vecinas, hacen tratados de paz con ellos lo cual termina siendo perjudicial ya que la desobediencia impide que disfruten las promesas y propósitos que Dios tenía para sus vidas.

Friday, March 4, 2011

Poseyendo la Tierra Que Tus Pies Pisan


¨Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envío; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.¨ Josué 14:11

Hemos hablado mucho de Josué y como el pueblo logró conquistar Canaán bajo su liderazgo, pero hay otro personaje importante en esta historia que pasó a un segundo plano. Caleb fue el único espía junto con Josué que creyó en la promesa de Dios. Ellos dos fueron los únicos sobrevivientes de la primera generación de israelitas que salieron de Egipto que lograron entrar a Canaán y fueron parte del cumplimiento de la promesa de Dios. Josué fue un gran General, pero Caleb no se quedo atrás y en el capítulo 14 vemos como Caleb fue bendecido por Dios debido a su fe. Mientras Josué repartía la tierra a cada tribu, Caleb tuvo el privilegio de escoger y pedirle a Josué que le de la tierra en el Monte de Hebrón. Hace 40 años atrás cuando Caleb había regresado de espiar esta hermosa tierra le dijo a Moisés que si Dios estaba de su lado era posible conquistar la tierra. El no fue parte del complot del resto de los espías que amargaron y desanimaron al pueblo de no ir en pos de la conquista. Debido a esto Moisés le profetizo que iba a poseer la tierra que sus pies habían pisado. Caleb creyó en esta promesa y no se desanimo con el pasar de los años. Ahora que finalmente habían entrado a Canaán y vencido a mas de tres decenas de reyes, Caleb escoge la tierra que Dios había separado para él.

Caleb tenía 85 años cuando Josué le entrego a Hebrón como su heredad. Ahora esta tierra aun no estaba conquistada del todo. Habían naciones fuertes y grandes que aun faltaban por conquistar, pero Caleb continuaba con el mismo vigor y entusiasmo que tenía cuarenta años atrás cuando había entrado a espiar la tierra. Sus fuerzas no se habían desgastado porque estaban puestas en Dios y su meta estaba puesta en poseer la tierra que Dios le había prometido entregar. No temía enfrentar a estas naciones poderosas a pesar de su edad porque sabía que sus fuerzas radicaban en Dios. No dejo que el pasar de los años lo desanimara sino que mantenía su mirada puesta en la promesa. Las preocupaciones y el desanimo siempre van a desgastarnos y no producen nada en nosotros, pero cuando mantenemos nuestras esperanzas puestas en Dios nos mantenemos vigorosos y nuestras fuerzas no se desgastan. Es importante no dejar que el paso del tiempo nos desanime o quite nuestro enfoque de la visión que Dios nos ha dado. Debemos mantenernos firmes y enfocados como lo estaba Caleb. No importa la edad, nunca es tarde para que Dios cumpla su propósito para tu vida. No debemos desalentarnos en ningún momento, Dios es nuestra fortaleza y el que nos mantiene de pie para seguir conquistando. Con 85 años Caleb no se conformo con haber entrado a Canaán, sino que quería continuar y seguir luchando por poseer su heredad. El pudo haber escogido otra tierra donde no existiera más resistencia enemiga y vivir en paz, pero sabía que la tierra que Dios le había prometido estaba en Hebrón por lo cual avanzo y estaba listo para continuar conquistando.

Si continuamos leyendo la historia de Josué veremos que Caleb logró conquistar el Monte Hebrón y poseyó esa rica tierra debido a que se mantuvo firme en su fe y no dejo que su vejez sea un factor. El fue el único que pudo escoger la tierra, ya que el resto de las tribus tuvo que esperar que Josué les reparta por sorteo la tierra. Caleb no escogió lo fácil, sino que sabía exactamente cuál era la tierra que Dios le había separado y estaba dispuesto a seguir luchando por ella. Caleb finalmente logro establecerse en la tierra que Dios le había prometido dar cuarenta años atrás. Sus fuerzas nunca se desvanecieron por lo cual a pesar de tener ya 85 años continuaba con las mismas fuerzas y vigor que poseía cuando comenzó su viaje. Caleb pudo haberse conformado con mucho menos, pero sabía precisamente lo que Dios tenía para el por lo que logro conquistar una de las zonas más ricas en Canaán y habitarla. Caleb no solo logro la victoria personal para su vida, sino que toda su familia termino beneficiada ya que habitaron en una zona muy rica y crecieron con el temor de Dios. Su hija se caso con el que luego se convertiría en el primer juez de Israel cuando Josué murió y el pueblo parecía alejarse de Dios. El yerno de Caleb sería el responsable de hacer volver a Israel a Dios después de que la nación se alejara con la muerte de Josué.